Capitulo 14

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Capitulo 14: No lo hagas.

|Kate|

—Primero, huelo a rosas. Segundo, con el vestido que te pongas te vas a ver igual de princesa. Y tercero, ni se te ocurra escogerme para bailar.— sentenció con una seriedad que ya puedo reconocer fácilmente: Harry estaba enojado.

¿Estará enojado conmigo? ¿Será por lo de ayer? No creo, se supone que eso ya estaba solucionado... ¿Y si fingió y realmente ya no quiere tener una amistad conmigo? Es una opción viable y no juzgable, pero... En fin, qué se le puede hacer.

—¡Harry, no hueles a rosas!— exclamé indignada. Si bien no olía horriblemente mal, era un olor del cual no estaba acostumbrada a sentir de un hombre.— Además es esencialmente para saber qué color le gusta a tu hermano y vestirme así.

—Estás descarada, mujer ¿Ya no te da vergüenza demostrar que mueres por mi hermano?— Harry no reía, ni siquiera usaba su tono juguetón, solo estaba ahí, a mi lado, caminando con el ceño fruncido y con una expresión abrumada.

¿Quizás son... celos?

No, imposible, no siente celos de su hermano ¡El quiere que yo escoja a su hermano!

Pero ¿Algo, tal vez muy dentro mío, piensa que él está sintiendo cosas por mi?

—No, pues... — Agaché la mirada, tampoco quiero comentarle que ayer, cuando pude entrar sin problemas a mi habitación, mis pensamientos viajaron hacia Michael.

Michael. No sé que me está pasando con él y desde aquel día, no lo he visto; y no creo estar preparada para verlo. Tenía ganas de besarlo, besarlo largo y fuerte, todo el tiempo. Solo recordaba su rostro, su ternura, su dedicación y, sin saberlo, producía cada vez más cosas en mi. Inevitablemente, por lástima.

Harry suspiró y detuvo sus pasos, logrando que los míos cesaran al mismo tiempo. Tragué saliva y apreté mi labio inferior con los dientes; sabía que él iba a decir algo pero no sabía con qué iba a salir ahora, ya que es un hombre muy impredecible.

—Escucha, princesa, no ha sido un buen día y necesito algo más que pensar en qué maldito vestido te pondrás para mi hermano. Si quieres tomar una decisión ten el mismo valor que tienes para besarte a tus pretendientes, al preguntárselo directamente a él ¿No te parece eso una buena idea?

Ah, no me dolió.

—¿Estás bien?— me apresuré en preguntar con preocupación, alzando mi mano para acariciar su mejilla. Acto seguido, él quitó mi mano y puso una cara de disgusto, encogí mi mano sintiéndome un tanto humillada por su rechazo.— Uhm, ¿Quieres hablarlo, hay algo en que pueda ayudar?— pregunté con un tono de voz más bajo.

—No, en lo absoluto, déjame en paz.— dio media vuelta y continuó su camino.

—Mh, no me parece.— comenté siguiéndolo, y otra vez, hablándole a su espalda.

—¿No te parece? No me inter...— dijo

—N-no, fíjate que no me parece.— titubeé, pero pude superarlo; al parecer el bicho de la ira se estaba apoderando al momento de sentir mi rostro calentarse ¿Podría al menos un día estar bien con este hombre? ¿Acaso así son las amistades hombre-mujer?— No me parece que yo tenga que contarte todos mis problemas y cuando quiero que tu hagas lo mismo, te arrancas.

—No exageres.— es lo único que se limitó a decir sin dejar de caminar. 

Abrí la boca en indignación ¿Otra vez con eso de exagerar?

—¡Somos amigos, yo te podría ayudar! ¿Tienes un problema con Beatriz? ¡Yo puedo aconsejarte! ¿Tienes un problema familiar? ¡Fíjate que los tengo a diario, te entendería! ¿Es sobre Milto...

Baskerville |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora