Capítulo 2: citas.
|Kate|
—¿Estás lista?— preguntó mi madre con emoción separando los mechones rebeldes que caían por sobre mi rostro, dejándolos tras mis orejas, llevaba una amplia sonrisa en su rostro, casi igual de grande que la mía.
—Si.— asentí efusiva, aunque la verdad es que estaba demasiado nerviosa, mi estómago estaba apretado, tenía temblores por todo el cuerpo pero podía disimularlo a la perfección.
Ayer en la cena todo marchó perfecto a pesar del pequeño percance que tuve con uno de mis pretendientes, Harry; no nos dirigimos la palabra en toda la cena después de la disgustante charla que tuvimos. Bueno, con ninguno de los cuatro hombres restantes pude tener la oportunidad de hablar, como dije, fue más una invitación de cortesía del castillo, aunque no estaba bien con ello, hubiese preferido pasar directamente a las citas individuales.
Aunque hoy era aquel día. Pier Castle estaba esperando por mi en uno de los casi quince salones del castillo, donde íbamos a tener una pequeña plática sumado a un pequeño aperitivo. Luego de Pier, seguía Charles, Michael y finalmente Harry. Con Francis decidí tener una cita aparte, no iba a negar que fue uno de los que más me cautivó y quería dedicarle un poco más de tiempo, por eso escogí a los cuatro pretendientes restantes para hoy, porque la cita iba a ser de diez minutos; aunque me emociona de la misma manera, no descarto posibilidades.
La puerta de mi habitación se abrió y por allí apareció Ernie, el mayordomo, con su típico traje negro y su moño blanco bajo el cuello.
—Princesa Katherine, ya es tiempo.— indicó. De pronto mis nervios estallaron aún más, no podía controlar mis ansias por llegar hacia donde Pier estaba y no quería cometer ningún error en el momento de estar con él.
Me guio hacia las escaleras para acompañarme hacia el salón, permitiéndome apoyar mi mano en su antebrazo.
—¿Nerviosa, princesa?— preguntó con una sonrisa.
—Muy nerviosa, señor Ernie.— dije tratando de regularizar mi respiración.
—Tranquila amor, usted es una niña muy encantadora, ellos quedarán fascinados.— elogió. Mi sonrisa se amplió, Ernie era como mi segundo padre, le tenía un cariño inmenso, siempre a estado a mi lado desde que era pequeña, cumplía el mismo rol de Leah en mi vida y realmente no sabría que sería de mi sin su presencia.
—¿Usted cree?— dije modestia, sabía que probablemente eso iba a pasar, sé mis cualidades. Aunque ellos estaban aquí por un motivo, casarse conmigo, ellos deberían estar más preocupados, al fin y al cabo la decisión final la tomaba yo, sin embargo, no quería pasar el resto de mi vida con un hombre que no esté enamorado de mi.
—Claro, pero recuerde, siga a su corazón, no a su cabeza.— nos detuvimos frente a al puerta y se puso frente a mi tomándome de las mejillas, él siempre me decía eso, sabía que Ernie quería lo mejor para mi y eso solo lo iba a conseguir oyendo a mi corazón.
No como la reina, ella insistía en que pensara con la cabeza, aquello me guiará a mejores destinos en la realeza.
Ernie posó su mano en la perilla de la gran puerta de madera y la giró, haciendo resonar el chillido de ésta raspando el suelo. Ladeó su cabeza invitándome a entrar y le hice una pequeña reverencia antes de hacerlo.
Allí estaba él, con sus rizos perfectamente puestos en su cabeza, con una sonrisa cálida y refinada, esperándome de pie junto a la mesa con ambas manos tras su espalda. Vestía elegante, un traje negro rociado en trazos blancos que simulaban flores con el cuello de éste rozándole la mandíbula.
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Baskerville |h.s|
FanfictionCuando lo vi por primera vez, no hubiese imaginado todo lo que iba a provocar. Esos ojos esmeralda podrían enamorarme solo con una mirada, esa sonrisa que podría derretir hasta al iceberg más sólido en solo un par de segundos, esa voz que penetraba...