𝐄𝐧 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐯𝐢𝐞𝐣𝐨 𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞

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Después de mi fiesta los días se fueron corriendo y en menos de lo que esperaba ya era el día en el que mi brócoli haría su examen de admisión.

Tenía muchas esperanzas de que le fuera muy bien, ya que desde que salimos de la escuela había pasado todos los días entrenando sin parar por ningún motivo, incluso cuando fue el accidente con el villano estuvo un día descansando a pesar de que todos le decíamos que se tomara más tiempo.

Hace unos días mamá me pidió opinión en comprarle a Izu un bodysuit o como ella lo llamo «un mallón», después de explicarle la diferencia entre un mallón y un bodysuit le comenté que sería bueno el comprarle uno que se pareciera al boceto que mando junto con su solicitud de ingreso. Pensé que no lo había comprado, pero cuando lo vi dentro de una bolsa de regalo esa idea quedo denegada.

Ahora mismo estábamos en la puerta despidiendo a mi hermano, claro que momentos antes mi madre le había dado su traje y como era costumbre en él casi se pone a llorar ahí, pero gracias a que lo comenzamos a motivar no lo hizo.

     —¡Tú puedes Izu! No hagas caso de lo que diga Bakugo o alguien más, tú concéntrate en lo que estás haciendo —dije mientras levantaba mis brazos tratando de darle ánimos.

     —¡¡Sí!! —gritó entusiasmado mientras también levantaba sus brazos en señal de «yo puedo hacerlo».

     —Izu, con cuidado, por favor —dijo preocupada mamá, sabiendo que mi hermano era un imán para los problemas.

     —¡Sí! Adiós, las veo en la tarde —vi cómo se iba corriendo hacia la estación con su nuevo traje.

Desde que se había ido la ansiedad me estaba matando y aunque no dudaba nada en sus habilidades si tenía miedo que algo le pasara por estar rodeado de tanta gente con quirks poderosos y él apenas controlaba el suyo.

¿No mencione eso? Mi hermano de la noche a la mañana había desarrollado un nuevo quirk, ni los miles de doctores que habíamos visitado sabían el porqué, pero aunque Izuku no lo hubiera tenido hubiera presentado el examen, así que lo manifestara fue en pro de que entrara en la academia.

Estaba en mi cuarto cuando escuche como la puerta principal se abrió, salí disparada de mi cuarto para saber cómo le había ido y me contara cada detalle por menor que fuese, esperaba ver a un Izuku emocionado, pero en su lugar me encontré con un cabizbajo peliverde que estaba guardando sus zapatos y aparte tenía uno de sus brazos lastimado.

     —¿Cómo te fue? —pregunte efusiva mientras me sentaba en el escalón de la entrada.

     —Bien —paso a un lado mío y se encaminó para su cuarto.

    —Estuviste en la escuela de tus sueños rodeado de héroes que amas y... Solo me dices «bien», ¿qué fue lo que paso?

     —No tengo ganas de hablarlo. ¿Podríamos dejarlo para otro día? —pregunto suplicante.

Se le veía muy mal y estuve a punto de acceder, pero pude ver que detrás de Izu estaba mamá viéndonos desde la puerta de la cocina, ella no merecía esto, hizo todo este esfuerzo para que Izuku solo dijera «no quiero hablar con ustedes». Gracias a que la vi me armé de valor para llevarle la contraria, aun si eso se significaba que se enojara conmigo.

     —No —me levante de mi lugar y tome su muñeca para llevarlo hasta mi cuarto, una vez en este lo senté en la cama y yo me quede parada en la puerta—. ¿Qué paso? ¿Fue Bakugo? Te juro que si fue su culpa lo voy a golpear hasta que te pida perdón —estaba a punto de abrir la puerta para ir por mis zapatos e ir a casa de esa rubia, pero el grito de Izu me hizo detenerme en seco.

𝑷𝒍𝒆𝒂𝒔𝒆 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒈𝒐 | 𝑶𝒄 X 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒐 𝑻𝒐𝒅𝒐𝒓𝒐𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora