𝟹𝟿. 𝙸𝙼𝙿𝙰𝚁𝙰𝙱𝙻𝙴

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Las voces en mi cabeza susurran cosas horribles, "asesina", sangre, terror, solo siembran caos y miedo a su paso por mi mente.

Lo único que le da paz es la pelirroja que tengo entre mis brazos, su pecho se levanta suavemente al dormir con paz y tranquilidad, acaricié su mejilla y besé sus labios suavemente.

—Nunca te vayas de mi lado —susurré en su oído, Natasha se mueve delicadamente y vuelve a relajarse, sonreí al verla de esa manera, jamás creí que la mortal viuda negra, a la cual atravesé con una bala, podría perdonarme y ayudarme a olvidar.

Me puse de pie y salí de la habitación, Phoenix y Steve estaban en la sala con Summer, ella duerme en los brazos de su padre. Me acerqué a ellos y saludé a Steve, mi mejor amigo. Me sentía bien al decir eso, por fin había logrado recordar gran parte de mi pasado y lo que en realidad era.

—Te sienta bien, sabes —le señalé.

— ¿Qué?

—La familia, ser padre y esposo, bueno, aún no están casados, pero tú me entiendes.

—Jamás creí que llegaría a formar una familia, es decir, viniendo de un lugar como HYDRA —dijo la última palabra con miedo, lo entiendo, ambos fuimos víctimas de ese lugar de sus malvados soldados y malditos científicos que sólo buscaban terminar con todos a su paso.

—Pues lo haces bien, hace años no sabías ni como hablarle a una mujer y ahora Tienes a una a tu lado —Steve rio.

—Miré a Summer todos los días y me preguntó qué fue lo que hice bien para merecerlas a ambas, hice cosas horribles en el pasado, arrebaté miles de vidas y ahora una depende de mí, ellas dos son mi vida entera, jamás creería que yo la creé a ella —movió a Summer levemente y rio.

—Sí, te salió muy bonita y gordita, come mucho —reímos al mismo tiempo—. ¿Puedo cargarla? —Steve asintió y me dio a mi ahijada, Summer se revolvió en mis brazos como si fuera a llorar, pero luego se calmó.

— ¿Crees que algún día tengas hijos? —Steve preguntó de repente.

—No, no quiero tener que explicarle a mi hijo mi brazo de metal y Nat no puede tener, aunque siempre existe la opción de adoptar, pero resulta que el gobierno nos conoce a ambos y no creo que nos quieran dar un bebé —respondí con tristeza.

—Oye, hay muchas opciones para tener un hijo ahora, no sé, leí en internet que...

—No necesito un bebé para sentirme completo —interrumpí a Steve, miré a Summer—. No necesito a una personita como tú para sentirme realizado; ustedes solo lloran, ensucian, comen y duermen, ríen, sonríen e iluminan la habitación en la que están —sin darme cuenta mi voz se quebró—. No necesito a una personita como tú para ser feliz, ¿o sí? —miré a Steve y él se alzó sus hombros.

Ꮯꭺꮲꮖꭲꭺ́ɴ ᎻᎽᎠᎡᎪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora