CAPÍTULO 39: OBSESIÓN Y ABSTINENCIA

243 22 21
                                    

Track 39: A Little Wicked - Valerie Broussard

Nadie te llama "cariño" cuando estás sentada en un trono.

Cuidado con la mujer paciente, porque esto lo sé.

Uno de estos días voy a tomar la corona de esa chica.

En un viejo bar situado sobre la carretera a la mitad del camino entre Boonesborough y Macksburg, el dueño reposa tranquilamente en su oficina acompañado de cierta mujer joven, su piel blanca espolvoreada de pecas y su cabello morado resaltan entr...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En un viejo bar situado sobre la carretera a la mitad del camino entre Boonesborough y Macksburg, el dueño reposa tranquilamente en su oficina acompañado de cierta mujer joven, su piel blanca espolvoreada de pecas y su cabello morado resaltan entre todo ese bodrio. La relación jefe-empleada entre ellos surgió hace bastante tiempo, para esos años Bria solo tendría la edad de 16 y la razón por la cual terminó atrapada en las garras de Anton, es porque su madre la entregó como pago para obtener un poco de heroína.

Ese doloroso recuerdo persigue a la joven Bria todas las noches, como un escalofrío recurrente que sube por su espalda y se queda en sus hombros, tensándolos al momento. Al principio intentó escapar incontables veces, pero terminó rindiéndose cuando comprendió que no había salida y aunque la tuviera, no tenía a donde ir.

Poco a poco se adaptó a su trabajo, terminó de crecer con la mentalidad de "Jode a los demás antes de que te jodan a ti". Por eso Anton se fijó en ella para su plan de observar a Lucía, solo ella tendría las agallas de mentirle en la cara a la morena y sucede que Bria llegó en un momento de recaída para la Noceda. Obviamente debían aprovechar la situación.

Esa zorra cree que puede andar por ahí paseándose en total libertad sin mi autorización— el hombre tomó una calada de su habano. — ¿Así que quiere controlar todo el territorio?

—Ha mandado a construir un matadero, ella lo llama "la granja", tiene a varios de tus hombres ahí Anton. Estoy segura de que en cualquier momento te enviará un regalito— afirmó Bria bebiendo directamente de la botella de ron sobre la barra.

—Tal vez Belos sea su padre, pero fui yo quien crio a ese monstruo— se rio descaradamente.

—No estoy bromeando, ella está loca—

—Yo tampoco estoy bromeando, dime perra ¿estás lista para tu nuevo trabajo? — dijo para el desconcierto de la peli morada.

—¿Que más quieres que haga? — rodó los ojos.

—Sabotea sus planes ¡Ya no basta con que me comuniques todos sus movimientos ¡Has permitido que su dominio crezca más de lo que debería! — jaló a la joven por el cabello.

—E-es que ella es insaciable y mucho más fuerte de lo que crees ¡En verdad he intentado distraerla! —

—¡No me falles Bria! Si sabes lo que te conviene harás que la tenga frente a mí suplicando por su vida—

My BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora