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Phoenix.

— ¿Lo conocías? —Natasha le preguntó a Steve mientras yo pasaba un trapo por su frente para quitar la sangre que tenía.

—Lo recuerdo... —Steve parecía confundido.

Miré a Natasha con la misma cara que Steve y ella tampoco parecía comprender.

— ¿A qué te refieres con que lo recuerdas? ¿No trabajaba contigo en HYDRA? —cuestioné pasando un algodón por la herida de Nat.

—Cuando trabaja en HYDRA... ellos...ellos solían borrar mi memoria cuando cometía un error, tal vez trabajé con él, pero... —Steve se llevó las manos a la cabeza y se puso de pie frustrado.

— ¿Pero? —dijo Natasha.

—Pero había algo en el que me hizo llamarlo de esa manera, talvez me recordó a alguien.

— ¿Cuándo fue la última vez que te lavaron el cerebro? —pregunté sarcástica y Steve me miró mal, yo le sonreí, termine de curar a Natasha y camine hacia Steve, lo senté de nuevo e hice que me mirara colocando su cabeza hacia atrás.

—Lo hicieron poco antes de que te conociera en la base antigua de HYDRA —me dijo con una sonrisa, yo puse mis ojos en blanco

« ¿Tan feliz se pone cuando recuerda ese día? ¡Es decir! ¡Intentaste matarme Rogers!»

—Fue un buen día — continuó tranquilamente.

—Tú y yo tenemos un recuerdo bastante diferente de ese día Agente Rogers.

Así es, lo llame Agente, en HYDRA será Capitán, pero aquí en S.H.I.E.L.D. es un simple agente como todos nosotros.

—Tengo curiosidad, ¿por qué tus ojos son rojos? —preguntó Natasha.

Repentinamente dejé de limpiar la mejilla de Steve que es donde estaba herido y miré sus ojos, aún suelo tener pesadillas con ellos pero intento superarlo, Steve me salvó la vida y creo que eso es más importante que intentar arrebatártela, aparte... Si lo que me dijo ese día es verdad, él no intentó matarme, simplemente no midió su fuerza.

—No lo sé, y si lo llegue a saber...ya no lo recuerdo.

Sonrío tristemente, seguí curando a Steve y el silencio se apoderó de la habitación, pero no era un silencio incómodo, al contrario, era un silencio relajante, era algo reconfortante ya no escuchar disparos, explosiones y gritos.

—Los chicos nos deben de estar buscando —dijo Nat.

—No tenemos comunicadores, al menos yo no, Steve y yo apenas íbamos a la asamblea de la misión cuando ese hombre nos atacó.

Steve se puso de pie y me cedió el asiento, ahora él me curaba, me puse nerviosa, sus manos tocaban mi cuerpo para sanarlo, no para hacerle daño.

— ¿Dónde estarán? —Natasha inquirió preocupada.

—Creo que ellos se preguntan lo mismo de nosotros —Steve respondió frustrado.

—Saldré a buscarlos, no deben estar lejos, tal vez ellos también siguen aquí —Natasha tomó algunas de las armas que estaban en la mesa y se cargó con ellas, después de decirnos que regresaría por nosotros en una hora salió.

—Lo siento —Steve dijo de repente, lo miré curiosa.

— ¿Qué? —pregunté sin entender.

—Dije que lo siento.

—No soy sorda, me refiero a... ¿por qué? —solté una risita burlona, siempre me burlo de la gente cuando estoy nerviosa, es mi mecanismo de defensa.

Ꮯꭺꮲꮖꭲꭺ́ɴ ᎻᎽᎠᎡᎪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora