Capitulo 28

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final.

|Omnisiente|

Miró hacia atrás, donde se encontraba su familia, emocionados y a la vez destruidos, muy destruidos. Su madre la miraba expectante, su padre le entregaba una sonrisa comprensiva y su hermana asentía con la cabeza en su dirección, dándole aquel empujón que nunca tuvo de ella y que tanto agradecía.

La silla de Mathias se encontraba llena de flores; estaba vacía, ya que nunca más iba a volver a sentarse ahí, pero al menos aquellas flores lo hacían relucir bello, radiante, perfecto. Aunque, claro, nada sería como verlo de nuevo, mirándola con cara de pocos amigos, diciéndole en voz baja que me se apurara, que ya quería irse, que tenía hambre.

O en el mejor de los casos, dándole una sonrisa llena de orgullo.

Pero eso solo va a permanecer en su memoria.

Miró al frente y ahí estaban los cinco personajes que la acompañaron esta temporada, arrodillados ante ella, observándola como si fuese la persona más importante para ellos en este momento.

No lo era, en lo absoluto. Al menos eso pensaba Kate.

Ahora solo quiere estar en su cama encogida como una bolita, ojalá durmiendo para evadir el dolor. Solo quiere retroceder el tiempo y evitar a toda costa todo lo que ha pasado, decirle a mamá que no quiere ser reina, que no quiere tener que escoger, que solo quiere disfrutar de su vida como correspondía, como una mujer de dieciocho años lo merecía.

O solo desaparecer.

Abrió la hoja de papel que tenía en sus manos; había tardado tres días en completarla y no se la pudo aprender de memoria, así que estaba dispuesta a leerla frente a toda la gente que se encontraba en el salón.

—Michael Chaddonay...— comenzó, sus manos temblaban, estaba nerviosa. No quiso mirarlo, pero supuso que se puso de pie para que la gente pudiera identificarlo.— su caballerosidad y amabilidad me hicieron darme cuenta que hombres como usted se necesitan en este mundo, me hizo sentir bella, querida, adorada, si no es elegido el día de hoy quiero que sepa que es una persona destacable y un hombre que cualquier mujer quisiera tener en su vida.

Alzó su mirada y lo observó. Allí estaba él, mirándola con aquellos ojos azules sonrientes. Hizo una pequeña reverencia, a pesar de que habían perdido un poco la comunicación, no puede olvidar que ella, en un acto de rebeldía, besó a ese hombre. Así que en parte le debe algo.

Una disculpa tal vez.

—Pier Castle.— prosiguió .— Destacable personaje, un joven un poco desorientado sin embargo, una buena labia junto a una buena compañía. Gracias por el tiempo compartido, los halagos dichos y la diversión que me entregó. No obstante...— tomó una bocanada de aire.— el tiempo nos dio la razón y puso a ambos por caminos diferentes, usted y yo sabemos a lo que me refiero.

La cálida sonrisa que entregó Pier le hizo saber que lo entendió perfectamente, y al mismo tiempo cuando sus ojos se desviaron hacia sus espaldas, supo que estaba conectando miradas con la mujer que él realmente ama.

Una cálida sensación inundó su pecho. Sonrió.

—Charles Dottle.— carraspeó su garganta y el semblante cambió a serio.— Su admirable valentía y buena voluntad es lo que más destaco de un hombre como usted, no tengo nada más para decir...— miró a los ojos a aquel personaje que al parecer no esperaba algo tan pequeño como eso, pero al momento de escribir la carta pensaba en qué poner sobre él y nada bueno se le venía a la cabeza, o quizás si, pero sabía que no era para nada correcto.

—Francis Styles.— sintió su corazón doler.— la sencillez lo representa, el cual pude congeniar a la perfección, sintiendo una conexión más que especial, logró un maravilloso desempeño durante estos meses ya que su compañía fue más que necesaria para que mis sentimientos afloraran un poco más en todo ámbito, ya sea como hombre, amigo...

Baskerville |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora