Habían pasado minutos cuando Vi comprendió que, si emprendía el viaje de regreso a Piltover para acudir al hospital, Caitlyn no lo lograría. Se volteó rápidamente y observó desesperada como su novia se encontraba entredormida y como su tez perdía color a medida que el tiempo transcurría. Sin pensarlo un segundo más, giró bruscamente hacia una calle que llevaba hacia el centro de Zaun. Sería un viaje de apenas unos minutos, pero igualmente pisó el acelerador a fondo.
— Cupcake, ¿podés oírme? — preguntó varias veces Vi, aterrada ante la falta de respuesta.
Continuó manejando sin perder el valioso tiempo, estaban a contrarreloj.
— ¿Vi? — dijo de repente Caitlyn.
Su voz sonaba débil, apenas audible. Vi respondió, pero por dentro maldijo. No se escuchaba para nada bien, y la situación pintaba para peor.
Una vez en el centro continuó su trayectoria cuadras adentro, hasta llegar a la puerta de un conocido lugar. Alzó a Caitlyn en brazos y corrió hacia la entrada. Estaba cerrada, pero había luz y música dentro. El letrero de "La Última Gota" se encontraba apagado, indicando que ya no atendían. De todas formas golpeó con desesperación la puerta, parecía a punto de tirarla abajo.
— ¡Estamos cerrados! — contestó una voz conocida.
— ¡Claggor, soy yo!, ¡necesito ayuda! — gritó Vi a modo de súplica.
Su voz parecía quebrarse ante el pedido y no dejó de golpear la maciza madera con su mano libre hasta que de repente se abrió de par en par.
Claggor, su antiguo compañero y amigo, se encontraba shockeado delante de ella.
— ¿Pensás que podés venir acá y...? — comenzó una voz más aguda detrás de él.
Pero la voz del joven se detuvo al ver el rostro de Vi cargando a Caitlyn en brazos. La pelirosa estaba ahora manchada en sangre de su novia, quien no parecía responder.
— ¡Despejen la mesa! — gritó Claggor a todo pulmón.
Los hombres que se encontraban tomando cerveza en el bar quitaron todo a toda prisa, incluso rompieron algunos vasos en el camino. Uno se abalanzó a apagar la música. Luego, todos salieron por la puerta de entrada, retirándose de la escena.
— Acostala en la mesa — indicó Claggor rápidamente.
Con delicadeza pero apurada, Vi tendió el dormido cuerpo de Caitlyn sobre la rústica mesa de madera. Con su mente fija solamente en el estado de su novia, no se percató de que el bar no había cambiado en lo más mínimo desde que Vander lo dirigía. Tampoco se percató de Mylo, el dúo inseparable de Claggor, mirándola fijamente con desconfianza.
— ¿Claggor? — preguntó Vi nerviosa.
El joven conocía aquel tono. Habiendo pasado tantos años a su lado, entendía perfectamente cuando la pelirosa estaba rogándole que se apresurara. En un pestañeo buscó de detrás de la barra un maletín, y enseguida se sentó al lado de Caitlyn a examinar las heridas. Vi solamente observaba con ojos al borde del llanto.
Claggor se volteó y les hizo una seña con la cabeza. Necesitaba concentrarse y la presencia de ambos no ayudaba.
Hecha un manojo de nervios, Vi dejó que Mylo la condujera de mala gana hacia la parte trasera del bar, donde ella misma solía compartir casa con ambos. Pero su mente parecía incapaz de traer ningún recuerdo, por el contrario, se encontraba fija en la imagen de una pálida Caitlyn inconsciente.
Casi de memoria bajó las escaleras y atravesó la puerta, sin mirar por donde iba. Se dirigió directo al viejo sillón de varios cuerpos en donde solía pasar horas conversando con Vander, y se desplomó sobre el mismo. Apoyó ambos codos en sus rodillas y hundió su cara en ambas manos, incapaz de hacer otra cosa.
ESTÁS LEYENDO
Solsticio de Verano (Caitlyn x Vi)
Fiksi Penggemar"Para Vi aquello era clarísimo: le atraía la Sheriff desde que llegó a la academia, pero nunca pensó que sería correspondida. Pero con el pasar de los meses sentía que Caitlyn le estaba dando pie a algo más." Vi, una convicta de Zaun, forma parte de...