Capitulo 14: Dante

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Aarón y Alina habían tramado un plan, no muy complejo para que mentir, en el que podrían resolver sus dudas acerca de Dante Olárzabal. De siempre habían oído que era un hombre extraño y huraño, pero el poco contacto que habían tenido con él era surrealista.

Su manera de ser no dejaba lugar a dudas, no solo no era un hombre normal, si no que estaba haciendo recapacitar a Aarón sobre muchas que antes daba por hechas. Por lo que decidieron emprender un ataque kamikaze en pos de aclarar ideas.

Estaban parados frente a la puerta de la biblioteca, Alina se retorcía los bordes de la camiseta nerviosa y Aarón apretaba fuertemente los puños, todo porque encontrarse con aquel hombre era algo que quitaba el hipo de por sí.

El plan era sencillo, solo debían encontrar la manera de que Naomi o su madre les condujesen al despacho, muchas personas, algunas más cotillas que otras, habían intentado traspasar las puertas de esa pequeña fortaleza personal, pero no había manera si quiera de encontrarlo.

Entraron decididos a aquel laberinto de libros, tras cruzar el pasillo de la entrada encontraron a sus dos objetivos charlando en el mostrador. Naomi les saludó efusivamente, haciendo que su madre se girase para verles. Calculando lógicamente esa mujer debería rondar mínimo los cuarenta, pero los falseaba muy bien. Tenía un cuerpo esbelto y parecía muy alegre y activa. Su pelo estaba recogido en una trenza de la que se escapaban varios mechones color chocolate, pero un único mechón, procedente de la parte delantera del rostro, descansaba sobre su hombro, lo extraño es que era puramente blanco. Sus ojos color avellana se posaron sobre los chicos y se entrecerraron por su gran sonrisa.

-Hola chicos,-saludó Naomi- os presento a mi madre, se llama Maven.-

-Sé que no es un nombre muy corriente-dijo esta- pero no os preocupéis si os cuesta pronunciarlo, ¿sois Alina y Aarón verdad? Creo que cuando erais más pequeños os vi por la librería, habéis crecido un montón. Estáis guapísimos.-

Los mellizos se quedaron abrumados, aquella mujer era completamente opuesta a su marido, en esos instantes les estaba estrechando entre sus brazos a modo de saludo, algo que seguramente el otro jamás haría salvo para estrangularles.

-¿Necesitáis que os ayudemos en algo o habéis venido a ver a Nao?-preguntó sonriente Maven mientras les soltaba-

-Yo había venido a hablar con Nao-dijo Alina, escurriendo el bulto-

-Vale, pero tengo que ir a ocuparme de la librería-dijo Naomi saliendo del mostrador con unos libros encima- ¿no te importa?-

-Mm... no, claro-dijo Alina mirando de reojo a su hermano- yo te ayudo.-

Mientras ambas se despedían Aarón quedo algo decepcionado, veía bastante difícil que su hermana pudiese llegar al despacho, y eso que ella era la que tenía más posibilidades. Se giró para ver que Maven estaba posando las manos sobre sus hombros cariñosamente.

-¿Y a ti, en que puedo ayudarte?-preguntó aquella mujer-

-Pues,-Aarón no tenía pensada ninguna excusa, estaba bastante perdido, se esperaba el trato con una mujer seca como su marido, no sabía cómo enfrentarse a alguien así- quería hablar con su marido.-

-Vaya, ¿es por el libro que trajo tu hermana?-dijo la mujer como si nada, realmente le parecía un asunto de lo más mundano- Tranquilo, no es muy normal que nos traigan un libro antiguo, me lo contó y me explico vuestro trato especial.-

Parece que aquel extraño hombre había preparado una excusa por sí él era tan estúpido de aparecer sin una, y menos mal porque había dado en el clavo. Maven le tomó del brazo y le encamino por aquel laberinto de libros.

The Silent SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora