Baskerville |h.s|

Capitulo 26

Capitulo 26: Un hola y un adiós.

|Kate|

–¡Pero lo amo!— alargó la última palabra al mismo soltaba lagrima tras lágrima. Me sentía nerviosa al pensar que la pueden escuchar y en ese estado, Elizabeth es capaz de contar todo.— ¡Yo lo amo, Katherine!— Llevó su mano hacia su pecho y apretó su puño, pude sentir su dolor.

—Yo se, hermana.— le acaricié la espalda. Creo que es mi primera vez consolando a Elizabeth y a pesar de la situación en la que esta pasando, parte de mi se siente bien al ver como ella por fin se abre conmigo.— Pero las cosas van a ser distintas, te lo prometo.— consolé.

—¡No!— exclamó— ¡No lo serán! Él se irá y no volverá nunca, mi madre jamás lo aceptaría y yo tendré que olvidarlo y no quiero olvidarlo porque siento que por primera vez me enamoré de verdad y ella no lo va a entender ¡Nadie lo va a entender!— su llanto se intensificó.

Mis manos sudaban, ella realmente lo estaba pasando mal.

De pronto, un calor recorre mi cuerpo y en menos de un minuto, estaba llorando junto a ella.

Elizabeth no sabía lo mucho que la entendía.

—¡Me quiero morir!— sollozó, ahora estrechandome en sus brazos.

Ahora, escondía mi rostro en su hombro, llorando desconsoladamente. Mi habitación se inundó de intensos sollozos femeninos que eran casi incontrolables, mi corazón se sentía apretado, vacío, roto, estábamos en las mismas condiciones y recién hoy me doy cuenta lo mucho que necesitaba un abrazo.

Un abrazo real.

—¿Y tu... tú como te sientes?— preguntó luego de unos minutos, separándose de mi para poder mirarme. Con las mangas de su vestido quitó mis lágrimas y separó las lianas de cabello que se habían quedado pegados en mi rostro.

Me encogí de hombros con un puchero en mis labios.

—Mamá quiere que sea Charles.— dije en un hilo de voz. Recordarlo me rompía aún más.

—Pero es tu decisión.

—Pero ella dice que es lo mejor para mi.

—Y tu sabes que no lo es.— recalcó.— ¡Uy, que rabia!— su puño golpeó la cama con enojo.

—Y si, tal vez tenga razón.— me encogí de hombros.— El puede darme la vida que merezco.

—Katherine.— Elizabeth me miró con el ceño fruncido.— Deja de ser tan manipulable.— recriminó.— es tu reinado, es la persona la cual vas a vivir por siempre, vas a tener hijos.— recalcó aquella ultima palabra y mi estómago se revolvió de solo pensarlo.— Hijos, Katherine, tu sabes muy bien lo que hay que hacer para tener hijos.

Me avergoncé un poco y no pude evitar pensar en Harry, aunque cada vez que lo pensaba es como si me clavaran un cuchillo en el corazón. Ya no quería escuchar ese nombre nunca más.

—Por favor no lo escojas a él.— pidió, parecía más una súplica.

No supe que decir, nuevamente; solo me quedé en silencio analizando sus palabras.

La tarde concluyó, las actividades se realizaron como cualquier día normal, aunque cada vez estaba con más desgano, quedaban dos semanas para las elecciones y se supone que debería estar emocionada, pero al parecer este es el peor sueño que pude haber tenido en mi vida.

Nunca hubiese imaginado que se sentía así.

(Una semana atrás)

—¿Tu te sentías así para tus elecciones?