Ꮯꭺꮲꮖꭲꭺ́ɴ ᎻᎽᎠᎡᎪ

𝟺𝟶. 𝙴𝚃𝙴𝚁𝙽𝙸𝙳𝙰𝙳

Muchas personas dicen que la maldad no tiene límites, que la venganza es un sentimiento que te ciega completamente, viene de la mano del odio y el rencor. Tu madre te dirá que tienes el alma podrida si sientes esos sentimientos, porque te obligarán a cometer los actos más atroces que pueda existir, violar las leyes escritas para brindar paz, todo... Por tu egoísta beneficio.

"¿Hasta dónde eres capaz de llegar?", me repito a mí mismo frente al espejo todas las mañanas..."Quiero ser una leyenda", esa siempre es mi respuesta, entonces muy dentro de mí, en el fondo surge otra pregunta, una que siempre tengo miedo de responder: "¿Incluso si te llevas a todos tus seres queridos a tu paso?".

En mi vida he cometido errores incontables, uno de ellos fue aceptar la supuesta muerte de mi esposa e hija recién nacida, no las busque, no moví ni un solo dedo por ellas, lo gracioso fue que ellas me encuentran a mí, justo cuando más las necesitaba, de una forma u otra, el haber torturado a mi propia hija me trajo respuestas a sobre lo que quiero ser, no quiero ser un padre o un abuelo, quiero morir con gloria, si es posible, a manos de mi propia hija, quiero darle esa venganza que tanto desea, a ella y a Rogers, su esposo... novio, no lo sé, solo sé que es el padre de mi hermosa nieta, y solo por eso se ha ganado mi perdón y lo he liberado de toda tortura que haya puesto en su mente.

Desde la ventana de mi automóvil miro a Phoenix jugar con Summer, mi nieta, ambas tienen una sonrisa en el rostro, la bebé corre por todo el parque buscando flores y se las entrega a su madre, Steve rodea a mi hija con sus brazos, se ven muy felices, una gran familia feliz... No podría arruinar eso buscando la gloria.

— ¡Summer, no! ¡Ven, acá! —Steve le grita a la niña, corre detrás de ella y la toma en brazos antes de que se meta donde no debe, estaban haciendo un gran trabajo criando a esa bebé, será una gran mujer, justo como mi Phoenix.

— ¿Qué te dijo papá, eh? No te alejes de nosotros... ¿Cuántas veces te lo ha dicho? —Phoenix habla firmemente, Summer solo los mira con vergüenza.

—Perdón, solo quería ver el perrito —la voz de la pequeña suena como si quisiera llorar.

— ¿Quieres ver el perrito? Vamos... Cuando quieras algo, solo pídelo princesa, no te vuelvas a alejar así... ¿Entendido? —Steve acaricia la mejilla de su hija, la niña asiente y toma la mano de su padre para ir hacia el perro.

Phoenix los mira con una sonrisa en el rostro, yo miro a mi hija con una sonrisa en el rostro, maldito Fury, hiciste un buen trabajo criando a mi hija, le dio todo lo que yo nunca le hubiera podido dar, si Phoenix hubiera crecido en HYDRA sería una mujer completamente diferente, tal vez sin sentimientos como yo. Lo que menos quería sucede, ella cruza miradas conmigo, al principio se queda viendo como si no me reconoce, pero después se pone de pie alerta y corre hacia su esposo e hija, pronto los dos adultos me miraban con odio, cierro la ventana de mi auto y ordeno al chófer sacarme de aquí.

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— ¿Están seguros de que era él? —Tony nos pregunta una última vez y mira su computador de nuevo buscando pistas de Ben.

— ¡Completamente! Jamás podría confundir su rostro, nunca —Steve responde agresivamente, la puerta del laboratorio se abre mostrando la carita de Summer, Steve se calma automáticamente y le sonríe, la levanta en brazos y besa su mejilla.

— ¿Puedo tener un cuento antes de dormir? —Summer le pide a su padre, Steve acaricia su cabello y asiente.

— ¿Te parece unas galletas también? No le digamos a mamá.

—Estoy frente a ustedes...—dije. Ellos ríen y salen del laboratorio, mi cara seria regresa y miro a Tony.

—Si no lo encuentras tú te juro que lo haré yo, yo también se hackea, no permitiré que le hagan daño a mi hija.

— ¿Tú piensas que yo permitiré que le hagan daño a mi sobrina? No estoy estúpido, voy a proteger a esa niña con mi vida, relájate flamitas... Lo vamos a encontrar. —Tony pone una mano en mi hombro para que me relaje, suspiro y asiento.

—Lo siento, es solo que... Ben hace que mis nervios se...—Tony me interrumpe.

—No tienes que decírmelo, también altera mis nervios, trata de relajarte, ve a leerle un cuento a tu hija, yo estaré aquí trabajando.

—Steve se puede encargar... Yo ayudaré...—Tomo una silla y una laptop, automáticamente comienzo a hackear las cámaras de seguridad de la ciudad, y todo lo que tenga una cámara, iba a encontrar a ese maldito y matarlo, sea como sea.

¡Hola! Espero que estén bien.

𝒜.