Capitulo 10: Debería ser especial.
|Kate |
Estaba abrumada.
Ha pasado casi una semana y no he visto a Francis en todos estos días. Siempre que salía del castillo con la intención de encontrármelo, terminaba en una larga charla con Pier o Michael, quienes eran los rostros que más he visto, ya que solían pasearse por las afueras del castillo todo el tiempo esperando por verme.
Se los agradezco, claro que si, ellos están poniendo demasiado de su parte, por sobre todo Pier, que se nota que se esfuerza en mantenerme una conversación más o menos entretenida, ya que Michael es mucho más elogio que otra cosa. Aun que él me llama mucho más la atención y no debo olvidar las palabras de la Reina acerca de Pier, por más cruel que suene.
Aún no he tenido la oportunidad de hablar con Beatriz. Aunque no sabría si iba a ser capaz de volver a mirarla luego de la última imagen que tuve de ella: casi desnuda en la cama con Harry. Una imagen que de cierta manera me perturbaba y recordar lo que sentí me hacía querer arrancarme la cabeza, siN embargo, esperaba que ella no supiera que yo se de ese momento para no traerlo a la vida nuevamente, ya que al momento de hablarlo con Harry traté de pasarlo desapercibido, pero era difícil. Esa sensación en mi entrepierna no podía dejar de crecer al momento de cerrar los ojos en la noche; pero al menos lo había superado.
Sentí dos toques ligeros en la puerta que me hizo desconcentrarme de mi nueva lectura. Me acomodé en la cama ya que me encontraba casi desparramada en ella, así que obtuve una posición más decente para que la persona fuera de mi habitación no pensara que soy una desubicada.
—¡Pase!— exclamé, acomodando los últimos retoques de los mechones de mi cabello que estaban esparcidos.
Luego de eso, la puerta se abrió mostrando a Leah. Ella me sonrió al instante y me miró con ternura. Le devolví la sonrisa sin mostrar mis dientes y cerré el libro hasta ponerlo en mi regazo.
—¿Si, Leah?— pregunté.
—Princesa Katherine, hay un chico preguntando por usted en la entrada del castillo.— informó. Fruncí el ceño, nunca suelen buscarme en la puerta y esto me parecía un poco raro.
—¿Dijo su nombre?— inquirí.
—Uhm, creo que si, pero lo olvidé.— soltó una pequeña risa. No la iba a culpar, Leah solía ser muy olvidadiza. Por lo que me daba cuenta, no era ninguno de mis pretendientes, ya que ella los reconocería de inmediato.
—Dile que bajaré en un momento ¿Mi madre sabe?
—Su madre está en el salón principal en este momento, arreglando algunas cosas con Ernie acerca del próximo baile.— comentó, yo asentí con la cabeza.
Leah se despidió con la mano y cerró la puerta de mi habitación, dejándome nuevamente sola.
Me cambié el trapo blanco insípido que llevaba por un vestido amarillo pastel, un tanto simple para estar más cómoda. Me puse al frente del espejo y agregué un par de flores a mi peinado para parecer lo más casual posible; por último, rocié un poco de loción en mi cuerpo para tener un olor decente y disimular que no me he duchado desde ayer en la noche, aunque sabía que no se notaba en lo absoluto, no podía arriesgarme.
Salí de mi habitación y recorrí todo el castillo hasta llegar a la entrada, donde pude observar las puertas cerradas. Pedí amablemente a los guardias que las abrieran, cosa que hicieron enseguida.
Me sorprendí al ver a la persona que estaba buscando por mi. No se por qué no me lo imaginé desde un principio, ya que era totalmente de esperarse.
Se giró a mirarme y me entregó una cálida sonrisa, la cual se la devolví de la misma manera.
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Baskerville |h.s|
Fiksi PenggemarCuando lo vi por primera vez, no hubiese imaginado todo lo que iba a provocar. Esos ojos esmeralda podrían enamorarme solo con una mirada, esa sonrisa que podría derretir hasta al iceberg más sólido en solo un par de segundos, esa voz que penetraba...