Paige Kiptniz.
Los nervios y las ansias se apoderaban de mi ser.
Si, me emocionaba mucho que ya en unos minutos estaría de camino al baile de graduación, pero por razones desconocidas mi sentía sumamente nerviosa.
Estando sentada frente al espejo del escritorio de mi hermana, Luna se encargaba de mi cabello, terminaba de hacer un pequeño moño que dejaba caer el cabello en mi espalda con ondas en las puntas. También se había encargado de mi rostros, nada extravagante, solo un tono en los labios que combinará con el vestido, máscara de pestañas y algo de rubor para no verme tan pálida.
— Este broche aquí y ¡listo! —Luna sonríe al terminar—. ¿Que te parece? —ladeo mi cabeza para ver a través del espejo y sonrió.
— Me gusta. Luna, deberías tener un salón.
— No exageres, aunque admito que lo he pensado —toma mi mano para poner uno de sus brazaletes dorados en mi muñeca—. Te vez preciosa.
Me pongo de pie y me observo en el espejo de cuerpo completo.
Definitivamente era otra yo, una muy llamativa y feliz.
El llamado a la puerta llama la atención de ambas y la sonrisa de Luna se agranda.
— Me parece que ya llego tu príncipe oscuro.
— ¿Príncipe oscuro? —arqueo una ceja. Luna asiente.
— Si. Tú novio parece que no tiene otra ropa que no sea oscura, aunque le va el estilo.
Suelto una risa, tomo el pequeño bolso y ambas salimos de la habitación para ir a la puerta. Tomo aire, llevo mi mano al pomo, lo giro y abro.
Me encuentro con un muy sexy Andy.
Su pantalón formal es negro igual que su saco que se ajusta a su espalda y brazos, su camisa es negra azulada a juego con sus zapatos y su cabello esta peinado solo con los dedos hacia atrás. Solo lleva el arito en su nariz y un pendiente negro en su oreja.
Sus hipnotizantes ojos azules me repasan de arriba a abajo y sonríe.
— ¿Y? —divertida doy una vuelta dejando una mano en mi cadera—. ¿Como me veo?
— Como una jodida reina —por un momento bajo la vista sintiendo calor en las mejillas.
— Tú te vez muy sexy —menciono viéndolo de nuevo. Él acomoda su saco y muestra esa sonrisa que me derrite.
— Ambos se ven fenomenales —dice Luna asomando la cabeza—. Ven, Andy, me gustaría una foto.
Andy acepta y entra a la casa. Me planto junto a él y abraza mi cintura con un brazo, vemos a la cámara de Luna y toma la foto, Andy cambia su postura para dar un beso en mi mejilla y Luna vuelta a tomar otra foto.
— Sacaré una copia y le daré una a cada uno —informa mi hermana—. Ahora váyanse y diviértanse.
Me separo de Andy para ir con mi hermana y abrazarla. Yo no era de las personas que mostrarán mucho su afecto físicamente, pero Luna se lo merecía.
— Te quiero —le susurro y dejo un beso en su mejilla. Me separo y nos acompaña a la puerta.
— Cuida de mi hermana, Andy —le señala Luna cuando estamos frente al auto.
— Tenlo por seguro.
Andy abre la puerta de mi lado para que suba, cierra y rodea el auto para subir y ponerlo en marcha.
— Te vez realmente preciosa, Paige —con su mano libre toma la mía para dejar un beso en el dorso de esta—. ¿Lista para una noche inolvidable? —le sonrió y asiento.
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Al final de la noche
Teen Fiction-Eres preciosa, Paige -con su mano toma un mechón de mi cabello y lo pone detrás de mi oreja-. Tan preciosa y rota a la vez -lo observo sin entender lo último. -¿A que te refieres? -Has pasado por tanto dolor, tanta perdida, pero eres tan fuerte qu...