Baskerville |h.s|

Capítulo 25

Capítulo 25: Secreto.

|Harry|

La relación con mi hermano es nula después aquella discusión que tuvimos, si es que se le puede llamar discusión. Ha sido una semana intensa, donde desde el momento en que quedaba un mes para las elecciones ya todo el peso que tenía en mis hombros se había esfumado por completo. Me siento bien.

Queda cada vez menos para regresar.

—Tengo buenas noticias para ti.— Elizabeth me saca de mi trance, a lo que ruedo los ojos cansado de ella y su insistencia en querer hablarme cada vez que puede.

—De a poco Pier se pondrá celoso y terminará odiándome.— le digo.— Aprovecha tiempo con él, ya falta poco para que se vaya.

—No tienes por qué recordármelo.— responde un poco dolida.— Pero bueno, no se si te han avisado que ya el acceso a Tangier Lane no es tan difícil como antes.

—¿Enserio?— pregunto interesado.

—Enserio.— asiente sonriente.

Aquella sonrisa...

Basta.

Mientras menos veo a Katherine, más similitud encuentro que tiene con su hermana, similitudes que antes eran inexistentes, la misma sonrisa de la reina.

—¿Y eso por qué?

—Porque queda poco para las elecciones, Harry, y sabes que una de las reglas es que cualquier persona en todo Inglaterra está invitado a asistir.— explica obvia.

—¿En todo Inglaterra? No caben en un lugar tan pequeño como este.— me burlo.

—Obvio que no, hay un limite de personas. Ridículo.

—Entonces no digas que todo Inglaterra puede venir porque eso es una mentira.— replico fingiendo molestia.

—Bueno pero Tangier Lane si tiene el permiso.— dice al final.

—Una vez al menos que me des buenas noticias.— musitó.

Ella me queda mirando fijamente sin quitar la sonrisa de su rostro, como si estuviese analizándome.

—Me hubiese encantado que te quedaras aquí.— dice de repente, nostálgica. Yo la miro sin saber qué decir.— No por mi, claro. Tu sabes a lo que me refiero...

—Nadie me recibiría bien aquí si así fuese.— digo intentando restarle importancia.

—¿Y eso qué? Al final tu ibas a ser el rey. Y ella hubiese estado muy feliz.

—No hubiese estado feliz.— la contradigo.— Se hubiese sentido culpable toda la vida.

—Contigo y sin ti se va sentir culpable.— dice y lo que más me duele es que tiene razón. Katherine no será feliz de ninguna de las dos formas.

—No es mi culpa.— niego con la cabeza.— no quiero que dependa de mi, Elizabeth.

—Lo es, Harry. Tu sabes que yo soy bien sincera y te voy a decir la verdad. Al principio yo si estaba muy interesada en ti como lo estuve de todos, la verdad, no te sientas importante. Luego al darme cuenta que no pude conseguir nada de ti incluso poniéndote en contra de tu propia novia, ahora exnovia, decidí tomar un paso al costado. Pero enamorarme de Pier me hizo abrir los ojos en quién realmente eras y quien era a la persona que tu querías. Quizás no es a Katherine, pero no puedes negar que si llegaste a sentir por ella. Harry, la besaste frente a mi la semana pasada, y ni siquiera un beso con segundas intenciones, fue un beso de despedida.— recalcó.— Un beso de despedida es mucho más intimo que cualquier otra cosa. ¿Qué creíste, que Katherine no se iba a enamorar de ti? ¡Lo iba a hacer! La sacaste de Windsor...— comienza a enumerar con sus dedos.— La hiciste conocer otra realidad, gracias a ti conoció a un chico al cual le llora casi todas las noches y ni siquiera recuerdo su nombre, la besaste, la trataste bien, la hiciste reír, le hiciste hacer cosas que ten por seguro que ni con Charles, ni Michael ni Francis hubiese querido hacer. Así que déjame decirte que si, Harry Styles, es todo tu culpa.