𝟷𝟶. 𝙱𝙸𝙴𝙽𝚅𝙴𝙽𝙸𝙳𝙾 𝙰 𝚂.𝙷.𝙸.𝙴.𝙻.𝙳.

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PHOENIX.

—Logramos controlar la hemorragia —Bruce salió de una pequeña habitación que se encontraba dentro en el gran Helicarrier—. No te preocupes, estará bien —puso una mano en mi hombro y la quité de inmediato dándole una mirada de disgusto.

— ¿Y quién demonios te dijo que estoy preocupada por él? —expresé con brusquedad.

Bruce sonrió tiernamente.

—Phoenix, es claro que lo estás...desde que lo trajo Tony no te has movido de esta silla —señaló la silla afuera de la habitación de enfermería.

— ¿Será porque a mí también me dispararon y estoy esperando a que me cures? —contesté con sorna.

Bruce abrió los ojos tan grande como pudo y de inmediato comenzó a examinarme el hombro.

— ¡¿Qué?! ¡¿Y por qué no lo dijiste?! —cuestionó preocupado.

—Sólo fue un roce de bala, Steve se llevó toda la propina —reí.

Bruce me lanzó una mirada desaprobatoria.

—No es justo que te rías así de él, Steve te salvó la vida —abrió la puerta de la habitación y entré junto con él—, siéntate ahí —señaló un banco de madera pintada de negro que estaba justo al lado de la camilla donde estaba un Steve dormido.

—No es justo, yo quería la camilla —bromeé.

—Bueno, si quieres siéntate sobre Steve —respondió. Puse mis ojos en blanco, fui hacia el banco y lo alejé de la camilla, le di una mirada de desprecio a Steve y me senté—. Muy bien... veamos que tienes aquí —se acercó y acomodó sus lentes.

Bajé la parte de arriba de mi traje quedando en una blusa negra con tirantes que se amoldaba a mi cuerpo, dejando así el espacio perfecto para Bruce me curase.

— No está podrida, ¿verdad? —fruncí el ceño por el dolor cuando Bruce pasó un algodón remojado con alcohol.

— ¿Tu alma? —preguntó, yo le di un golpe en su hombro como respuesta y reímos—. No, es sólo un rasguño, tarda en pudrirse.

—Pero es un gran rasguño... ¿voy a necesitar puntos? —inquirí consternada.

«Di que no, por favor», supliqué mentalmente.

—Me temo que sí, sólo serán tres.

Suspiré frustrada y me preparé mentalmente para el dolor que se me avecinaba

—La aguja es de vibranium... solo así podré atravesar tu piel—me informó y asentí. Bruce terminó de coser mi herida y la vendó, me puse de pie y estaba a punto de salir de la habitación cuando Bruce habló de nuevo.

— ¡Phoenix espera! ¿Puedes cuidar a Steve solo por unos minutos? Es por si se despierta.

—Banner... está sedado, no creo que se despierte —respondí de manera obvia.

—El suero en su sangre hará que se le pase rápido, no tarda en despertar y no quiero que se ponga de pie, se puede lastimar...

« ¿Y a mí que si se lastima?», pensé.

—...Simplemente dile que no se levante.

—Está bien —respondí resignada, volví a sentarme en el banco y quedé de frente a un cartel con el test de la vista, al no haber mucho que hacer tapé mi ojo derecho y fijé el otro en el cartel —.E, F, P, T, O, Z, L, P, E, D...—iba diciendo las letras y riendo, dejé de hacerlo y miré a Steve, él aún seguía dormido, me puse de pie y me acerque a él—¿Estás muerto? —le di una cachetada y no reaccionó—. ¿Eso significa que si?

Ꮯꭺꮲꮖꭲꭺ́ɴ ᎻᎽᎠᎡᎪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora