Firefly · Nico González

Epílogo.

Veo salir las banderas de España y Francia, la copa del mundo en medio del campo. Las cámaras enfocan el interior de los túneles de vestuario. Veo a Nico, Gavi, Ansu, Pedri y Eric hablando entre ellos. Trago saliva viendo a todo el equipo. Empiezan a salir las banderas de la FIFA, muerdo mi labio inferior en cuanto ellos empiezan a salir. El primero en salir es Eric, detrás Nico, después Gavi, Pedri y el siguiente Ansu. Todos salen serios, se colocan en fila. Veo a todos mirar hacia hacia arriba, observando la cantidad de aficionados que hay.

Se me eriza la piel al ver a Eric acercándose al presidente, él camina al lado de ellos y presenta a todos los jugadores de nuestro equipo. Vestidos de con un chándal rojo. Sonrío al ver la cara de orgullo del chico. Vuelve a su sitio tras haber saludado a todos, Nico y Gavi ríen juntos, posiblemente nerviosos. Pedri y Ansu se miran entre ellos.

Suena le himno nacional de España, me fijo en la cara de los chicos a través de las pantallas mientras les hacen un primer plano. Noto cómo mi corazón bombea con fuerza, trago saliva sin dejar de mirar hacia todos, pero sobretodo a los cinco chicos que conocí año y medio atrás, siento orgullo por ellos. Se me eriza la piel al escuchar al público corearlo. Sostengo la bandera que me cubre los hombros con fuerza, veo un plano a la familia real de repente.

Hay un plano de ellos desde arriba, Eric tiene los brazos cruzados, está de frente al capitán del equipo francés. A ellos los rodean los árbitros. Escoge Eric, que elige el campo opuesto al que se encuentra nuestra afición. Se da la mano con el capitán de la selección francesa y caminan en dirección al lugar. Me fijo en Nico, que camina con la cabeza gacha. Dan un par de saltos, enfocan a Luís Enrique, que sonríe. El equipo francés se concentra y hablan entre ellos. Siento una ola de nervios por todo mi cuerpo.

El primer gol nuestro no tarda en llegar, un despiste del portero francés que Pedri aprovecha para marcar el primer gol del partido. El estadio lo celebra, pero no demasiado, queda mucho por jugar y no podemos confiarnos. Van pasando los minutos, llega el primero de ellos. Resoplo molesta, estamos llegando al final de la primera mitad de partido. Eric da instrucciones algo enfadado, pero anima al equipo.

Pitan el descanso y el marcador se encuentra igual para ambos equipos, bebo agua y me ato el pelo. Hace muchísimo calor, debe ser por toda la gente que hay aquí. Noto cómo el brazo de uno de mis acompañantes me rodea, sonrío al ver que es la hija del seleccionador la que me abraza.

— El primer partido realmente importante es muy complicado para todas — sonrío asintiendo—. No te preocupes, estoy segura de que van a ganar.

— Yo también lo estoy — sonríe, me aprieta la mano con fuerza—. Lo sé.

Vuelven al campo, empieza la segunda parte. El equipo francés se pone por delante por otro gol del mismo que el primero. Resoplo viendo a los chicos caminar hacia el medio del campo, Pedri intenta animarlos, al igual que Gavi, que aplaude gritando. No se le escucha por el bullicio de la gente, pero se le ve. El segundo es un gol de Gavi, con asistencia de Busquets, grito, celebrando por ambos.

Siento mis manos temblorosas, muevo el pie con nerviosismo sin apartar los ojos del reloj. Últimos dos minutos de partido, España contra Francia, empate dos a dos. Muerdo una de mis uñas nerviosa, estoy tan cerca del campo que siento que puedo escuchar el corazón de Luís Enrique en mis oídos bombear con fuerza. Trago saliva viendo venir hacia este lado del campo a Eric con el balón, Gavi y Nico ya están arriba, veo cómo la cabeza de Ansu sobresale desde el banquillo, cambiado poco después del gol de Gavi, Pedri corre por el campo hacia arriba.

Eric le pasa la pelota a Gavi y el niño hace una maravilla con el balón que soy incapaz de explicar, su primer mundial. Me pongo en pie, agarrándome a la barandilla. Siento que mi corazón va a explotar, no pierdo de vista a Nico, escucho cómo la gente empieza a gritar en cuanto la pelota llega a él, puedo escuchar un tira que grita Gavi. No se lo piensa, mueve un poco más la pelota y da una patada al balón con fuerza.