One Shots (o algo así) de Crepúsculo

25.3- Paul Lahote - Edward Cullen

Mientras recorría los pasillos que lo llevarían fuera del hogar de los Vulturi Edward rememoró aquello que lo llevó a tomar la decisión de acabar con su inmortalidad.

Flashback

Edward no podía creerlo, si Bella ya lo había roto con todo lo que le había dicho eso último terminó por destrozarlo.

- Oh y ¿recuerdas a tu preciosa Dalila?-. Cuestionó diciendo el nombre de la chica con asco-. Un pajarito me ha dicho que está con uno de los chicos de la Reserva, un tal Paul. ¿Qué se siente que te reemplacen por alguien que sí puede darle una vida normal?-. Fue lo último que dijo antes de terminar la llamada, ella sabía que la verdadera compañera eterna de Edward era la otra chica por eso hizo hasta lo imposible por que se marchara del instituto de Forks.

Fin flashback

Recordarlo solo hizo que el dolor regresara, dejando caer su camisa dio los últimos pasos que lo separaban de la puerta antes de abrirla, pero nada más rozar los rayos del sol una figura se abalanzó sobre él haciéndolo retroceder.

- Debo estar en el cielo para poder tenerte nuevamente entre mis brazos mi amor-. Susurró en tono lastimero, envolviendo sus brazos en aquel ser que tiene ese delicioso y casi imperceptible aroma que representa a Dalila mezclado con medicamentos.

- Tú, idiota, ¿en qué diablos estabas pensando?-. Reprochó la chica alejándose levemente de su cuerpo, las lágrimas corrían por sus mejillas.

- Isabella me dijo que estabas con otro-, explicó el chico-, no podía concebir una realidad en la que no compartiéramos un futuro juntos-. Se lamentó, uniendo sus cuerpos nuevamente para hundir su rostro en el cuello de la chica, aspiró y fue solo en ese momento que lo comprendió, su Anima Gemella es y siempre fue Dalila Jones, se sintió el chico más idiota de la Tierra al confundir a su Tua Cantante con su Anima Gemella-. Eres tú-, susurró sorprendido, la chica lo miró curiosa-, eres mi alma gemela, aquella que fue creada únicamente para mí.

- Edward yo...-. La chica iba a explicarle su situación médica pero la llegada de dos vampiros más la interrumpió, luego apareció Alice y finalmente una vampira más, entes de que fueran guiados frente a los Vulturi.

Después de algunos altercados con los reyes pudieron al fin marcharse con la promesa que Dalila sería transformada en la brevedad. Esa misma noche regresaron a Forks, el resto de los Cullen los esperaban en el aeropuerto, Esme y Rosalie no dejaron de agradecer a Dalila en cada oportunidad que tenían. Ahora se encontraba junto a los Cullen en la casa de estos, desde que habían llegado Edward no dejó de dar a conocer su opinión sobre la futura transformación de la chica por lo que había llegado a una decisión.

- No sé realmente cuánto sepan sobre lo que pasó con los Vulturi-, comenzó Dalila.

- Ya Alice nos puso al corriente cariño-, avisó Esme-, ¿qué sucede?-. Cuestionó entonces preocupada.

- Para dejarnos marchar de allí con vida nos pusieron una condición-, comenzó la única humana en la habitación-, debo ser convertida lo antes posible y como son una familia y no puedo meterme así como si nada, me parece justo que voten.

- Dali-, quiso intervenir Edward, pero la chica lo cortó con una mirada suplicante.

- ¿Alice?

- Ya te considero mi hermana-, afirmó acercándose a abrazarla, así uno a uno dieron su voto, Jasper, Emmett y Esme positivo, y Rosalie negativo, hasta que llegó el turno del patriarca.

- Antes de dar mi voto-, comenzó Carlisle-, quiero saber, ¿por qué luces tan ansiosa por transformarte?-. Todas las miradas se trasladaron a la humana que soltó un suspiro cansado, antes de tomar asiento en el sofá, mostrando por primera vez cuán mal se encontraba.

- La leucemia regresó-, comenzó la chica, siendo cortada por el lector de mentes.

- Pero... podemos probar con otros tratamientos-, intentó ser positivo.

- Se extendió, está en todos lados-, se lamentó con la voz entrecortada.

- ¿Cuánto tiempo?-. Cuestionó Carlisle entendiendo por dónde iba la chica.

- Seis meses cuando me lo dijo, ahora poco menos de cuatro meses-. Confesó, el ambiente se volvió tenso, hasta que la rubia volvió a hablar.

- En ese caso cambio mi voto, no quiero ni puedo permitir que la Anima Gemella de mi hermano fallezca, ninguno lo permitirá-. Añadió ahora intercalando la mirada entre Carlisle y Edward quien ya no tenía la misma expresión de traición de antes.

- Solo tengo una condición para hacerlo-, comenzó el lector de mentes, siendo interrumpido por Alice que soltó un grito de emoción que colocó una sonrisa en los labios de Edward, Dalila lo miró curiosa-, cásate conmigo-. Pidió tras correr escaleras arriba y bajar en segundos con una cajita de terciopelo azul que contenía el anillo de su difunta madre.

Con lágrimas en los ojos Dalila asintió repetidamente, las mujeres soltaron un grito de entusiasmo y los hombres festejaron felices por la nueva pareja.

Dos meses después se llevó a cabo la boda, Dalila siendo más inteligente que la mayoría había podido dar sus exámenes finales mucho antes que el resto de sus compañeros, por lo que se graduó antes.

La boda fue algo sencillo, solo con la familia, pese al poco tiempo las chicas Cullen habían logrado que todo fuese perfecto. Los recién casados fueron de luna de miel a Esme, la isla que Carlisle le había regalado a su esposa, los primeros tres días fueron agónicos para Dalila pues fue su transformación, pero luego disfrutó cada momento. Ella y Edward hicieron el amor en cada rincón posible, se alimentó tanto como pudo y tuvo toda la diversión que la isla ofrecía.

Para cuando regresó ya no era más aquella chica enferma que era al principio, ahora era deslumbrante y lo demostraba siempre que podía.

Dalila se acercó a Edward quien observaba a su alrededor desde la ventana, lo abrazó por la espalda antes de que él se girara aprisionándola entre sus brazos.

- Te amo.

- Te amo-, correspondió su susurro inclinándose para unir sus labios.

En ese momento Dalila agradeció al destino por no dejarla morir esa tarde en el acantilado y darle una nueva oportunidad de ser feliz junto a su verdadera Anima Gemella.

Y acá está la última parte, espero que les halla gustado.