Capitulo 22

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Capitulo 22: de fantasía a realidad.

|Kate|q

Mi corazón ha sido destrozado de distintas maneras, pero siento que cada vez es más y más intenso, no pensé que podría ser así. Cuando sucedió el acontecimiento de Milton sentí que se llevó un pedacito de mi y mucho más al saber que no sabré de él nunca más en mi vida. Fue mi primer amigo y la persona a la cual le pude entregar una parte de mi que no sabía que existía.

También me he sentido extraña, desde que casi me entrego a Harry he sentido la necesidad de tenerlo y en las noches no paro de pensar en qué hubiese pasado si Beatriz no hubiese llegado, lo único que sé es que arrepentida no hubiese estado, porque ahora mi mente solo lo tiene a él en la cabeza sabiendo que un futuro juntos es imposible, completamente imposible.

—Hermanita.— Escucho la voz de Elizabeth por mi espalda mientras yo trato de prestarle atención a mi madre quien no ha dejado de darme el mismo discurso una y otra vez. Pasa su mano por sobre mis hombros.— ¿Interrumpo?

—Como siempre.— dice la reina fastidiada.

—Será unos momentos, alteza.— ella rueda los ojos.— Aunque no creo, hay alguien esperando por ella.

—Es cierto, ya es tiempo...— dice mi madre.— buena suerte.— me toma de la cabeza y posa sus finos labios sobre mi frente en un cálido beso.

Elizabeth me voltea para comenzar a caminar hacia la puerta principal.

—Francis esta afuera esperando por ti, se ve guapísimo.— dice sonrojada. Siento mis pómulos arder.

—Estoy un poco nerviosa.

—¿Nerviosa de qué? Anda y bésatelo de una buena vez, ya sabemos que haces cosillas a escondidas por ahí.— se ríe y me hace pequeñas cosquillas en las costillas.— Tranquila, te puedo dar unos buenos tips.— besa mi mejilla sonoramente y me toca limpiar su saliva.

Estos últimos días he visto lo bien que le ha hecho Pier a Elizabeth, en sí siempre a sido muy hermanable pero jamás había estado tan cariñosa, al menos conmigo. La siento mucho más atenta, mucho más feliz, con muchas ganas de ayudarme y de saber qué es lo que me pasa. Ya no se nota desinteresada en mi vida ni tampoco tiene esas miradas amargas que solía tener, ahora está mucho más decidida a escucharme y aunque no le he dicho nada, siento que puedo contarle de todo.

—¿Podríamos hacer hasta cita doble, qué dices? mi Pier y Francis, seria maravilloso.— imaginó.

—Seria una locura, si llegasen a descubrir algo así nos matarían.— reí.

—Probablemente.— concordó— Pero sabes que moriría feliz por primera vez en mi vida.— llegamos a la puerta donde vimos a un Francis volteado con las manos en los bolsillos. Por un momento me recordó a Harry, sus siluetas eran muy similares, la única diferencia es que Harry es rizado y el cabello de Francis era lacio.— Dalo todo.— me dice ella antes de marchar.

Bajé las escaleras de a poco hasta llegar a mi próximo acompañante.

—¿Has esperado mucho?— se voltea rápidamente al escuchar mi voz y esboza una enorme sonrisa.

—Pero siempre vale la pena.— dice mientras toma mi mano y la besa.

De su bolsillo delantero saca una pequeña caja roja y me la entrega.

—Esto es para usted.— me dice.

La recibo con gratitud y al abrirla me doy cuenta que son unos chocolates rellenos, lo miro con dulzura.

—Usted sabe que no puedo comer chocolates sin autorización.— le comento con una sonrisa apenada.

—Endulzar la vida en secreto sabe mucho mejor, princesa.— sonríe.

Baskerville |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora