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La mesa en silencio y la incomodidad demasiado ruidosa esta mañana. Amy bajó las escaleras con felicidad pero al ver las caras se sus hermanas se paró en seco, puso su cara seria y se sentó lentamente en sus sitio, al lado de Jo.
Esta ultima, que comia una tostada, se cambió de sitio en cuanto noto la precensia de su hermana. Ésto dejó a Amy petrificada.

—¿Donde está May? —Amy le preguntó a Beth por lo bajo.

—En la nieve con Laurie —la peliroja respondió mientras miraba a Jo y le daba de comer a su muñeca.

May y Laurie se tiraban bolas de nieve, ella resbaló y cayó a la nieve. Ambos comenzaron a reir.

Laurie se quedó mirando a May pensando en lo siguiente que diría —Deberias hablar con Jo —le cedió su mano y la chica lo agradeció.

—Cuando me acerco se aleja —comenzó a caminar hacia la casa —. no quiero hablar de eso.

—No te preocupes, todo va a salir bien —abrazó a la joven en forma de apoyo —. Solo dale tiempo, le hicisteis mucho daño.

—Dejemoslo —siguió caminando hacia la casa —. Vamos al lago, voy a por mis patines. Pregúntales si quieren acompañarnos.

Laurie entró a la casa con ilusion y May subió las escaleras con rapidez.

—Cojed vuestros patines y al río señoritas —Jo aplaudió y salió de la casa sin dudar ni un segundo —. Hace una mañana resplandeciente.

—¿Puedo ir? —Amy preguntó alarmada siendo ignorada por su hermana —. Jo, la última vez me prometiste que iría.

—Ve tras ella —Meg aconsejó —. No digas nada hasta que Jo esté de buen humor con Laurie, y luego dí algo agradables. Seguro que volverá a ser tu amiga.

May término de coger sus patines y echó una mirada por la ventana. Vio a Jo, con Laurie y bufó fuertemente. Se sentó en el sillón del desvan y pataleó rápidamente con fastidio. Solto sus patines y se tumbó en el sofá.

Sabía que Laurie amaba a Jo y eso no le gustaba nada pero no le prohibiría a su hermana estar con él, ni mucho menos a Laurie estar con ella. Simplemente lo dejaría estar y se olvidaría de sus sentimientos con el tiempo.

—Se lo que se siente —Marmee subió al desván tras observar la escena de su hija y su decepción.

—No lo sabes madre —se tapó la cara con un cojín —. Siempre has estado perfectamente con padre.

—No al principio mi querida May —se sentó a los pies de su hija.

—Desearía ser Jo —la chica no quitó el cojín de la cara —. Es muy talentosa, tiene una imaginación de locos y es mejor amiga de Laurie.

—Ay mi querida May, tu también tienes grandes aficiones y dones —le acarició ek brazo —. Además tú también eres amiga de Laurie.

—¿Si?

—Si, está en vuestros maravilloso club y esta mañana jugabais en la nieve.

Un gran y ruidoso grito se escuchó por todo el lugar. Era de Amy. Madre e hija se miraron fijamente y de un momento a otro se asomaron a la ventana.
Vieron a Laurie y a Jo tirando de la joven la cual estaba intentando salir de un hoyo en el lago congelado.

—¡Ay dios mio! —Ambas bajaron al primer piso de la casa.

May cogió una toalla y Marmee prendió la chimenea. Y en cuanto lo hicieron salieron de la casa para llevar a Amy al interior. Todos alrededor de ella, Jo llorando y Laurie observando intentando ayudar a May a calentar a Amy. Beth simplemente miraba parada en el sofá un tanto descuadrada y Meg sofocaba a su hermana menor.

Un par de ojos verdes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora