Capítulo 66: Fin

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Había sido un día de lo más extraño. La familia al completo había preparado un gran banquete de desayuno, otro en la comida... se habían abrazado más de lo habitual, habían curado las heridas de los accidentados guerreros....

Pero lo más extraño no era salir de una rutina antigua, de la que ya se habían desubicado, si no ese sentimiento extraño que latía dentro de sus cuerpos. Demasiadas emociones y hechos increíbles habían sucedido para que ahora todo se desvaneciese sin más.

Las estrellas se marcharon tras dejar el pueblo intacto y las hadas hicieron lo mismo tras recomponer la parte del bosque que fue arrastrada por el agua. Es como si nada hubiese pasado. Incluso Dana había desaparecido.

Esto provocaba que se comportasen de forma extraña. Alina, tan risueña y revoltosa, ahora miraba la ventana con gesto cansado. Aarón no paraba quieto un minuto, Sibil suspiraba constantemente, Zoorahkrin parecía incapaz de quedarse solo y Lily se tumbaba en el suelo para que Caramelo se tumbase encima de ella.

Se reunieron todos por la noche en la biblioteca, que abrió una sesión nocturna especial, solo para aquellos que podían hablar de la historia. Las estanterías se sustituyeron por una gran mesa llena de comida, a petición de Maven, por artificio de Naomi hermosas luces doradas iluminaban la sala además de un conjuro especial, como regalo de Dante.

Cuando alguien cruzaba el umbral, su ropa se convertía en un disfraz de cuento. Naomi parecía una princesa, Tomás un bufón, Sibil una bruja blanca, Lily un hada, Aarón un guerrero bastante agreste, Daniel un mago barbudo... realmente era una estampa digna de recuerdo.

Se compartieron historias y anécdotas, no había silencio en ningún momento ya que en cuanto acababa una historia, las carcajadas servían de intermedio para la siguiente. Aquella atmosfera parecía distraer la sensación de vacío que apretaba sus estómagos, pero no la disolvió del todo.

A fin de cuentas, lo que faltaba ahí era el sentimiento de superarse, de llegar más lejos, de salvar un pueblo entero. Una vez logrado debían llenarlo con un objetivo aún mayor.

-Quiero decir algo-dijo Aarón levantando su copa ante la corte del cuento- Pienso dejar los estudios.-

-Si lo dices por que no has dado ni palo para el examen de mañana...-dijo Clara, que iba vestida de cortesana- no me parece una muy buena excusa.-

-Tía, no me estropees el brindis-se quejó, pero después carraspeó para devolver el tono sentimental y solemne a la situación- creo que no estaba hecho para eso, creo que puedo hacer algo mucho mejor con lo que me ha tocado.-

-La madre que te parió...-soltó de pronto Sibil, asombrando a sus nietos, pues era lo más parecido a un insulto que la oían decir en mucho tiempo.- Más te vale devolverme lo que costó meterte ahí.-

Todos echaron a reír y Aarón se acercó a ella a darla un beso, hundiendo sus labios entre su pelo. Pero esa confesión llevó a otra, Zoorahkrin apretó la mano de Alina, ya que parecía que sus palabras se habían quedado atascadas en la garganta, esto la dio fuerzas para habla alto, claro y con energía, como solía hacer.

-¡Pues yo me marcho!-gritó de golpe-

-Como te gusta llamar la atención...-se burló su hermano-

-En serio-dijo ella fingiendo cara de indignación- Zoorahkrin y yo nos vamos. Quiero ver mundo, volar a sitios que jamás habría esperado visitar y mandaros los dibujos de todos los sitios que vea.-

Naomi se levantó corriendo para darla un abrazo, al cual se sumaron muchos de sus amigos. Aarón sonrió al observar la escena, por una vez pensó que realmente estaban destinados a ser una aventurera y un sabio, también le alegró al pensar en toda la gente que había conocido, en todas las historias vivas que se habían clavado en su retina. Lily se apoyó exhausta en su hombro, lo que le hizo cerrar los ojos y apoyar su cabeza junto a la suya.

Pasó la noche poco a poco, cada cual fue marchándose más tarde o más temprano. Finalmente solo quedaron la familia homenajeada y la anfitriona, cada vez que Naomi bostezaba o cabeceaba sus luces de oro titilaban, así que decidieron terminar la fiesta.

-¡Dante!-se quejó Aarón, llevando a Lily a su espalda- ¿Se puede saber que la has echado en la bebida? Está agotada.-

-Nada nocivo hombre-se defendió el bibliotecario- la veía muy excitada y nerviosa, así decidí dejarla más tranquila. Y aun así no se duerme.-

Lily hizo un gesto con los dedos para mostrar que estaba en perfectas condiciones, pero con su otra mano se agarraba con fuerza a la camisa de Aarón.

-Tened cuidado al volver a casa-dijo Maven desde la biblioteca, aun vestida con su traje de reina.- Aunque con lo que habéis vivido no creo que os haga falta.-

-El destino es traicionero-sentenció su marido, razón por la que le dio un golpe de castigo en el brazo.-

-Pájaro de mal agüero...-

Aarón se giró, dejando al alegre matrimonio con sus riñas de enamorados. En lugar de bajar hacia casa, se dirigió hacia la fuente del pueblo, donde le aguardaban sentadas Alina y Sibil, junto con Zoorahkrin de pie.

-¿Os tenéis que marchar ya?-preguntó con un tono más triste de lo que le gustaría reconocer, mientras dejaba a Lily en el suelo.- ¿No podéis esperar unos días?-

-Creo que es mejor cuanto antes,-dijo Zoorahkrin- así si alguien ve un lagarto gigante en el firmamento no se extrañara, con todo lo que ha ocurrido...-

-Di que es mejor arrancarlo de cuajo-aclaró Sibil- como las tiritas cuando erais pequeños.-

Cada vez la costaba más y más permanecer dura y seria. Era una mujer que había esperado décadas para poder despedirse y dejar marchar a su marido y a su hijo. Ahora se encontraba con la situación de dejar marchar a su nieta y a la versión que siempre había conocido de su nieto.

Cuando abrazó a Alina por última vez, recordó la cantidad de veces que la tuvo entre sus brazos. La vinieron a la mente todos los detalles, incluso el tierno olor de cuando era una niña. Ahora había cambiado mucho, pero seguía siendo su niña. Mientras secaba en ella unas breves lagrimas la farfulló que se abrigase, que comiese bien, que no corriese peligro, que escribiese... y esas cosas.

Todos se despedían, se abrazaban, se daban consejos para el viaje. Pero Aarón no quería acercarse demasiado a su hermana. Incluso ella se dio cuenta, cuando su hermano terminó de abrazar a Zoorahkrin, se abalanzó contra él de un cabezazo.

Los dos cayeron contra el suelo y cada cual se encontró con los ojos del contrario.

-Sigue siendo tan cascarrabias-dijo Alina mientras se levantaba.-

-Y tú tan insoportable-

Como si fuesen a encontrarse al día siguiente cada cual emprendió su camino. Aarón siempre recordaría como se quedó dormido observando el hipnótico vuelo de un dragón en el horizonte, al ritmo del amanecer.

También recordó como despertó sobresaltado, esperando encontrar unos ojos ambarinos mirándole juguetones. Como fue al espejo, intentando encontrar su otra mitad más bajita y sobresaltada a su lado, cepillándose los dientes. Y como terminó apoyado contra el marco de su puerta, junto con Sibil.

Permanecieron allí un rato, mirando las paredes y muebles pintados a mano, los peluches, la ropa desordenada... veían a Alina pintar un lienzo, bailar o componer una canción allá donde miraran.

Sibil finalmente se marchó primero y Lily la sustituyó, acariciando el brazo de Aarón, que la mantuvo entre sus brazos despertando poco a poco de la ilusión.


The Silent SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora