𝟷𝟺. 𝙽𝙾 𝚀𝚄𝙸𝙴𝚁𝙾 𝙳𝙴𝙲𝙸𝚁 𝙰𝙳𝙸𝙾́𝚂

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ADVERTENCIA: Muerte de un personaje, rescate de unas niñas en una misión.

STEVE.

Estábamos en la habitación de cirugía, ahí podíamos ver todo lo que le hacían a Fury, Phoenix no podía dejar de temblar en mis brazos cada que los doctores acercaban un bisturí a Fury, ella cerraba sus ojos fuertemente y se ocultaba en mi pecho, me partía el corazón verle llorar de esa manera. La cirugía llevaba más de dos horas, todo parecía tranquilo hasta que sucedió una de las cosas que más temíamos... El pulso de Fury comenzaba a bajar.

— ¡El equipo de reanimación! ¡Rápido! ¡Lo perdemos! —gritó uno de los médicos.

— ¡NO! —gritó Phoenix, se zafó de mi agarre y se pegó al vidrio, comenzó a golpearlo fuertemente —. ¡Fury no puedes dejarme! —gritó desgarradoramente.

—Phoenix ven acá —la tomé de la cintura intentando apartarla del vidrio, pero me fue imposible, sus manos se volvieron rojas, como metal ardiendo, me quemó las manos y las aparté de ella, su color de piel volvió a la normalidad y volvió a pegarse al vidrio.

—Fury no me dejes... —susurró entre lágrimas.

—Hora del deceso —dijo un doctor.

—Pero aún podemos salvarlo... —una enfermera interfirió.

—Hora del descenso he dicho —repitió.

Rápidamente miré a Phoenix y vi como se había quedado paralizada, las lágrimas aún no habían parado, tenía las manos en el vidrio, su labio inferior temblaba y su respiración era agitada.

—Papá... —musitó y se soltó a llorar.

—Lo siento tanto —la rodeé con mis brazos, ella lloraba desconsoladamente y sabía que no podía hacer nada para ayudarla.

—Esto es culpa de ese Soldado, va a pagar todo lo que hizo, todo lo que me hizo —su voz y mirada estaban llenas de enojo, sabía que en su interior había crecido una sed de venganza insaciable, lo sabía porque Phoenix tenía la misma mirada que yo cuando asesinaron a Sharon —. Lo asesinaré con mis propias manos.

—Lo llevarás ante la justicia Phoenix, no puedes vengarte.

— ¡¿Ah no?! ¡¿Quién te crees tú para decirme eso?! ¡Tú no conocías a ese hombre como yo! —gritó, salió de la sala y la seguí.

— ¡¿Ah no?! ¡¿Quién te crees tú para decirme eso?! ¡Tú no conocías a ese hombre como yo! —gritó, salió de la sala y la seguí

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PHOENIX.

Ahí estaba frente al cuerpo del hombre que una vez fue una figura paterna para mí, tal vez no fue mi padre biológico pero hizo un gran papel, un hombre honorable, mi ejemplo a seguir, mi héroe.

—Lamento haberte llamado papá hasta ahora —mi voz se quebró—, lamento decirte que te amo justo ahora... —las lágrimas salieron, no podía evitarlo —. El decirte cuanto te quise y te admire... Sé que nunca te di las gracias, pero... gracias por haberme criado como lo hiciste, gracias a ti soy una buena mujer —me acerque a él y le di un beso en la frente—.Te prometo que HYDRA va a pagar con sangre tu muerte, todo su imperio va a caer, no quiero decirte adiós pero tengo que hacerlo —tomé la manta que cubría su cuerpo y cubrí su cabeza.

Ꮯꭺꮲꮖꭲꭺ́ɴ ᎻᎽᎠᎡᎪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora