Maldito Deseo [ Completa ✔]

14. Cuidados

ÁLEX

Después de volar unos quince minutos supe que no podía ir disfrazado de ave a mi casa, a mi mamá también le incomodan estás aves.

Irónico. Su hijo es un cuervo.

Creo que después de esto empezaré una revolución por amor a los cuervos.

Nunca pensé encontrarme en esta posición. Planeé hasta la casa de la pelinegra y me detuve en su ventana. Estaba cerrada pero vi claramente que ella estaba dormida en su cama con el mismo vestido . Incluso está con zapatos.

Siento tristeza por mi pelinegra, al parecer también le estoy arruinando su vida. ¿ y ahora qué hago?

¿Huir de todos y vivir una vida solitaria? No se como solucionar mi problema...

Baje mi cabeza de tristeza, estoy con hambre, estoy triste, soy una ave...
Me siento tan desanimado. Estoy tan sólo y me estoy hundiendo en problemas.

Suspire.

No. No puedo darme ese lujo. Soy joven y tengo una vida que vivir, respiro profundo durante unos segundos, aunque tenía ganas de llorar y darme por vencido no haría eso

Porqué esa sería mi última opción, y aún tengo muchas cosas que intentar.

Eleve mi cabeza y empecé a golpear la ventana con mi pico durante mucho tiempo. Un pequeño dolor de cabeza se instaló en mí de tanto picotear. Poco a poco la pelinegra se fue despertando por el sonido y cuándo me vio su quijada casi se cae al piso del miedo

- No por favor, esto debe ser una broma. - colocó sus manos en su cabeza, seguramente por la resaca que tiene que tener

Se tambaleó al pararse y esperó unos segundos para equilibrar su cuerpo. Después cuándo me miró negó y salió del cuarto.

¿ Me está ignorando? No tiene idea de qué yo soy la garrapata tres mil. No me iré. Ella tiene que abrir la ventana

Picotee tantas veces que volvió enojada y muy fastidiada.

- ¡ Ya basta! ¡ no voy a abrir la ventana! ¡ vete! - gritó y yo deje de picotear

Ella suspiro de alivió y yo grasne y abrí mi pico. Expresando que me muero de hambre.

No seas mala pelinegra dame comida...

Ella no sé inmutó, pero si pensó durante unos segundos, al final no hizo nada y yo volví a molestarla durante otros minutos más

- ¡¡ Maldición!! ¡ para, deja de hacer eso, me vas a volver loca! ¿ qué quieres, comida? - a la mención de esto último yo deje de picotear

Ella me miró extraña y se paro recta.

- ¿ Quieres comida? - yo hice un sonido de afirmación, aunque creó que ella lo escucho diferente - Quieres comida...

Se dijo a sí misma y bajo con rapidez las escaleras.

Empecé a rezar para qué está vez no fuera en busca de la escoba y terminará desfigurado

Después de unos minutos que se hicieron eternos ella llegó con algo en una bolsa, lo que asumí debía ser comida. Y en la otra mano tenía la escoba, esa pelinegra si desconfía de mi

Espere con cuidado para que se acercara a la venta y la empezó a abrir con cuidado, pero la abrió hasta la mitad y yo salté hacia dentro. Ella se hizo hacia atrás y cayó de nalgas. Soltó un quejido muy fuerte.

Lo siento. Le dije pero ella sólo negó y soltó un suspiro. Obviamente no me entendía.

- Bien pajarito. Comerás y te irás, son las cuatro y media de la madrugada. Apenas empezaba a dormir. - puso en el suelo unos insectos que sacó de la bolsa, automáticamente me acerqué para devorarlos.

Una vez que terminé empecé a caminar hacia ella y Daila empezó a retroceder en el suelo. No le di tiempo para que me extendiera más y termine de seguirla hasta que chocó con la pared y pude escarbar en la bolsa el resto de insectos

Los cuales estaban deliciosos.

- Por favor. No me mates. - yo eleve mi mirada hacia ella y trago duro, todo su cuerpo estaba tenso.

Me aleje unos pasos y seguía mirándola, di unos picotazos en el suelo para que me diera la comida en ese lugar. Después de unos segundos Daila reaccionó y me colocó más insectos ahí, después yo continúe comiendo

- Qué suerte tengo. Parece qué estuviste domesticado. Es eso o eres un punto genio que no quiere causarme inconvenientes- yo la miré de nuevo y volví a centrarme en mi comida

Daila tomó su teléfono para marcarle a alguien.

- Vamos Álex contéstame- dijo y yo eleve mi cabeza e hice un graznido - shhh, intentó hablar con Álex

Yo soy Álex.

Volví a emitir un graznido. Ella me volvió a callar.

- Contéstame Álex. - volví a gritarle - por favor cuervito has silencio. Espero qué esté bien - dijo Daila acercando el celular a su pecho

Por un momento me puse a pensar en la diminuta posibilidad de qué yo le importe...

- Ya sé, hablaré con Martín, todo fue culpa de él. - Daila hablaba para ella misma y yo me moleste, no tiene porqué hablar con esa cosa - empezó a marcar y colocó el celular en su oreja ,después de unos segundos él le contestó y antes de qué ella hablará el le habló y le colgó la llamada

- Grandisimo imbécil. - Daila tiró el celular en la cama - cómo se le ocurre decirme qué si deseo hablar con él lo busqué, es un idiota.

Yo grasne para afirmar lo que dijo.

- Bueno lindo pajarito. Es hora de qué te marches ¿ sí? Ya comiste, ahora por favor vete. - Daila me habló con delicadeza y yo quería reírme. No me iba a ir de aquí hasta que salga el sol - sal pajarito

Daila unió sus manos para imitar el vuelo de un ave

- volar, hacia la ventana, irte. - yo la miré raro - Dios mío, es obvio qué no me entiendes, que tonta

Con cuidado ella se puso de pie y fue por la escoba. Yo la miré como advertencia y ella se hizo un moño alto y se quitó los zapatos

Esta loca me va a matar.

Así que empezó a acercarse hacía mí y a chitar para qué me vaya , yo avance hacia ella, Daila se sobresaltó y se le cayó la escoba, aproveche para acercarme más a ella, pero empezó a huir. No sé cómo pasó, pero me pareció muy divertido y empecé a picar sus pies ,ella corría y gritaba a través de la habitación, yo estaba muy feliz y no entiendo porque. Estaba disfrutando de su miedo, hasta que volvió a tomar la escoba y volé hacia un anaquel para quedarme ahí

- ¡Maldición, desdé qué te conozco he perdido más calorías que mientras corro. Me vas a volver loca pajarraco!- ella gritó sin aire y se tiro en su cama rendida - Álex dónde estás ...

Dijo en un susurró y después de unos minutos se quedó dormida.

Yo hice un graznido leve, queriendo decirle que aquí estoy. Que yo soy Álex, pero aún así ella no me iba a entender.

¡Disfruten el capítulo!