Steve Rogers; mejor conocido como Capitán HYDRA, es la mejor creación de esta organización. Un asesino despiadado sin escrúpulos, que no siente compasión por sus víctimas, así como nada más que odio en su interior... Hasta que la conoce a ella.
Pho...
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Había un bulto en mi pecho, lo sentí, unas pequeñas manitas se posaban en mis costillas, y así como un leve aire rebotar en mí, lo que sea que estaba sobre mi emitía un sonido, un quejido.
Abrí mis ojos y me encontré con una bebé, confundida la miré, luego todo tuvo sentido, la rodeé con mis brazos y las lágrimas salían de mis ojos.
—Mi pequeña Summer —sollocé, besé su cabecita, Summer me miró con sus grandes ojos y rio, ella sonreía, y hacía un sonidito similar al de la risa—. Hola, mi amor —acaricié su mejilla.
La puerta se abre y Bucky entra con un biberón, al verme despierta tira el biberón al suelo y corre hacía mí.
— ¡Phoenix! ¡Lo sabía! ¡Sabía que lo lograrías! —me abrazó teniendo cuidado de no aplastar a la bebé, se gira y toma el biberón de nuevo.
—Gracias por cuidarla Buck.
—Está bien, ha sido mi mejor amiga durante todas estas semanas —sonrió.
— ¿Semanas? —pregunté sorprendida.
—Sí, has estado inconsciente tres semanas.
—Por Dios —dije sin poder creerlo —. ¿Ya hay noticias de Steve? —estaba esperanzada.
—Hablaremos de eso luego, ya apareció. Está aquí con nosotros, pero no puedes verlo —me dio el biberón para alimentar a Summer.
— ¿Se puede saber porqué no? —pregunté algo enojada, miro a Summer quien sostiene el biberón con ambas manos y sonrío, sus cachetes regordetes se mueven levemente.
—HYDRA le hizo algo, cuando te ve intenta matarte, pero lo raro es que cuando ve a Summer la cuida como si nada, él la ha cuidado todo este tiempo.
—Al menos si puede estar con su hija —dije aliviada.
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La oscuridad y silencio reinaba en la base de Ben, su desesperación había llegado a otro punto, estaba sentado observando a sus hombres en silencio, sus puños estaban cerrados esperando para jalar del gatillo de la pistola que tenía al lado, sus hombres temblaban, vaya que era un hombre temido.
