— Increíble — es la única palabra que escucho, busco con la mirada a Diego, que baja el violín con los ojos brillantes—, eres maravillosa, Sabela — paso mis ojos por el resto de cuerdas hasta llegar a Nala, que se limpia con un pañuelo.
— Esto era lo que faltaba — inspiro profundamente con una sonrisa, noto mis mejillas resecas por las lágrimas—. Tienes que trabajar en no echarte a llorar, Sabela, es lo único — asiento tragando saliva, cierro la cubierta del piano y me paso las manos por los muslos.
— Vale — susurro, notando el desgaste emocional que conlleva esa pieza—, muchas gracias a todos — sonrío algo triste, camino hasta bajar del escenario.
Siento un escalofrío recorrerme mientras ando por el pequeño pasillo ente las butacas, me pongo la gabardina y salgo a la calle. El frío aire de octubre me eriza la piel, inspiro profundamente y cruzo los brazos colgándome el bolso en el hombro.
— Eres una pasada, Bels — escucho la voz grave de Diego a mi derecha, la manera en la que suena la piedra del mechero me hace mantener la mirada en el mar—. ¿Vienes al piso? — niego, vislumbro el brillo de sus ojos azules por el rabillo del ojo— Podrías, seguro que te diviertes más que en tu residencia — río, el humo cruza en frente de mi y me giro hacia él —, nos vemos mañana.
— Gracias por estar aquí, en esto — él acuna mi rostro con la mano en la que no sujeta el cigarro.
— Te prometí que iba a estar siempre, en cada paso por pequeño que fuera — con el pulgar me acaricia la mejilla—. Cómo no iba a estar en tu pase de grado — sonrío con los labios apretados y una molestia ligera en el estómago—. Venga, vete, que sino te arrastro al piso — lo rodeo por el cuello, él me abraza con la mano que antes me sostenía la cara, en la que tiene el cigarro la aparta de mi.
— Te quiero, muchísimo — hablo pegada a su cuello, él deja un beso en mi frente y da unas palmadas en mi espalda.
— Y yo a ti, super estrella.
Me despido de él con la mano y echo a andar por las calles de mi ciudad. Inspiro profundamente antes de girar a la derecha para cruzar por el puente en dirección a la otra parte de la misma. Observo el cielo oscuro, con un par de puntos brillantes que destacan, no demasiados por la luz que hay en la ciudad.
Inspiro profundamente pensando en la cantidad de cosas que han pasado estas semanas. Irina planteándose solicitar un adelanto en el grado o dejar el conservatorio. Diego volviendo a entrar en mi vida como parte esencial en ella, cómo si nunca se hubiera ido. Nuria pensando en venirse mucho antes del tiempo acordado porque no quiere que esté sola el día que lleguen mis padres. Y Nico, sin haberse enterado de nada de esto.
Hablamos, no tanto como antes, quizás es algo que estaba destinado a pasar e, irremediablemente, a separarnos de nuevo. Por lo menos, una vez cada dos semanas hablamos, nos contamos la mayoría de cosas que nos pasan; la mayor parte del tiempo soy yo la que habla, es algo que me da la sensación de que le quito un espacio para conversar, por esa misma razón evito llamarlo, excepto algunos días de partido, que es imposible que no lo haga.
Una entrada masiva de notificaciones me hacen parar a un lado, me saca de mis pensamientos el sonido de mi teléfono, el cual pongo en silencio nada más lo desbloqueo, todas de WhatsApp. Abro la aplicación, el primer nombre que me sale es Ansu, pasándome un video. Saco los auriculares del bolso para conectarlos al teléfono, abro el video sin esperar al ver al entrenador del equipo en pantalla.
— En el mediocampo tienes que seguir tu marcaje, en ese sentido, Nico deja profundidad de Lemar. No sigue a Lemar, entonces nos falta uno en el medio — siento que me hierve la sangre—. Puede ser ahora que entendáis por qué a veces hemos jugado con tres centrales, porque así dejamos demasiados espacios, no tenemos velocidad en el medio del campo desde gente como Llorente o Lemar, en ese sentido, y hay que seguir. Entonces es duro de aceptarlo...
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Firefly · Nico González
FanfictionF | FIREFLY (Dream Teen #1) "¿No has intentado alguna vez explicar una sensación? Cuando hay una parte de ti que quiere soltar el pedal, tú sigues acelerando. No sabes porqué pero parece que te sientes vivo. Aunque no estés en el mismo lugar, tú cre...