Capitulo 16 ❦ Dama De Compañía

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Me veía al espejo y no me lo creía.

Mi cabello amarrado en una trenza, mis mejillas rosadas, mis labios con un ligero brillo, mi vestido celeste con detalles en hilo blanco, me sentía muy avergonzada por mi aspecto.

- Te ves muy hermosa - me dijo la señorita Fleur que había terminado de arreglarme

- Me siento extraña...- no había usado un vestido como este en muchos años, cuando era pequeña usaba unos como estos con muchos vuelos y tutu pero ahora me había acostumbrado a los vestidos de una sola capa y entre menos llamativos mejor

- Pues, las damas de compañía son el reflejo de las concubinas a las que sirven, si tu te ves mal ella se ve mal y se que no quieres que la concubina Rosella se vea mal - apreté los labios, no, no deseaba jamás que alguien pensara por mí culpa que algo estaba mal con ella

- Entiendo...- suspiré

Camine detrás de la señorita Fleur y me sentí incomoda por las miradas de todos sobre mi, me miraban distinto y susurraban cosas cuando pasaba, prefería cuando me lo decían en la cara, algunas hasta hacían una reverencia, solo aumentaba mi vergüenza.

- Su alteza real - no estaba prestando atención pero en cuanto escuche eso hice una reverencia- príncipe Amadeus...- ¿Amadeus?

Tenía miedo de alzar la mirada.

- ¿Quién es ella? - su voz me pareció muy fría y distante, seguro el también miraba a lo alto

- Es la nueva dama de compañía de la señora Rosella - alce la mirada - Adelia...

- Su alteza real, el príncipe Amadeus II Renestmens - dije antes de levantarme de la reverencia

El observó mi rostro y levantó una ceja, luego se retiro.

- Bien, creo que cada día conoces a alguien de la familia real, después de todo este es su palacio - dijo la señorita Fleur - vamos, la señora Rosella te espera

Al pasar tiempo con la señora Rosella y el príncipe Velkan se me olvidaba que no todos son cordiales y respetuosos con los sirvientes, esa amabilidad es algo a lo que no debo acostumbrarme aunque sea difícil.

Estábamos de pie en la puerta de la señora Rosella, la señorita Fleur tocó dos veces.

- Señora Rosella, su dama de compañía - dijo en la puerta antes de abrirla

- Adelante - se escucho y los guardias abrieron la puerta

La señora Rosella estaba de pie en la puerta esperando, me observó y sonrió, se acercó a nosotras casi corriendo.

- Te queda tan bien ese aspecto Adelia - dijo, acarició mi rostro y dejó un beso en mi frente

Mis mejillas se sonrojaron y de nuevo mis latidos se aceleraron.

- Muchas gracias señora Rosella - dije haciendo una reverencia

- Señorita Fleur usted le ayudo ¿verdad? - la señorita Fleur asintió - hizo un estupendo trabajo, se ve como una dama de compañía muy apropiada

- Agradezco sus amables palabras señora Rosella - La señorita Fleur hizo una reverencia y procedió a retirarse - con su permiso

- Adelante - aceptó la señora Rosella antes de que los guardias cerrarán la puerta

La señora Rosella tomó mi mano y me guió hasta el sofá, no paraba de sonreír.

- Señora Rosella - comencé dado que ella no me decía nada - disculpe mi ignorancia pero...¿Cuáles son mis deberes como su dama de compañía? No me gustaría cometer algún error...

- Tranquila - dijo - primero lo primero...- entró a la habitación una sirvienta con un carro lleno de libros y le siguió otra con un carro con té y bocadillos - quiero que leas estos libros...

Me dio un libro y se quedó observandome, seguramente esperando a que lo abriera asique lo hice y comencé a leerlo desde la primera paguina.

- Dice: "Historia oficial del Primer emperador, el emperador Osirnos El unificador de los pueblos de Leastmontus" - ella tomó mi mano

- Lee solo para ti, después te preguntaré sobre el libro - asentí y obedeci, continue leyendo sólo en mi mente tratando de entender cada párrafo

Los libros de historia eran muy diferentes de los libros que habían leído para mi cuando era niña pero aún así me parecía interesante, más sabiendo que todo lo escrito sí había pasado en la realidad.

Después de un par de horas cerré el libro y suspiré.

- ¿Qué te pareció? - me preguntó la señora Rosella que también cerró el libro que tenía en sus manos

- Bastante...¿Interesante? - aún tenía la duda, después de todo solo era historia - no se que decir...

- Entiendo, no suele ser muy interesante pero es importante conocer la historia del lugar donde naciste, sirve para formar el camino y saber hacia dónde ir...

- Solo tengo una duda...- comenté

- Dime - respondió

- Aquí dice que el reino del pueblo costero, Licuonia, no era parte del imperio Liberrial inicialmente pero después de aclarar eso no se vuelve a mencionar ¿Por qué? - aclaró su garganta

- Pues, ese reino sigue vigente hasta el día de hoy y no se menciona porque fue el único que no quiso unirse al rey Osirnos asique no forma parte del imperio, ni de ninguno - eso sí era interesante - tienen unas planta únicas que crecen junto al mar, dicen que huelen como al cielo estrellado, aunque sólo la familia real tiene acceso a ellas...

- ¿Y por qué rechazaron unirse al imperio? - lo de las planta también me pareció interesante pero quería saber porque no se unieron a los demás reinos, habrá sido por los efectos secundarios de la guerra como el hambre, las muertes, la posibilidad de perder

- Eso es porque ellos no lo requieren, podrían autoproclamarse un imperio independiente si quisieran - creo que mi expresión le dijo que quería saber más asique siguió hablando - verás, ellos al estar tan cerca de la costa y tener sus propias tierras sin conexión con ningún imperio pueden hacer importación y exportación sin ser considerados una amenaza, tienen muchos tratados de libre comercio con los reinos del otro lado del mar...

- Entonces no les conviene ser parte del imperio...¿Por eso no se declaran uno por si mismos aún? Para no ser considerados una amenaza y poder moverse con libertad

- Exacto - ella tomó el libro de mis manos - lo has entendido muy bien, ahora tomemos un pequeño descanso y comamos algo...

Tomamos té y comimos los bocadillos, por supuesto al mismo tiempo me enseñaba como tomar de manera adecuada la taza o como dejar caer el té en ella, como comer apropiadamente, no me pareció tan difícil pero si algo excesivo.

- Eso es todo por hoy - dijo la señora Rosella, hoy habíamos leído libros de historia, desde el emperador Osirnos hasta el actual emperador Nerfeous I, había aprendido mucho del imperio al que pertenecía y también de las tierras que lo rodean, se siente bien saber cosas que antes desconocía, me sentía menos en tinieblas

- De acuerdo - me levante - procederé a retirarme señora Rosella - hice una reverencia

- Esta bien, preguntale a la señorita Fleur donde deberías quedarte desde hoy - la mire extrañada - ¿No lo sabias? Lo siento, debí comentarte, como ya no eres una sirvienta no puedes quedarte en su habitación, debes estar con las otras damas de compañía...

- En el...- no quería terminar esa oración y es que hasta la señora Rosella trago saliva antes de responder

- En el palacio de Flores...- Dios mio

Esta seria una noche larga.

Las Tres Emperatrices, Primera Emperatriz AdeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora