𝐔𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐨𝐣𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐥𝐨𝐫 á𝐦𝐛𝐚𝐫

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El día siguiente no había pasado nada impresionante, solo Bakugo gritando más de lo normal, pero era básicamente la misma rutina de la escuela, hasta que en el recreo Izu y yo acordamos que hoy sería el día en el que me ayudaría a pintar mi cabello, sin más que planear el día se dio con normalidad, pero con cada minuto que pasaba mis nervios aumentaban más y más, ya que en la noche anterior gracias a que no podía dormir me quede viendo videos de gente que intentaba lo mismo que yo iba a hacer, pero salía completamente mal, lo sabía, no debí torturarme con esa clase de videos, pero por lo menos me sirvió para ver qué no tenía que hacer.

Me encontraba frente al espejo con una playera vieja de papá e Izuku estaba detrás de mí con guantes en las dos manos mientras leía las instrucciones, cuando llego el momento de que me aplicara el tinte, sentía como mi cabeza se sentía rara y Dios esta cosa olía horrible, pero eso no nos detuvo, después de un buen rato y de dejar la ducha completamente negra lo habíamos logrado, tenía mi pelo completamente negro y se veía genial.

Me encontraba frente al espejo con una playera vieja de papá e Izuku estaba detrás de mí con guantes en las dos manos mientras leía las instrucciones, cuando llego el momento de que me aplicara el tinte, sentía como mi cabeza se sentía rara y Dios...

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Ya que mi cabello se veía especialmente bien, quisimos salir a algún lado para pasar la tarde, puesto que era viernes en la tarde, llegamos al acuerdo de que íbamos a ir a perder el tiempo en el centro comercial y si teníamos suerte algo nos lograría distraer.

Cuando llegamos estuvimos dando unas vueltas sin encontrar nada nuevo, porque habíamos venido el fin de semana pasado, o eso creímos hasta que llegamos a la zona de comida y había una enorme pista de hielo.

     —¿Esto no estaba o sí? —pregunté mientras contemplaba la pista.

     —Cuando era más pequeño la ponían en otoño, pero de repente dejaron de ponerla, no te toco eso —dijo mientras se acercaba al borde de esta.

     —Ya... —me quede viendo a la gente que estaba patinando y el cómo lo hacían con tanta facilidad.

     —¿Quieres intentarlo? —me tomo de la mano para jalarme un poco.

     —No sé cómo —reí—, me voy a caer, y mucho.

     —Yo te ayudo, si todavía me acuerdo claro —se quedó pensando unos segundos para después sonreírme—. Vamos a estar bien —dijo al final casi como intentara convencerme.

     —¿Cómo que vamos a estar bien? —dije asustada, pero comenzó a jalarme hasta que llegamos a la taquilla.

Como había dicho me caí tantas veces que mi ropa había quedado empapada e Izuku en vez de ayudarme, como me prometió, solo se reía de mí.

     —¡Pero ayúdame no te rías! —grité desesperada mientras le extendía una mano para que me sostuviera.

     —Es que no puedo —se limpió una lágrima que se le escapó mientras se agarraba el estómago de tanto reír—. ¿Quién patina así?

Como me canse de caerme tanto encontré un modo que hacía que tuviera más estabilidad y pudiera deslizarme por toda la pista sin problema, todo consistía en que mis pies estaban fijos y con ayuda de mis manos me jalaba, ridícula pose, lo sé, pero ya no me había caído, el único problema es que ya no podía levantarme.

𝑷𝒍𝒆𝒂𝒔𝒆 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒈𝒐 | 𝑶𝒄 X 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒐 𝑻𝒐𝒅𝒐𝒓𝒐𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora