𝐔𝐀

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Al abrir mis ojos me encontré con un cielorraso blanco, pero no era el de mi habitación, cuando volteé a mi izquierda me di cuenta de que Dabi estaba dormido en una silla mientras tenía tomada mi mano.

     —¿Qué había pasado? —pensé mientras trataba de levantarme, pero al quitarme la sabana me di cuenta de que estaba en ropa interior, solo una playera negra que me imaginaba era de Dabi cubría mi cuerpo.

Me recosté de nuevo tratando de recordar algo de lo que había pasado, lo último que recordaba era estar hablando con Izu y luego... Todo era borroso, no podría recordar muchas cosas, solo recordaba pelear con Izu y después estar debajo de un árbol, pero nada más.

Cuando Dabi se comenzó a mover en la silla me quedé quieta y pude ver cómo se levantó y se estiró haciendo que todos sus huesos tronaran, cuando se volteó me vio despierta y con una sonrisa se sentó en el borde de la cama.

     —Buenos días, linda, ¿cómo estás? —preguntó con su voz ronca.

     —Bien, ¿cómo sabias donde estaba? —pregunte seria.

     —Tu hermano me marco por tu teléfono y explico todo lo que había pasado y pregunto si de casualidad no estabas conmigo, le dije que no y fue ahí cuando me di cuenta de que de verdad estabas desaparecida, y no era solo una tonta broma, así que me decidí a ayudarlos a encontrarte. Fui a varios lugares en los que pensaba que podrías estar, pero obviamente no estabas ahí, hasta que recordé que me contaste del parque al que te llevaban y estabas ahí.

     —Perdón, por preocuparte y hacer que salieras, de verdad lo siento —dije sinceramente mientras reprimía mis ganas de llorar—, debería hablar con ellos y decirles que estoy bien —trate de levantarme, pero Dabi me lo impidió acariciándome la cara.

     —Lo hice en el momento en el que te encontré —dijo con una sonrisa.

     —Gracias —deje un corto beso en sus labios—. Y... ¿Esta ropa?

     —¿No lo recuerdas? —dijo sorprendido.

     —No —respondí tímidamente.

     —Tenías indicios de hipotermia, así que como mi casa era la más cercana vine corriendo contigo para hacer que entraras en calor, te tuve que quitar toda la ropa mojada, por eso el cambio de ropa.

     —¡¿Me viste desnuda?! —pregunté tapándome con la manta mientras sentía mis orejas calientes.

     —Como si no te hubiera visto ya —dijo haciéndose el obvio.

     —¡P-pero fue diferente! —respondí casi gritando mientras me cubría la cara con la manta tratando de ocultar mi notable sonrojo.

     —Fue lo mismo —dejo un beso en mi mano para tranquilizarme—. ¿Qué quieres de desayunar? Puedo prepararte algo o pedir a domicilio como quieras —dijo amablemente mientras se ponía de pie, y hasta ese momento me di cuenta del pantalón tan ajustado que tenía, al subir la mirada me encontré con una sudadera vieja que seguramente había ocupado antes de que fuera destinada como piyama, su cabello estaba hacia abajo cubriendo levemente sus ojos, y aunque no era común verlo así, me podría acostumbrar.

     —No quiero hacerte trabajar, suficiente, hiciste con rescatarme ayer debería irme a casa —me senté en la cama tapándome el pecho con la manta como si eso pudiera hacer alguna diferencia en mi vergüenza.

     —No me haces trabajar, simplemente cuido a mi novia, así que elige.

Como sabía que Dabi no me iba a dejar ir sin algo en el estómago,  elegí la opción de pedir a domicilio, porque de esa manera no lo hacía trabajar, camino alrededor de la cama matrimonial solo fue necesario seguirlo con la mirada para ver cómo se acostaba en la cama, casi como si su pecho fuera un imán, sentí la necesidad en acostarme sobre él.

𝑷𝒍𝒆𝒂𝒔𝒆 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒈𝒐 | 𝑶𝒄 X 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒐 𝑻𝒐𝒅𝒐𝒓𝒐𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora