Capitulo 3.

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Capítulo 3: el mejor de los Styles.

|Kate|

Llevé el borde del vaso de cristal hacia mis labios tomando un corto trago de agua. Me encontraba almorzando con Elizabeth y Mathias, mis padres no se habían presentado en la mesa con nosotros porque a esta hora estaban realizando actividades recreativas para los niños del condado. Algo usual de los martes, es por eso que estábamos acostumbrados a comer solos este día de la semana.

—¿Cómo te fue hoy con los intentos de galanes, Katherine?— preguntó mi mellizo luego de terminar de contarnos acerca del horrible sueño que tuvo esta noche que trataba de que Kennedy le era desleal con el panadero del pueblo. 

Hice un pequeño tarareo en respuesta restándole importancia, no quería adentrarme mucho en aquel tema, el cual me había dejado con un muy mal sabor de boca sólo por la última cita. Me sentía humillada.

—¿Eso es bueno o malo?— preguntó Elizabeth al ver que mi expresión no era la usual cuando se hablaba del tema de los pretendientes.

—Me fue bien.— solté con la voz un poco ronca, era la primera vez que hablaba luego de casi tres horas que las citas finalizaron. Hurgaba con el tenedor el surtido de verduras que tenía frente a mi, tenía poco apetito.— Estuvo genial.

—Avísale a tu cara, entonces.— se burló Mathias haciendo reír a Elizabeth, pero ni siquiera me inmuté a responderle. Que se burlaran, era lo mejor que sabían hacer. 

Hubo un silencio un tanto incómodo, yo no despegaba la mirada de mi plato esperando que el día termine pronto para ver si la cita con Francis mañana mejoraba mi estado de ánimo que me había dejado su hermano.

—¿Qué pasa, Katherine?— Elizabeth cambió el tono de voz a uno más serio. Tragué saliva y alcé la cabeza para poder mirarla, ella estaba sentada frente a mi con su plato de comida casi vacío, al igual que Mathias, yo era la única que estaba demorando el almuerzo. 

—Nada, estoy bien.— volví a repetir formando una sonrisa con mis labios sin que llegase a mis ojos, más que nada por cumplir. Ella frunció el ceño y se giró hacia Mathias, ambos se entregaron miradas cómplices con preocupación. 

—No te conozco hace dieciocho años para que vengas y me mientas en la cara, pequeña rata.— insultó ella. Pequeña rata, solía llamarme así desde que tengo memoria, cariñoso de su parte.— No has comido nada de tu plato, solo haces eso cuando algo malo te pasa. Y sabes que no puedes saltarte la cena.— recordó.

—Además, ese nada para ustedes las mujeres significa todo.— apoyó Mathias.

Sabía que podía confiar en ellos, a pesar de sus burlas constantes hacia mi persona siempre han demostrado preocupación y sobreprotección por mi, sobre todo desde que se dio a conocer mi futuro puesto en el trono, sabiendo que iba a estar en el ojo del huracán de todo el país, mucho más centrado Berkshire. Porque claro, puede que no conozca muchas personas por ahora y que tampoco me relacione mucho con gente del exterior, pero suele ser peligroso cuando la ascendencia al trono la toma primero una princesa en vez de un príncipe. 

—No, solo que...— carraspeé mi garganta, dispuesta a inventar alguna cosa para librarme de sus miradas persistentes.— Es algo nuevo para mi, tengo miedo de cometer algún error y... no se, no quiero equivocarme...— en parte no mentía.

—Faltan seis meses para el término de la temporada, recién estás en el primer día, no te aflijas. Tendrás mucho tiempo para poder decidir.— manifestó ella.

—¿Y si no es la correcta? ¿Qué pasa si me confundo? No creo poder soportar estar con alguien que no se adapte a lo que soy.— repliqué. Ese era mi peor miedo.

Baskerville |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora