Capítulo 17.

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Capítulo 17: ¿Habrá escuchado?

|Kate|

—T.. Tu... tu...— apunté a Pier y luego me dirigí la mano hacia la boca sorprendida y con los ojos abiertos de par en par.

—Vete, vete ahora.— Elizabeth lo empujaba discretamente con desesperación.— por la ventana, por la ventana.— insistía en susurro para no ser oída, intentando que Pier se moviera pero él estaba más en shock que yo, a pesar de ser él el atrapado.

Cuando Pier desaparece de nuestras vistas bajando discreta pero rápidamente las escaleras, Elizabeth camina hacia mi y me toma del brazo para adentrarme a su habitación y cerrar la puerta con llave.

—Katherine, esto nunca pasó.— dijo al momento.— Katherine, Hey.— se acercó a mi y zamarreó mis hombros al ver que yo solo la miraba.— ¡Katherine, dios! Ni siquiera te gusta ese chico.— excusó.

No, no me gusta Pier, pero ¿Por qué se lo tiene que estar... besando? No puede ser que se comporte así... ¡Con lo que es mío!

—¿Y a ti te gusta?—hablé en un hilo de voz, sintiendo mi garganta seca y estando temblorosa al mismo tiempo.

—Pues...— ella rascó su nuca mirando hacia el piso, dudosa en responder.

—¿Si?— insistí.

—No... osea....— titubeó.

—¿No?

—Si, Katherine, es que... no sé...

—¡¿Pero por qué tiene que ser uno de mis pretendientes, Elizabeth?!— exclamé, recibiendo la palma de su mano cubriendo mi boca y junto con una mirada exasperada.— ¿De todos los hombres en Windsor?— seguí hablando pero con mayor dificultad.

—Cállate, cállate por favor.— suplicó— Tu entiendes de esto, tu entiendes que el corazón no manda, Katherine, por favor entiéndeme ahora.— pidió.

—Pe... Ay dios.— solté un suspiro y me tumbé en su cama sintiendo mi corazón explotar.

—Tampoco exageres.— rodó los ojos y se sentó a mi lado.— Lo siento ¿Si? Pier es un hombre... atractivo, he hablado un par de veces y pues si, me interesa conocerlo.

—Él es el hijo de un mayordomo, según mamá.— le comenté.

—¿Y? A mi no me afecta tanto como a ti.— recalcó. A mi no me afecta, claro que no, si la reina no me hubiese dicho lo de aquel día sobre Pier mi interés a por él sería un poco más alto, pero ella me dejó en claro que con él no hay opciones.

O algo así.

—¿Entonces esto significa que... debo...?— apreté las labios.— ¡Agh, Elizabeth, esto no es justo!— me levanté de la cama de un sopetón dándole un pequeño susto.— ¡Se supone que no debería ser así, se suponía que todos se iban a desvivir por estar conmigo!

—No seas egocéntrica, tienes a cuatro más queriendo estar contigo.

—tres.— corregí con los dedos.

—¿tres?— ladeó la cabeza confundida.

—cuatro, cuatro.— modifiqué mi error. —Bueno... pensándolo así, tienes razón.— me encogí de hombros.— De todos modos no lo iba a escoger.

—¿Enserio?

—Enserio.— me sinceré.— A fin de cuentas el corazón es el que decide... Si te gusta puedes continuar.

—Wow, gracias por tu autorización.— dijo sarcástica, levantándose de la cama y guiándome hacia la puerta.—Iba a seguir de todos modos.— sonrió.

Baskerville |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora