Capítulo 5: Lily

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Tras una comida copiosa que prepararon entre todos, Aarón decidió subir a su habitación a dormir un poco, Caramelo se tumbó a su lado en busca de la tranquilidad que no le daba Alina.

Temía quedarse dormido, por si volvía a soñar algo tan horrible como lo que había soñado esa noche. Pero pensó que debía intentar descansar y todo era mejor que ponerse a estudiar. Así que se fue dejando caer lentamente en los brazos de Hipnos, para que le acunase lentamente.

Hasta que cerró los ojos de manera definitiva, para cuando volvió a abrirlos ya estaba en el mundo de los sueños. Estaba observando la mar en calma, con unas ropas antiguas y sin saber que hacia allí. Volteó la mirada a sus espaldas y vio la avenida principal completamente a oscuras, no había farolas ni una sola luz en las ventanas. No parecía su barrio habitual, pero le resultaba horriblemente familiar.

Cuando de pronto noto que alguien chapoteaba bajo el muelle, era una joven y parecía que se estaba ahogando. Por miedo a que fuese su hermana de nuevo se tiró a la playa a sacarla.

Tomó entre sus brazos el cuerpo de una chica esbelta, con solo tocarla le dio la sensación de que era preciosa. Cuando llegaron a la playa a duras penas y fueron bañados por la luz de la luna, observo asustado que la chica a la que había rescatado era la sirena que había estado viviendo en sus sueños de manera recurrente.

Pero no le miro de manera terrorífica, no le mostro un rostro infernal, solo le miraba sonriente y agradecida. Observando más detenidamente su cabellera negra le pareció realmente atractiva, sus profundos ojos le mostraban un océano de posibilidades junto a ella. Su piel se pegaba insistentemente a un vestido blanco y rasgado, el cual le sonaba bastante familiar.

La risueña sirena no parecía en nada la que había visto en sus otras pesadillas, esto parecía más bien un sueño muy agradable. La chica, como adivinando sus pensamientos, se acercó a él lentamente gateando, en una pose de lo más normal pero de alguna manera en ella resultaba de lo más sensual. Al ver como las ondas de su pelo se deslizaban suavemente por su espalda y hombros.

-Aarón-dijo ella con una voz extraña, sonaba con eco y realmente metálica- ¿Estás preparado para lo que viene ahora?

El rostro tentador que había sido antes comenzó a desvariar, sus ojos empezaron a abrirse y a mostrar una especie de curvas en lo más interno de su ser, como si una mar brava se acercase a él para llevarle a lo más hondo. Su pelo comenzó a danzar en el aire como si no pesase nada, como si estuviesen en el agua.

Aarón asustado intento retroceder, pero ella le agarro suavemente del rostro, capturándolo entre sus manos. Sus labios se aproximaron para darle un beso cuando de pronto se despertó.

Miró por la ventana para  ver que ya estaba entrada la tarde. Caramelo le miraba receloso desde el suelo, seguramente le había empujado al levantarse. Se incorporó y le acarició mientras se calmaba.

Jamás había creído la leyenda de su pueblo sobre la sirena, ¿entonces por qué no paraba de soñar con ella?, primero sintiendo lo que ella en teoría sintió y luego como si le conociese y le odiase al mismo tiempo. Era escalofriante. Decidió tener contacto con otros humanos para despejarse, paso primero por el cuarto de su hermana. Alina no se percató de su presencia, estaba como ida, pintando. En su lienzo había dos sirenas de bellos colores bailando en sincronía. Sospecho que hablar con ella ahora mismo no sería lo mejor para cambiar de aires.

Bajó las escaleras con el ritmo monótono y cansado habitual, en el salón se encontraba Sibil escuchando la radio, estaba escuchando unos ritmos muy marchosos que incitaban a bailar, pero a su abuela la incitaban a leer con mayor avidez. Sibil alzó la vista para sonreír a su nieto, pero al ver sus ojeras y su cara de preocupación no tardó en ordenarle que se sentara.

The Silent SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora