Me presento ante ustedes, me llamo Lucía Noceda y soy una asesina, una peste entre la sociedad, una adicta, pero también tengo buenas intenciones (a veces), lo hago por gusto propio, aunque solo me limito a dañar a escorias peor de desquiciadas que...
"Te estoy haciendo un favor, te estoy haciendo un favor"
Despreciable
Solo soy un perdedor despreciable...
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— ¿Mami? ¿Crees que soy idéntica a papá? —
—Hija ¿Por qué dices eso? —
—Tu dijiste una vez que él no podía controlarse cuando nos golpeaba, yo tampoco puedo hacerlo cuando él me pone a pelear, a veces no quiero parar... Mami tengo miedo cuando eso pasa ¿También puedo causarles tanto daño? —
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Golpecitos, leves y pequeños golpecitos, su dedo índice se movía inconscientemente sobre la palanca de seguridad de la granada de fragmentación. Su cabeza martillaba pensamientos confusos, recuerdos dolorosos e ideas exquisitamente horrorosas; no iba a mentir, le gustaba la escena que estaba viendo, ella era el centro de atención en ese momento, cada movimiento que hacía provocaba que una gota de sudor cayera por la frente de los ahí presentes. Su respiración se aceleró ligeramente, en su mente ya los había matado a todos y se había disparado a sí misma, odiaba sentir cualquier cosa, porque todas las emociones eran demasiado intensas. Una amarga risa escapó de su boca y de pronto todos temieron que ella se hubiera vuelto totalmente loca.
—¿Tú y mamá? ¿Cómo fue que ustedes dos? — colocó sus manos en su frente como señal de frustración.
—¿Lucía de qué demonios estás hablando? —Wionna interfirió, podía ver el sufrimiento de su amiga y no alcanzaba a comprender cuál sería el motivo de su actual estado.
