Capítulo 30: En lo profundo del bosque

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Allí estaban todos de nuevo, en el hospital. Alina se frotaba los ojos molesta, estaba claro que no le había gustado nada que su hermano la despertase tan temprano solo para ir a ver a un desconocido. Jean y Azura correteaban felices por la habitación. Los únicos que parecía que de verdad querían estar allí eran Lily y Aarón.

Habían pasado el rato hablando de banalidades, incluso comenzaban a llevarse bien. Incluso Viktor comenzó a fijarse en Alina con algo más que interés. Al principio a Aarón no le hizo gracia, pensó que era como Tomás, siempre detrás de la que se le ponía por delante. Pero luego cayó en la cuenta de que podría haber pasado toda su vida sin ver a una mujer, era de lo más normal que al principio se embelesara por todas.

La llegada de un hombre viejo, con barba canosa y larga les interrumpió. Alina pensó en que eso era lo que se imaginaba cuando pensaba en un mago, en un hombre mayor con barba larga, nada que ver con lo que conocía como un mago de verdad.

-¡Doctor!-exclamó Viktor, al principio hablo contento, pero luego su voz se entristeció- ¿Qué hace usted aquí?

Era evidente que hacía allí, si era el responsable de Viktor había venido para llevárselo de vuelta. La alegría de volver a ver a su único ser conocido se esfumó al saber que simbolizaba la pérdida de su libertad.

-He venido a ver qué tal te encuentras, Viktor, nos has tenido muy preocupados.-

Salieron todos menos Aarón, que se sentó en la silla a observar. Aquel científico le inspeccionó la herida, le pasó una luz por los ojos… no eran técnicas que Aarón no supiera y que ya se hubiesen realizado en el hospital. Pero era entendible que aquel hombre quisiera verlo con sus propios ojos.

-¿Vosotros le encontrasteis, no es así?-se había dirigido a Aarón sin mirarle, parecía muy concentrado en lo que hacía- os doy las gracias, aunque el apuñalamiento era innecesario.-

Aarón se fijo en la mirada angustiada y asustada de Viktor y no pudo evitar dar ciertos retoques a la verdad.

-Nosotros estábamos buscando a los niños que se nos habían escapado de casa,-dijo cerrando los ojos y haciendo gestos para restarle importancia- Viktor debió de encontrarlos, yo le ví en ese momento.-

-¿Y entonces le apuñalaste?-

-¡Eso no es así, Doctor!-

La mirada fulminante de aquel anciano hizo que aquel pobre experimento cerrase la boca. El foco de aquella vista se dirigió hacia Aarón que intentaba permanecer lo más calmado posible. Eso era un interrogatorio pero sin una lámpara que le apuntase a la cara, pero no podía dejar de pensar que había sobrevivido a interrogatorios peores.

-Cuando me dirigí hacía ellos una extranjera le apuñaló, cuando se dio cuenta de lo que hizo salió corriendo-hizo una pausa en la que aquel hombre le miraba no muy convencido- ya sabe, con el bombo que se le ha dado en las noticias, la gente estaba terriblemente asustada. Y conociendo a algunas personas de por aquí, demasiado poco le ha pasado.-

El anciano doctor bajó la cabeza y finalmente asintió. Entonces compuso una amplia sonrisa. Abrazó a Viktor y le pidió que descansará. Se dirigió con paso pesado hacia la puerta y se marchó. Aarón salió tras él y le interceptó en mitad del pasillo, no era muy complicado, pues andaba aletargado, como si se hubiese quitado un peso de encima y ahora cargara con el cansancio acumulado.

-Señor, disculpe, me gustaría preguntarle una cosa-

-Dime, muchacho, ¿De qué se trata?-

-Verá… seré directo ¿Aquella joven de pelo claro que estaba en la habitación, es otro experimento como Viktor?-

The Silent SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora