-Veamos, Lily-comenzó Aarón situándola en la entrada- si giras a la derecha está el salón, a la izquierda la cocina y enfrente las escaleras.-
Tal como había dicho Aarón, nada más entrar en la casa había una intersección sin puertas, la cocina no tenía nexo de separación con la entrada, más que el cambio de madera por baldosas. El salón tenía un arco en la pared con hilos de cuentas colgando, era la única separación. Ante Lily la escalera de madera oscura de extendía hacia el piso de arriba.
Era de día y la luz bañaba ambas habitaciones, Sibil se había ido a pasear a Caramelo y hacer unos recados con Alina, le habían encomendado enseñarle la casa a Lily, pero le parecía muy difícil sin poder tener respuesta alguna por su parte.
Lily miro ambos lados emocionada y posteriormente se decidió por la cocina, iba descalza, así que el contacto con el suelo frío de baldosas color arena la hizo retroceder confusa. ¿Es que nunca había pisado una baldosa? Lily miró a Aarón como esperando su aprobación, así que este se adentró antes en la cocina.
La cocina tenía una gran ventana en la pared izquierda que solía alumbrar todo el día, una larga encimera surgía incrustada en la pared contigua de lado a lado. En ella había varios cajones y armarios para guardar los útiles de cocina junto con un horno y una cocina de fuegos. Pegado a la pared de la derecha estaba el frigorífico y un armarito de pared con puertas de cristal donde guardaban minuciosamente las especias. En el centro de la sala, una mesa grande y redonda con cuatro sillas. Aunque solían usar solo tres.
Mientras Aarón la enumeraba y explicaba que era cada aparato de esa humilde cocina, Lily se paseaba con verdadera admiración, incluso abrió varias veces los cajones y armarios revoloteando.
Aarón salió de la cocina y Lily comenzó a seguirle como un pequeño animalillo, de veras que le parecía una autentica molestia, a una persona normal enseñarle la casa no le tomaría toda la mañana. Pero con ella, parecía que no había manera. En vez de dirigirse todo recto hacia el salón torció por un pasillo pequeño entre la cocina y la escalera.
Había una pequeña puerta de madera algo ajada, abrió la puerta y le mostró a Lily un enorme almacén repleto de comida. Quesos, verduras, frutas y otros muchos productos.
-Aquí es donde cogemos la comida que no necesita de la nevera para cocinarla-explicó.-
Como siempre, no hubo respuesta, solo un giro de cabeza que removió su larga cabellera y una sonrisa. Aarón miró al suelo para evitar sonrojarse, no sabía qué demonios le pasaba con esa chica. Tenía amigas, tenía una hermana, pero nunca había reaccionado así. No pudo evitar el tema que salió a colación la noche anterior, pero cuando iba a ponerse a divagar oyó como las cuentas del salón se revolvían y junto con pequeños quejidos.
Lily estaba enredada en las cuentas, Aarón no pudo hacer otra cosa que echarse a reír mientras la ayudaba a desatar su pelo. Una melena que la llegaba hasta casi las rodillas, es normal que no sea fácil moverse con eso. Pero era tan suave al tacto y tan agradable a la vista que no se le ocurriría decirla que se la cortara.
Ahora tocaba presentar el salón, era bastante grande, lo primero que se encontraba uno era un sofá granate pegado a la pared que daba a la calle, bajo la ventana. A su lado una lámpara alta y la butaca de Sibil, era un lugar perfecto para leer con una pequeña mesilla que sostenía la radio. Frente a ambos una pequeña mesilla con varios libros y revistas donde Alina solía apoyar los pies. En esa parte del salón era donde habían socorrido a Lily y donde habían hablado después.
La pared donde se apoyaba la butaca estaba repleta de estanterías llenas de libros, casi parecía una pequeña librería. Al fondo una mesa rectangular más elegante rodeada por 6 sillas con asientos color verde. Se suponía que era para invitados o situaciones especiales, pero no recordó haberla usado nunca.
Tras esta, había una puerta que iba al cuarto de Sibil, pero en todo caso eso debía enseñárselo ella. Apartó a Lily de la puerta y la llevo hacia las escaleras. Aunque solo el hecho de tocarla le hacía plantearse tantas cosas.
Arriba había un baño al final del pasillo y cuatro habitaciones. Le daba mucha vergüenza enseñarla el baño, por si tenía que ponerse a explicar para que sirve cada cosa, así que directamente fue a por las habitaciones.
Justo enfrente de las escaleras estaba la habitación de Alina, tenía una puerta blanca pintada con margaritas amarillas por ella misma. Al abrir la puerta les dio la luz de la ventana de bruces, las cortinas blancas que tenía no es que tapasen mucho la luz. Junto a la ventana había un escritorio lleno de materiales de dibujo, un caballete y un lienzo.
El armario estaba repintado de blanco lleno de flores de vivos colores, y la cama, situada junto a este, tenía un cabecero con barrotes de color hueso, a Aarón le recordaba a las típicas camas de princesas de los cuentos.
Cuando se giró Lily no estaba con él, había entrado en su cuarto y observaba curiosa los estantes con libros de medicina, su microscopio, su escritorio lleno de apuntes… en general su cuarto y el de su hermana tenían los mismos muebles, pero decorados de diferentes colores o con diferentes objetos.
-Lily, vamos a ver tu cuarto.-dijo moviéndose por el pasillo, ella le siguió dando saltos emocionada, se paró en una de las dos puertas que quedaba en el pasillo antes de llegar al baño. Le señalo la puerta preguntando si era esta.-No, ahí no puede entrar nadie. Es una antigua habitación y está cerrada con llave. Es esta-
Justo enfrente de la puerta que había señalado Lily había otra igual, al abrirla se vio un modesto cuarto de invitados, tan solo con una cama, un armario y una pequeña mesa que hacía las veces de escritorio.
-Puedes quedarte aquí dentro si quieres, es tu cuarto-dijo Aarón mientras se disponía a bajar al salón, pero Lily ya le estaba siguiendo.- ¿Sabes que no tienes que perseguirme todo el rato verdad?-
Lily se limitó a sonreír, al menos cuando él se sentó en el sofá, ella se quedó mirando las fotos repartidas por la sala. Mientras la miraba revolotear constantemente, recordó la conversación que tuvieron a altas horas de la noche, cuando Lily cayó rendida en la cama.
Habían estado hablando de como Aarón la encontró, de que no parecía ser de aquí y mucho menos tener algún familiar cercano que la socorriese. Las primeras palabras de Alina acerca del asunto las recordaba perfectamente.
-Está claro que no es normal-había empezado a decir.- tiene el pelo realmente así, no es teñido ni esta alterado. Había oído hablar de los albinos, pero no de gente con el pelo rosa.
-Tienes razón-la contestó él- no recuerdo haber estudiado esos rasgos en genética, ni haber tratado nada similar. Además para ser muda no conoce ningún tipo de forma de comunicarse, como la escritura, y emite sonidos. Parece que más que muda es que no ha aprendido a hablar.
-Tiene un aspecto realmente fantástico-analizó Alina-quizás sea un hada, una princesa encantada o algo similar.-
-Ya claro- se burló su hermano-en todo caso será el experimento ese que se rumorea que se ha fugado.-
-Lo que está claro es que es alguien que escapa a nuestro conocimiento-concluyó Sibil- y no vamos a dejarla sola y desvalida.-
No habían conseguido sacar nada en claro, parecía una chica de lo más inofensiva así que no tenían problema en tenerla de invitada. Aunque la curiosidad carcomía a Aarón, estaba decidido a llevarla al hospital a que la examinaran.
Lily le sacó de sus ensoñaciones tirándole del brazo para que se levantara, le llevó hasta la pared donde había colgada la foto de un joven, una foto antigua en un marco sencillo. El retrato mostraba a un joven que rondaría los veinticinco, tenía unos ojos color miel y un pelo revuelto y oscuro. Se parecía bastante a Aarón, salvo por las señas de una pequeña barba y una sonrisa de pillo.
-Es mi padre-contestó Aarón a la pregunta que Lily no le había hecho.- no te preocupes por él, no le vas a tener que ver.
Se apartó bruscamente de la fotografía dejando a Lily confusa, mirando el retrato y girándose para mirar cómo se iba su guía. Finalmente poso la mano en la foto a modo de despedida y le siguió.

ESTÁS LEYENDO
The Silent Song
FantasyEn un mundo donde prima el desarrollo y la extravagancia aun perdura un pequeño pueblo, arraigado en las viejas costumbres y miedos. Lo que quizás nadie sepa, es lo que se esconde entre sus calles, su bosque, su playa o su biblioteca. Hechos fuera...