Capítulo 12

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Paige Kiptniz.

Al despertar lo primero que hice fue ver mi rostro en el espejo, solo tenía una marca roja que si me tocaba la mejilla dolia. Me aplique otro poco de pomada y luego algo de maquillaje para que no resaltará el tono carmesí. Me vestí y baje a desayunar.

— Ya dime que te pasa —Luna se posa frente a mi del otro lado de la barra—. No es que seas de las personas más risueñas por las mañanas —me acusa—. Desde que te levantaste de la cama estas muy feliz. ¿A que se debe?

— A nada —miento aguantando una sonrisa.

— Si, claro, y yo soy monja —entre cierra sus ojos—. No le haces a la marihuana ¿verdad? —suelto una pequeña risa.

— Claro que no, Luna —Luna iba a hablar, pero se lo impido—. Debo irme ya que se me hace tarde.

Dejo rápido mi plato vacío en el lava platos y tomo mi mochila.

— Esto no se va a quedar así, Paige —la escucho decir cuando ya salí de la cocina.

— ¡Suerte en tu día! —le gritó antes de salir a casa.

Llegue a la escuela y como siempre los rumores son la melodía de los pasillos. Ya quería que esto acabara. Sólo faltaba un mes y medio para que las clases acabarán, solo debía aguantar un poco más.

— ¡Paige! —Estef da un saltito para abrazarme haciendo que me tambalee—. ¡Eres genial! —se separa de mi y esta muy sonriente.

— Estef, no entiendo a que viene esta gran felicidad —confieso confundida.

— Paige —al lado de Estef aparece una chica con gafas y melena roja—, el club de ajedrez está agradecido contigo.

Ok, no entiendo nada.

Veo a mi mejor amiga y ella sigue con su sonrisa. Vuelvo mi vista a la chica pelirroja.

— ¿De nada? —la chica me sonríe.

— Cuando gustes puedes pasar algún día a jugar, seria un placer jugar contigo. Debo irme, adiós chicas —se despide la pelirroja dándose la vuelta para irse.

— Adiós chica que nunca vi por los pasillos —Estef agita su mano en señal de despedida.

— ¿Puedes explicarme el por qué de tu felicidad y el por qué del agradecimiento del club de ajedrez hacia mi?

— Parece que la nariz de Meghan quedó bastante mal, no vendrá durante un par de semanas. Amiga eres mi heroína y la del club de ajedrez. Meghan suele molestarlos y si no viene nadie los molestara.

No sé cómo debería tomarme eso. No quería hacerle daño a Meghan. Solamente me bloquee en ese momento.

— Paige Kiptniz —la secretaria de la escuela aparece sacándome de mis pensamientos—, el director quiere hablar contigo. Acompañame por favor —asiento.

— Mi amiga es inocente —habla Estef a la mujer la cual solo le sonríe amablemente y asiente con la cabeza—. Si necesitas testigos sabes que cuentas conmigo.

Adoro a Estef.

Sigo a la secretaria hasta la oficina del director y admito que empiezo a ponerme nerviosa. Esto debía ser por lo sucedido con Meghan. Estaba en problemas, justo lo que no quería.

La secretaria da un par de toques a la puerta de la oficina y está pasados unos segundos se abre dejando ver a Marco, a la chica pelirroja de gafas, seguidos del director. ¿Que hace Marco aqui? Por lo que tengo entendido es un buen alumno. ¿Y la chica? No se ve que sea una chica que se meta en problemas.

Al final de la noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora