Baskerville |h.s|

Capitulo 15.

Capítulo 15: los Baskerville estan locos.

|Harry|

—Te noto callado.— comentó Francis acomodándose la corbata en su cuello, ambos frente al espejo.

—Buena observación.

Mi hermano suspiró.

—¿Te pasa algo?— preguntó en un murmullo, dejando de lado sus acciones respecto a su vestimenta y dando media vuelta para observarme..

—Tu siempre crees que me pasa algo, Francis.— digo con cierto fastidio, arremangándome la camisa y abriendo el grifo del agua para lavarme las manos.

—Será porque cada vez que estás en casa tienes cara de que odias a todo el mundo.— replicó. Yo solté una pequeña risa sin gracia y negué con la cabeza.

—No estoy en casa.

—Sabes a lo que me refiero...— continuó cansino— Podrías tratar de fingir que estar acá te hace feliz o... que al menos te entusiasma.

—Lo estoy, Francis.— recalqué— realmente lo estoy, pero estar aquí con nuestro padre no me hace sentir mejor. Nunca me hará sentir mejor.

Mi hermano chasqueó la lengua.

—Estás exagerando.

—¿Realmente lo crees?— cerré el grifo y mis ojos conectaron con los suyos, tan desafiantes y a la misma vez entristecidos.—No te trates de convencer, tampoco te hace bien.

Fue lo ultimo que dije antes de salir del baño y dejarlo completamente solo.

Realmente me sentía basureado hoy. A primera hora del día gracias a la Baskerville mayor, Beatriz se molestó conmigo; todo por problemáticas que solo adolescentes podrían tener. Después el cargo de conciencia que me da cada vez que mi forma de ser con Katherine es como la mierda, ella no se lo merece, pero a veces sobrepasa mis límites. Tercero, llego a casa y me recibe Patrick Styles, como nunca antes, felicitándome por lo bien que estoy haciendo mi trabajo con la princesa y según él "Que bueno que ya te está agradando la idea de reinar Inglaterra"; ustedes dirán ¡Pero si eso es excelente!... pues no, porque es solo lo que él anhela.

Necesito que estos meses pasen lo más rápido posible para regresar a mi país y ver a mi madre.

Bajé las escaleras y, para colocar la guinda del pastel, la señorita reina actual de Inglaterra se encuentra tomando una taza de té con mi padre.

No, mis días no pueden ir peor.

¿Pero qué hace ella aquí?

Mis pasos se alentaron cada vez que llegaba al final de las escaleras a pesar de que ambos ya me habían visto, ella por una parte tenía una pequeña sonrisa no muy convincente y él formulada una sonrisota llena de orgullo, casi diciéndome con los ojos que soy su hijo favorito.

Patrañas.

—Harry, qué bueno que llegas, justo estábamos hablando de ti.— comentó mi padre levantándose del sillón y acercándose a mi, nada más para palmotear mi espalda suavemente.

—Uhmm... ¿Para que soy bueno?— pregunté confundido.

—Saluda.— Patrick no tardo en susurrarme aquello al oído, recordándome que tenía a aquella mujer de gran status frente a mi.

Hice una pequeña reverencia hacia ella, la cual me respondió con una inclinación de cabeza. Muy cortes de su parte.

—Pues nada, príncipe Harry, solo hablábamos del buen trabajo y esfuerzo que hace para conquistar a mi princesa, es de admirar todo lo que está logrando en estas tres semanas.