𝐊𝐞𝐢𝐠𝐨 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐦𝐢

52 3 0
                                    

     —Mi nombre es Keigo Takami, hermano mayor de tu madre, al convertirme en héroe comenzamos a trabajar juntos y ella se exigía mucho al ser la heroína número tres, siempre decía que tenía que ser perfecta y no tener ninguna debilidad que sus enemigos pudieran ocupar y me imagino que eso te incluía —me señaló suavemente con su palma—. Ya que no se hizo público que éramos hermanos ni mucho menos que estaba casada.

     —Si no sabían que existía, ¿por qué se alegraron tanto? —pregunté.

     —Fue en una batalla que tu madre salió gravemente herida y terminó en el hospital —comenzó a explicar.

Podía recordar vagamente lo que me estaba diciendo, ya que mi madre dejó de llegar a nuestra casa y siempre que preguntaba por ella mi padre me decía que se encontraba de viaje, pero de un día al otro mi padre también desapareció dejándome esperándolo por días,

Hasta que comí un pastel que había aparecido en la encimera de la cocina, después de un tiempo me comencé a sentir con mucho sueño, hasta que sucumbí a este y para cuando desperté me encontraba en otro completamente diferente.

     —Tu madre falleció por las heridas y tu padre en un arranque de ira decidió ir por los villanos causantes de todo él solo... Pero no lo logró, fue tu padre el que nos dijo de tu existencia momentos antes de que se fuera y nos dijo que te cuidáramos, pero hubo un atentado justo en donde nos encontrábamos —señaló a Mirko con la mirada indicándome que ella también estaba ahí—. Todo nos retrasó, pero cuando llegamos a tu casa no había nadie, simplemente te habías esfumado.

     —Ya... —dije recordando lo poco que podía de la secta en la que había estado capturada por más o menos cuatro años, todas esas torturas por las que me sometieron volvieron a mí se volvían a sentir reales. El cómo todo lo justificaban diciendo que era el Némesis de este mundo y estaban haciendo un favor a la humanidad.

Un sabor salado inundó mi boca y la voz de Keigo me hizo regresar de mi trance.

     —¿Estás bien? —dijo Mirko a un lado mío mientras limpiaba gentilmente las lágrimas que ni yo me había dado cuenta de que habían salido.

     —Si —mentí—, solo es mucha información que tengo que asimilar.

     —Dijiste que ahora vivías con tu familia adoptiva, ¿podría hablar con ellos? —pregunto Keigo retomando mi atención.

     —Claro —en cuanto saque mi teléfono me di cuenta de que tenía más de veinte llamadas perdidas de mamá y había un único mensaje en la barra de notificaciones que hizo que se me helara la sangre.

     —Tu hermano fue atacado por un villano.

Tan rápido como pude había llegado a la sala de urgencias y comencé a preguntar por mi hermano, mientras literalmente corría de un lado al otro y veía como Keigo venía detrás de mí.

Cuando vi sentada a mi madre en un pasillo me lancé hacia ella preguntando qué había pasado, me contó que un villano había atacado a Bakugo e Izuku se encontraba cerca, pero por más que los profesionales le digieran que se quedara alejado, este corrió directo al peligro.

Por suerte, cuando estaba distrayendo al villano abrió la oportunidad para que un profesional pudiera salvarlos, cuando pregunte, ¿quién había sido? Mamá no me supo decir, ya que ella tampoco sabía.

     —¿Cómo está él? —pregunté mientras me sentaba a un lado de ella, olvidando por completo al rubio que estaba detrás de mí.

     —Bien, solo le están haciendo unos chequeos —levantó la mirada y se encontró con Keigo—. ¿Se le ofrece algo? —pregunto de manera ruda.

     —Oh no... Para nada, solo acompañé a Seto para que llegara a salvo —mi mamá me volteó a ver con cara de que no entendía una palabra de lo que estaba diciendo.

     —Mamá, él es Hawks-san —dije tratando de que entendiera la importante persona que tenía enfrente de ella, aunque hace poco tiempo descubrí que era mi familia, seguía siendo un desconocido para mí. Cuando mamá entendió la directa, sus ojos se abrieron como dos enormes platos, mientras que se levantó y comenzó a disculparse una y otra vez.

Mientras mamá se disculpaba, Keigo y yo cruzamos miradas por un segundo y pude jurar que todo lo que podía ver era su cara de pena mientras me pedía que lo ayudara, cuando lo iba a hacer un doctor se acercó a nosotros para preguntar si éramos la familia Midoriya. Cuando mi madre dijo que en efecto éramos, nosotros pude ver como Izuku salía por detrás del caballero de bata blanca

     —¡¡Izu!! —corrí hacia él y lo abracé—. ¡¡Eres un idiota!! ¡¿Cómo se te ocurre ponerte en riesgo de esa manera?! ¡Si te digo que te quedes quieto es por algo! ¡Eres un idiota, algo pudo pasarte! —comencé a menearlo mientras le decía hasta de lo que se iba a morir, pero lo tenía bien ganado, me había metido un susto de muerte.

     —¿Podrías dejar de decirme idiota? —preguntó suplicante mientras me veía como un cachorrito regañado.

     —Solo porque me caes bien —dejé de menearlo de un lado al otro y terminé abrazándolo mientras escondía mi cabeza en su pecho—, me asustaste mucho.

     —Perdón —comenzó a sobar mi cabeza y sentí como alguien me abrazaba por la espalda—, perdón por asustarlas, de verdad perdónenme.

Después de ese momento familiar, los tres nos separamos con los ojos brillosos y como era de esperarse, mamá invitó a cenar a Hawks en agradecimiento por cuidarme en camino de su agencia al hospital.

Con mucha insistencia (Más de Izuku) aceptó y cuando fue hora los cuatro estábamos amenamente cenando mientras que Izuku le hacía pregunta de todo tipo y las anotaba en su cuaderno de héroes, después de que hiciera preguntas de todo tipo descubrí que el quirk de mi madre era de mi abuelo y el de Keigo era de mi abuela, también como era de esperarse les dijimos todo sobre qué era mi tío y todo lo que sabía de mi madre y de mi padre.

Cuando Keigo se fue dejándonos solos estaba por irme a mi habitación e Izu estaba detrás de mí y solo escuchamos el frío y enojado llamado de mi madre, enseguida Izuku volteó a verme suplicante que ayudara, pero necesitaba que alguien lo regañara así que salí corriendo hacia mi cuarto, cuando cerré la puerta vi como la perilla se movía de arriba a abajo esperando que lo dejara pasar, pero no me moví de la puerta hasta que escuché el grito de mi mamá que me dejó quieta en mi lugar.

     —¡Izuku Midoriya! ¡Te estoy hablando! —y fue ahí cuando dejé de ver cómo mi perilla se movía y escuché pasos que se alejaban de mi cuarto.

     —¡Izuku Midoriya! ¡Te estoy hablando! —y fue ahí cuando dejé de ver cómo mi perilla se movía y escuché pasos que se alejaban de mi cuarto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝑷𝒍𝒆𝒂𝒔𝒆 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒈𝒐 | 𝑶𝒄 X 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒐 𝑻𝒐𝒅𝒐𝒓𝒐𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora