Capitulo 18.

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Capítulo 18: No te reconozco.

|Harry|

En este mes y medio que he estado conviviendo con la indeseada realeza de Reino Unido, jamás imaginé la situación que estoy viviendo ahora. Desde el momento uno supe que iba a ser muy aburrido pero, últimamente, las cosas han estado cambiando en este lugar y cada vez estoy menos arrepentido.

Beatriz, Milton, Kennedy, el señor Terry y, por último, pero no menos importante, Kate. Sin aquellas personas mi vida aquí sería más que un desastre, algunas más irrelevantes que otras, pero a fin de cuentas han sacado lo bueno de intentar ganar el corazón de una simple mortal.

Un cúmulo de emociones han pasado por mi, entre enojo, amor, desencanto, felicidad, estrés, rabia, etc -bueno, como una persona normal- pero digo, es diferente, en todos los aspectos; primero, porque estoy lejos de mi círculo social, de mi madre, mis amigos, mi reino. Segundo... no hay segundo, y es por eso que se siente tan distinto todo.

Y, ahora, veme aquí con la futura reina de Inglaterra llevándola casi arrastrando cerro arriba para poder pasarla hacia Windsor sin que nadie lo note, su primera vez tomando le jugó una mala pasada y con dos tragos, según Terry, se volvió una borracha sin remedio.

—Hasta aquí está bien, Terry, se lo agradezco.— le dije, se le notaba que estaba cansado y ya se estaba siendo muy tarde.

—Lo lamento muchacho, nunca pensé que se iba a poner de esa manera.— expresó. Dudé un poco, más que nada él fue el motivo porque la princesa está así ahora, quizás no lo hizo con mala intención pero, aún así, me siento un poco molesto por eso.

Apreté los labios y asentí con la cabeza en señal de aceptación. Seguí mi viaje luego de que él se marchara y, para rematar, Beatriz, otra culpable de esto, no me ha dirigido la palabra.

—Tu también te puedes ir.

—¿Yo?— la princesa contestó, miré como cambió a un gesto apenado, con los ojos caídos y un pequeño puchero, rascándose la mejilla izquierda en el trayecto. Le sostuve la mano más firmemente para asegurarme de que no se me iba a arrancar.

Ahora, mi mirada cayó en Beatriz.

—Te ayudaré. Esto es mi culpa, también.— dijo entre suspiro.

Oh, claro que si.

—Es bueno que lo asumas.— musité.

—Ella me lo pidió, Harry. Bien sabes que no se lo puedo negar.— elevó su voz con indignación.

—Bien sabes que si puedes, ya que la que tiene más que perder eres tú y no ella. Si los reyes la ven así y se enteran que fuiste tú, no sé que podrá pasar contigo.— bramé.

—¿Qué querías que hiciera? Es mi trabajo.

—Pudiste haberme buscado antes, Beatriz.

—¿Por qué, eres su papá? ¡Hasta tú me has dicho que ya no se hablan!— vociferó.

—Porque soy la persona que la trajo por primera vez hasta este lugar y la única a la que ella puede confiar, y lo sabes.— respondí. —Que no nos hablemos no significa que no dejaré de preocuparme. Además, si se lo hubieses negado, te aseguro que ella no iba a hacer nada por el simple hecho de que si alguien se entera de que volvió a allí, se perjudicaría, así que pocas excusas tienes.

—Es mi trabajo ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?

—No necesitas trabajar, Beatriz, que sigas ahí es porque tú quieres. — y es cierto, muchas veces le he pedido que se aleje de ese lugar que es muy peligroso para ella, de igual manera se vendrá conmigo a Bélgica y hasta entonces, yo puedo proveer lo que ella necesite.

Baskerville |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora