Capítulo 9

80 10 9
                                    

Paige Kiptniz.

No estaba muy convencida de dejar a Estef, pero ella estaba contenta y el tener alcohol en sus venas le hacía tener más confianza con Marco. Eso era bueno para ella.

La fiesta estuvo entretenida. Al principio no quería ir, pero Estef y también Luna, insistieron en que también merezco divertirme, mi hermana incluso me dijo que podía llegar pasada la medianoche o que me quedara con Estef.

Era cierto, me merecía divertirme un rato, me mantenía trabajando o estudiando, además sabía que Marco no se llevaba del todo bien con Trevor y con ninguno de su grupo así que no lo invitaría. Puedo decir que la pase bien, bebí un poco, baile y cante junto a Estef, claro que siempre sentí el peso de la mirada de Andy en mi.

La fiesta me ayudo por lo menos a distraer mi mente un rato, lo necesitaba.

Ahora me encontraba aquí en su auto, cantado la música que salía del estéreo. Él me ve y una media sonrisa se planta en sus labios. Cuando nota que veo su sonrisa, la borra y me quita mi celular de las manos.

— ¿Qué haces? —me quejo intentando quitarle el aparato.

— Pondré otra canción —pasa su dedo rápido por la pantalla y finalmente selecciona una canción que empieza a sonar. Él vuelve su vista al frente.

Arrugo un poco mis cejas. ¿Por qué eligió esa canción?

Entonces pasa...

— It's ok. I promise. I don't know what to say, but i'm going go want you till the stars evaporate.

Andy se detiene en un semáforo y gira su rostro hacia mi y continúa cantando.

— We're only here for just a moment in the light. One day it shines four us the next we're in the night —sus ojos ven directamente a los míos, siento un cosquilleo en el estómago y mi corazón empieza a latir rápido en mi pecho—. So say the word and l'll be running back to find you...

La luz verde del semáforo se ilumina y Andy ve al frente para avanzar. Bajo la vista a mis rodillas y humedezco mi labio. Había cantado cada palabra con tanta seguridad, como si fuera algo que a querido decirme desde hace mucho.

La canción siguió sonando, él sólo le dio más volumen al estéreo y ninguno dijo nada. Estaciona el auto frente a mi casa y abro al puerta al mismo tiempo que él, salimos del auto y camina junto a mi hasta quedar frente a la puerta.

— Gracias por traerme —volteo a verlo y él asiente.

Lo observo un momento y es como si tuviera que decir algo más, pero no lo hace. Muerdo mi labio, llevo mi mano hacia la puerta, pero antes de que pueda golpearla, la mano de Andy me toma la muñeca, suavemente.

— Paige, en la fiesta no querías hablarlo, pero ya no estamos en la fiesta y yo quiero explicar las cosas.

Se que se refería a lo que pasó hoy en la mañana cuando veníamos del supermercado.

Suspiro cansada.

— Andy, ya te dije que no...

— A ti no te importa, pero a mi si —me interrumpe—. Solo escúchame.

La idea de escucharlo decir que se avergüenza de salir conmigo, es algo que no me gustaría escuchar de su parte. Aunque sabía que si no lo escuchaba ahora, seguiría insistiendo con el tema.

— Bien, habla.

— Confundiste las cosas. Cuando esos tipos pasaron a mi lado, susurraron cosas que no pienso repetir acerca de ti.

Al final de la noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora