Capitulo 12.

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Capítulo 12: ¿Debería creerle?

|Kate|

No, no, no, no.

Pero si, tan si.

Los labios de Michael se sentían demasiado bien con los míos. Un millón de mariposas revoloteaban por mi estómago sin parar y mis ojos eran reacios a abrirse. Estaba disfrutando este momento, yo inclinada como lo que soy, una princesa, y él sosteniéndome como un verdadero príncipe.

No quería separarme de él, estaba entreteniéndome demasiado a la vez que abría y cerraba la boca, sintiendo su acolchada lengua invadir la mía.

Estaba aprendiendo, estaba adquiriendo experiencia y me gustaba, por muy mala que sea la situación, me gustaba de sobremanera besarlo; a él, a Michael. Parecía un profesional ¿Supongo que este es su primer beso, verdad? Claro que si, tiene que ser, no creo que todos tengan la imprudencia que tiene Harry, que ha besado quizás a cuantas más en sus cortos veinte años.

Pero no es nada comparado con Harry, es muy diferente. Este beso es mucho más lento, más tiernito, más dedicado, más como esperé que fuese mi primer beso sin aun saber que se tenía que abrir tanto la boca para eso. Harry era un poco más... bruto, él me acariciaba la cintura y el rostro, respiraba un poco más profundo, era mucho más seguro y eso a la vez me hacía sentir muy insegura. No obstante, con Michael tenía una sensación diferente.

Pero ya basta, siento que hemos pasado como diez minutos sin parar y mis labios ya estaban adormecidos, me imaginaba como estaban sus brazos a estas alturas de sostenerme por tanto tiempo.

Me separé de su boca lentamente, sintiendo su respiración mezclada con la mía. Él sonrió y yo le devolví la sonrisa con mucha mas timidez, parecíamos dos tórtolos embobados el uno por el otro, sonrojados por un simple beso que para mi, significó mucho más que eso.

O al menos eso quería creer.

—Mi lady, yo...— puse mi dedo índice encima de sus labios antes de que pudiera decir alguna otra palabra, no quería escucharlo y morir de vergüenza aquí mismo, no quería que dijera lo mal que beso tal como Harry me lo había dicho.

Carraspeé la garganta y me erguí, incitándolo a que dejara de sostenerme, cosa que captó inmediatamente y me soltó. Ambos nos pusimos de pie, uno frente al otro, sentí su mano ahuecar mi mejilla y su intensa mirada azul penetrar mis ojos con ternura.

—Nadie... nadie tiene que enterarse de esto, Lord Michael...— musité de manera dulce pero dejando un destello de verdad.

—No se preocupe por eso. Nadie, absolutamente nadie sabrá lo que acaba de pasar.—alejó su mano de mi cara y tomó mis manos, aprisionándola con las suyas.

Le sonreí en agradecimiento, antes de que volviese a acercarse a mi y depositar un corto beso en mis labios, de esos simplecitos que solo basta un tacto para entender lo que çel siente por mi y lo mucho que quiere ganarse mi corazón.

Bueno, supongo.

Michael remontó demasiado con esto, mientras que Francis... Francis se mantiene en el primer lugar, no voy a mentir, solo con recordarlo mi corazón se acelera así que no fingiré que por su rechazo ya lo dejé en segundo lugar. En cambio, Chaddonay ocupó indiscutiblemente en lugar de Charles.

Y es que con solo verlo me dan ganas de besarlo otra vez.

—¿La acompaño al castillo, mi lady?— preguntó, ofreciéndome su brazo para así poder enganchar el mío.

Pero me negué.

—No, Lord Michael, tomaré otro camino por ahora.— le comenté, con mi mente dispuesta a ir donde Harry y contarle todo lo que había pasado y como los planes habían sido cambiados rotundamente. —Puede ir usted primero.— le sonreí, asintiendo con la cabeza en señal de permiso.

Baskerville |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora