Le insistí para que viniera a cenar al día siguiente para que conociera a Lucas y así poder hablar más con ella. Nos abrazamos Amy y yo en la despedida y Edgar me besó las manos a modo de respeto. Se fueron y me quedé mirándolos como se iban en un taxi para regresar a casa. Mi alma sintió un vacío que ya conocía, hacía solo 3 meses que había conocido a Edgar y cada vez que se alejaba se encogía mi corazón. Necesitaba estar con él, poner mi cabeza en su pecho y olvidarme de todo.
Al día siguiente, a la caída del sol llegaron Edgar y su hermana Amy vestidos muy elegantes. Edgar llevaba una camisa negra de mangas cortas con pequeños puntos blancos acompañado con unos elegantes pantalones negros mientras que su hermana llevaba un vestido rosado lavanda precioso, la hacía lucir como un ángel. Edgar tenía el pelo mojado perfectamente peinado hacia atrás y despedía un aroma exquisito. Me dijo que no quería que moviera un dedo, él se apropiaría de mi cocina para cocinarnos algo delicioso y yo no podía estar más feliz. Mientras Edgar se iba a la cocina Amy y yo nos quedamos conversamos. Mis hijos estaban en la escuela aún y aproveché para conocer más a Amy.
➢ Supongo que Edgar no te ha hablado de mí y por eso te sorprendiste cuando nos viste juntos.
➢ Si, justo por eso creo que no le creí al principio. –dije algo apenada.
➢ Claro, es que estuvimos mucho tiempo sin hablarnos por culpa de mi padre. Nuestra madre siempre nos quiso a los dos por igual pero mi padre además de hacer distinciones entre nosotros no le daba vergüenza expresarlo. Siempre trató a mi hermano con autoridad, pero nunca le demostró que lo quería como a mí. Él idolatraba a nuestro padre a pesar de que siempre le dolía como lo menospreciaba. Nuestro padre pretendía ponerme a cargo de la empresa constructora pero cuando supe que ese era el sueño de mi hermano me fui a Viena sin decirle a nadie. –me explicó con aquellos ojos negros al borde del llanto.
➢ ¡Dios mío, qué historia! Ahora entiendo porque no había fotos tuyas en su apartamento.
➢ Si, vine a reconciliarme con mi hermano después de 6 años sin vernos. Y si no vine antes fue porque me enfermé con el cáncer y lo he pasado muy mal. Los sueros me han envenenado todo mi cuerpo para poder matar al cáncer y por poco me matan a mí en el proceso. Fueron días muy duros para mí, pero lo que me mantenía viva era pensar en el futuro. En que tenía que estar sana para venir y pedirle perdón a mi hermano por irme sin decirle. –dijo llorando en silencio. Sus ojos tenían sombras debajo, evidencia de lo que ha pasado su cuerpo y de lo que todavía se estaba recuperando.
➢ Me alegro mucho que hayas logrado venir y cumplir tu deseo. Me imagino que le hacías mucha falta a Edgar, tantos años separados y sin hablarse.
➢ Si, supongo que se sentía muy solo, sobre todo porque Papá y él no se hablan. Pero ya me puedo ir tranquila porque sé que está en buenas manos. Si vieras lo emocionado que estaba cuando me hablaba de ti.
➢ ¿En serio? –pregunté sorprendida.
➢ Si, en serio. Nunca había visto a mi hermano así con nadie.
➢ ¿Sabes que todavía intento que no me importe lo de nuestra diferencia de edad?
➢ Yo no veo tal diferencia. Esos son prejuicios, Jane. La vida es tan corta y efímera que hay que permitirse ser feliz en cuanto tengas oportunidad. Te lo dice alguien que ha estado a punto de morir, nada de eso importa. Solo que estés con la persona que te haga bien, solo eso.
➢ Tienes toda la razón, estoy intentando liberarme de esos prejuicios arraigados y ser feliz con Edgar.
➢ Me alegra mucho que se hayan encontrado. Se percibe que tienen una conexión especial.
➢ Gracias. ¿Puedo hacerte una pregunta?
➢ Sí, claro. Lo que quieras. –me preguntó algo intrigada.
➢ ¿Tu conociste a su esposa? ¿Por qué se separaron?
➢ Si, la conocí. No tenía nada que ver con mi hermano. Mi padre lo forzó a casarse con ella porque su padre y el eran socios. Mi hermano aceptó para no contradecirlo porque creía que lo preparaba para situarlo en la constructora, pero no fue así. Fui testigo de su desilusión a pesar de esforzarse tanto y eso hizo que me fuera. Yo no me merecía ese puesto, pero aun así mi padre no se lo dio. Ahora comprendo que hui en vano, no logré que mi padre lo valorara a pesar de mi ausencia. Ella era una niña mimada y a mi hermano no le gustaba esa actitud. Se esforzó por entenderla, hacerla pensar y actuar diferente, pero nada resultó y le pidió el divorcio.
➢ El amor no puede forzarse. Eso nunca acaba bien.
➢ Pero bueno dejemos de hablar del pasado, ahora todo es distinto. ¿No es verdad? Ahora háblame de ti.
➢ No hay mucho que contar. Estuve casada con mi primer y único novio desde los 17 años y la burbuja de la familia perfecta explotó hace un año cuando me fue infiel con su secretaria. Supongo que todavía me cuesta confiar en las personas porque la traición me dejo muy herida. Pero tu hermano me está sanando lentamente, en serio. Es muy bueno conmigo.
➢ A todos nos han traicionado alguna vez, pero si viene de la persona que amas y confías por muchos años duele y cuesta mucho más sobreponerse. Me alegra que pienses así de mi hermano, merecen ser felices juntos. –dijo sosteniendo mi mano.
En ese momento llegaron mis hijos del colegio y presenté a la hermana de Edgar a Lucas. Comenzaron a hablar de diseño, carrera la cual mi hijo le encantaba y Amy también pues trabajaba como diseñadora en Viena para una empresa productora de Zapatos deportivos. Edgar sorprendió a todos llamándonos a comer. Mis hijos fueron a cambiarse de ropa, lavarse las manos y bajaron para comer todos juntos. Me sentía tan feliz viendo a mis hijos riendo y contando sus historias de la escuela y de que querían estudiar a Edgar y Amy. Se llevaban tan bien que me parecía un sueño irreal. Estaba emocionada y tranquila, era la familia que soñaba. Luego mis hijos pusieron música y comenzaron a bailar, Hanna sacó a bailar a Edgar y Lucas a Amy mientras yo los observaba. Luego nos turnamos, yo bailaba con Edgar mientras que Lucas bailaba con su hermana. Luego Edgar bailaba con Amy y Lucas conmigo. Cayó la noche y luego de cansarnos de bailar nos pusimos a ver una película juntos. Cuando llegaron las 10 de la noche Amy quiso irse a descansar pues al día siguiente tendría que viajar en avión de regreso a Viena. Nos despedimos todos de ella pidiéndole que regresara pronto. Ella sonriendo nos dijo que sin dudarlo regresaría por otro rato tan maravilloso como el que había pasado en nuestra compañía. Se subieron al auto de Edgar y los miramos alejarse por un rato. Luego más tarde mi móvil sonó, era un mensaje de Edgar diciéndome que habían llegado a casa y que al día siguiente cuando su hermana tomara el avión pasaría a verme después del trabajo.
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Al final de mi vida
RomanceUna mujer de cuarenta y tantos sufre el engaño de su esposo después de 30 años de casados. Luego del divorcio se encuentra devastada y sin un rumbo en su vida. Una noche va a un bar y se pasa de tragos, está hecha un desastre pero aún así logra atr...