19. Hospitalizados.

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MARTÍN

Entraba como de costumbre al mismo club de siempre. Y pedí al bartender algunos shots para empezar a sentirme liviano.

Ando muy estresado a pesar de no hacer nada.

Y mientras bebía recordé la payasada que hice hace unas horas. Nada duele más como herir el orgullo y el valor que  tiene un hombre con algo que quiere

Los celos solo es un juego para valientes y pierde quién pierde la calma

Yo siempre he fracasado en ese sentido. Me han noqueado una y otra ves sin parar. Odio que toquen lo que es mío y se qué el tipucho de Álex sintió lo mismo. Como hombre uno se siente perdido, con ira y con impotencia. Yo siempre quedaba como un salvaje ante esas situaciones, pero tengo que actuar de una manera correcta para ganarme de nuevo a Daila.

Para que la mente de Álex pierda la cordura y quedé como un loco frente a ella. Solté una sonrisita por el plan qué tenía en mente. Yo iba a disfrutar de su sufrimiento e iba a tener de nuevo a Daila más obediente que nunca, más mía que antes.

- lamento haber llegado algo tarde. Pero ya estoy aquí dispuesta para ti...

Su voz me rozaba el oído muy dulcemente, como siempre ella consolandome de mis malos días.

Su melena rubia y alargada le llegaba a las caderas, subí mis manos por los lados de su vestido y muy sin vergüenza apreté sus caderas y su trasero.
Antes de que pudiera invitarla a la habitación ya me estaba besando con fuerza y llena de pasión. Sus manos viajaban dentro de mí camisa y no era muy necesaria la invitación que tenia que hacer, pero antes de eso se separó para tomar un trago y mirarme de forma coqueta

- Quién lo creería eres toda una caja de sorpresas ,mojigata...

- y eso que aún no te muestro todo lo que puedo hacer...

Se limitó a decirme con su boca roja, jalando mi camisa para ir hacia las habitaciones de arriba. Yo estaba más que exitado nunca espere que ella fuese así. Obviamente la conocía desde antes y es la misma chica con la que me tomaron las fotos

Ella no causa problemas, no molesta. Y puedo acostarme sin ningún problema con todas las mujeres que se me acercan.

Esta noche la iba a pasar muy bien...

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ÁLEX

Creo que el amor nos vuelve idiotas a todos a cambio de un poco de sentimiento de vida y plenitud. Al mismo tiempo podemos sentir qué estamos ahogados en un vaso de agua. Sin salida , axfixiados. Muertos en vida.

La inseguridad mata a cualquier persona increíble. La desconfianza y los malditos pensamientos a gran escala que se forma en nuestra cabeza nos hacen débiles

Los humanos somos lo más parecido a una bomba. O dañamos algo o nos hacemos daño.

Somos patéticos.

Aunque alguno que otro logra llegar y buscar su felicidad, trabajar en un camino difícil para conseguir su plena felicidad y decir que su vida valió la pena. Otros sólo esperan en el sillón viendo televisión soñando con tener la vida de otro y no trabajando en sus sueños.

Y yo pues, sentado en el filo de mi cama ya casi durante media hora viendo el suelo. También  soy algo idiota, tome una respiración profunda y me puse de pie. Quise caminar así que salí y evadi a mi mamá y a Will en ese tramo. De forma rápida y fácil para evitar conversaciones absurdas.

La noche estaba fría pero para mi este clima está delicioso. Los pies conducían a un lugar que obviamente conocía, la casa de la pelinegra estaba con las luces apagadas. Era algo raro pero no tanto. Le gusta un poco la oscuridad y el silencio. Esta acostumbrada a eso. Para mí ella es tan adictiva como una droga ,necesito su cercanía, sus intentos de caricias qué no puede demostrar. La necesito a ella en todos los planos posibles ,muy cerca dejandome llevar por el calor de su cuerpo.

Tan pronto como pensé eso sacudí mi cara, de nuevo me estaba dejando llevar por el maldito deseo. Ella.

Empecé el caminó contrario hacia cualquier otro lugar y después de unos minutos contaba mis pasos mientras silbaba una canción qué no existe. Aprovechando qué no sale la luna hoy.
Un carro se estacionó un poco lejos y dejo a alguien que parecía algo ebrio, yo seguía por el camino pero de pronto me quedé muy quieto viendo qué se trataba de Martín y su mirada no estaba en otro lugar que no fuese mi cara, le tomó unos pasos terminar casi cerca de mí para sonreír de manera déspota mientras escupía en la acera

Maldito cerdo.

- Al parecer la noche me trajo un regalo. Hay que ajustar cuentas Álex... - No estaba tan borracho sabía muy bien lo que decía.

- ¿Sigues siendo un imbécil ebrio y sobrio no te da vergüenza? - le mostré una sonrisa burlona

Su cara enrojecio y volvió a escupir mientras encendía un cigarrillo


- La vida y tu me deben muchas cosas - Martín empezó a caminar hacía mí. - Lo que yo deseo siempre lo he tenido, aunque en algunas ocasiones he de mencionar que si tiene que ser por las malas igual termina siendo mío. Ella no es la excepción.


- Ella no es tuya. - le reitero

- Pero tampoco de tu propiedad. Y no es qué se aleje mucho cuando me le acercó, cuando me vistes esa mañana ella me dijo que me extrañaba y la abracé.  No quiero que te sientas mal. Pero no tienes oportunidad

Sentía qué la sangre me hervía y bombeaba con fuerza mi corazón, estaba furioso, pero nunca pregunté porqué lo abrazó. Así qué en este momento no tengo argumento

- Se muy bien que fuiste un imbécil con ella. ¿ por qué crees que te voy a creer?


- Piensa un momento. Así qué escucha lo que te digo. Hay mujeres que están con hombres que las tratan mal y las golpean y a pesar de qué hay gente que los aleja de este tipo de persona,nunca se van de su lado. Ella es así... porqué está obsesionada conmigo

Mi mano formaba un puño, quería golpearlo.

- Daila no es ese tipo de mujer.

Hable firme y el sonrío a carcajadas.

- Claro que lo es. Es una zorra necesitada de amor...

Y antes de qué siguiera lo di un golpe directo en la nariz. Cayó de espaldas y la sangre chorreaba por toda su ropa.
Yo me agache y rodamos por la calle mientras el intentaba tapar los golpes y yo lo golpeaba sin parar, quiero eliminar esa sonrisa de su rostro...

Ya no lo quiero ver.

De una patada me alejó un poco mientras intentaba tapar la hemorragia en su nariz, ambos parecíamos locos y estábamos muy agitados. Pero el chillido de unas llantas frenando hizo que nuestras miradas vieran al frente

Un coche...

Viniendo hacia nosotros. Ya era tarde. Muy tarde para intentar hacer otra cosa que cubrirse con nuestros brazos y esperar el choque

Después de eso todo se hizo nada. Y dejé de escuchar.

   Disfruten el capítulo!!

Maldito Deseo  [ Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora