Solsticio de Verano (Caitlyn x Vi)

Capítulo 12: Planes

Nota: Como ya sabrán, espero y supongo, este fanfic contiene contenido sexual explícito. Como no quiero que nadie se sienta fuera de lugar, marqué con unos *** donde comienzan y terminan esas escenas NSFW. Así que pueden sentirse libres de salteárselas si no son de su agrado y pueden continuar leyendo sin esas partes ♥ 

La alarma sonó demasiado temprano para su gusto. Tan temprano que recién comenzaba a asomar el sol por el horizonte. Caitlyn se estiró en la cama y miró a su acompañante, quien producía un ronquido casi inaudible. Se veía totalmente en paz, estaba boca abajo con la cara mirando hacia su lado. Con delicadeza acarició su cabello, bajando por su mejilla y suavemente por su espalda. El contacto con la cálida piel de Caitlyn hizo que Vi se moviera un poco en la cama. Pero la intención de la Sheriff no era despertarla. Al contrario. La dejó descansar mientras se cambiaba. Haría la llamada y luego regresaría a bañarse y desayunar con Vi. Iba a hacerle falta su compañía luego de la charla.

Abrió las cortinas de su oficina de par en par dejando entrar la tenue pero clara luz. Suspiró, se acercó al teléfono y marcó.

— ¿Aló? — respondió una voz familiar del otro lado.

— Mamá, soy yo, Caitlyn.

— ¡Caitlyn, hija! Que bueno oírte. No tengo mucho tiempo, tengo una reunión temprano en el concejo. Pero quería hacerme un espacio para poder hablar de aquello que te inquieta. ¿Cómo están tus costillas?

— Bien, mamá, gracias — pensó unos segundos — Mamá... ¿Mandaste a Camille a supervisar la academia?

— Yo no tengo ningún poder sobre la señorita Ferros.

— Sabés a que me refiero — le dijo Caitlyn algo molesta.

Con sus influencias podía hacer lo que quisiera. Además, Camille y ella se conocían hacía años.

— Hija, estaba preocupada. Luego de que esos vándalos pusieran en peligro tu integridad tuve que intervenir. Que bárbaros. Y pensar que fueron especialmente seleccionados, siempre dije que este programa era un desperdicio de tiempo y dinero.

— Yo estoy a favor del programa y lo sabés — le replicó molesta — es por eso que quería hablarte.

 Su madre suspiró, Caitlyn siempre había tenido más conciencia social e ideales de justicia que ella y a veces le era hasta molesto.

— Necesito que intervengas. Camille puso una nueva norma que es por demás injusta. Quiere que los alumnos...

— ¿Alumnos? — soltó una risa — Hija, estás hablando de presos.

— Quiere que sean expulsados o admitidos dependiendo de un examen. Y ese no era el objetivo del programa ni su modalidad. Debería ser justo para todos y eso significa que puedan desarrollarse en sus nuevas labores para luego ser evaluados — terminó ignorándola.

— Caitlyn, estoy segura de que si Camille puso esa norma debe tener sus razones. Yo respaldo las decisiones que ella tome con respecto a este fiasco de curso. Además, ¿te das cuenta a qué tipo de gente estás defendiendo? Mientras menos zaunitas haya trabajando en nuestra ciudad, mejor.

— Son gente en desventaja, madre. No nacieron con nuestras posibilidades, no tuvieron quien los acompañe ni los cuide — sin quererlo, se encontraba citando su discurso en torno a Vi — son personas como nosotras, solo que tuvieron un inicio desafortunado. ¿Sabés lo que es pasar hambre en Zaun?

— ¿Acaso vos lo sabés? — le respondió irónica — Caitlyn, estás muy lejos de esa realidad para entenderla.

— No. Nunca estuve más cerca. Ahora que tengo mi propio grupo de alumnos veo lo mal que la pasaron. Y yo creo en ellos. Creo que tienen la oportunidad de cambiar para mejor y dar vuelta su vida. Por favor, mamá... — le insistió Caitlyn, su madre permanecía callada — Dales una chance. Te invito a venir y que observes todos los progresos, lo bien que vamos. Si decidís no intervenir en la imposición de exámenes luego de pasar un día acá, voy a respetarlo.