Capítulo 21: Escape

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Tobias apareció detrás de Caitlyn en el momento justo.

— ¡Cait! — exclamó — Que bueno que las encuentro. Vi, ¿estás saliendo? — le preguntó viéndola de lejos.

Vi no supo bien como responder. No quería incomodarlo ni volcarle problemas de una relación inexistente para él.

— Sí, olvidé algo en el auto.

— ¡Perfecto! — se alegró totalmente inadvertido de los problemas — ¿Nos harías el favor de comprar unos huevos? La cocinera se olvidó de pedirlos y los necesitamos para preparar el pastel Kiramman.

Para Vi era imperativo salir de esa casa, sentía la necesidad de escapar lo más lejos posible. Asintió algo descolocada por el pedido, y Caitlyn se acercó para entregarle las llaves aún con rostro dolido.

— La tienda está a varios kilómetros hacia el centro, espero que no sea una molestia — le dijo Tobias.

Vi simplemente negó con la cabeza, con sus ojos fijos en Caitlyn, y tomó las llaves. El hombre se acercó a ella y amablemente le dio instrucciones de hacia donde tenía que conducir para llegar al mercado más cercano. Finalmente, salió por la puerta dejándolos solos.

— ¿Tu amiga se encuentra bien? — preguntó Tobias.

Pero su hija no contestó. El sentimiento de angustia que la situación había generado se convertía ahora en enojo. Hecha un torbellino de emociones, dejó a su padre parado en la entrada y se dirigió al patio trasero. La escena que encontró colmó su paciencia: su madre charlaba entretenidamente con Cristel.

— ¿Por qué le dijiste eso a Vi? — interrumpió furiosa.

— Caitlyn, hija, estamos hablando... — su madre intentó ponerla en su lugar, pero Caitlyn no aguantaría eso hoy.

— No, madre. Yo estoy hablando. ¿Vas a decirme por qué le mentiste a Vi? — insistió mirando a Cristel.

— Ay, Cait, era una pequeña brom...

— No me vengas con esas estupideces, Cristel. Te lo dije aquella noche y te lo digo ahora: no quiero verte, no quiero escuchar tus idioteces y para nada quiero que te metas conmigo ni con Vi.

Caitlyn hablaba sin pensar, no podía medir sus palabras que salían como balas a un objetivo. Cristel había cambiado su mueca de una sonrisa a desprecio por lo que escuchaba.

Cassandra por su parte estaba pasmada en su lugar. No entendía que estaba sucediendo ni por qué su hija protegía tanto su amistad con aquella ex prisionera. Si bien era de las mujeres más inteligentes de la ciudad, también podía ser despistada cuando la realidad que se le presentaba no le agradaba. Y solía sucederle con Caitlyn, era capaz de negar cosas con tal de no cambiar su percepción o aceptar situaciones que la incomodaban.

— Como si yo quisiera volver a... — comenzó Cristel, ofendida.

— No me acosté con vos esa noche porque no me interesa en lo más mínimo hacerlo. Si hubiese querido, te tendría ahora comiendo de la palma de mi mano, Cristel. Pero lo único que quiero es tenerte lejos — volvió a interrumpir.

— ¡Caitlyn! — exclamó su madre — ¿Podemos hablar en privado?

Caitlyn asintió, aquello le venía bien. Lo siguiente que quería hacer de hecho era hablar con su madre a solas. De una vez por todas quería marcar un límite y ponerla en su lugar.

Cassandra, seguida por su hija, caminó hacia la casa entrando y dirigiéndose a la biblioteca, un poco alejada del patio. Quería asegurarse de que nadie escuchara ni las interrumpiera. Una vez ahí, le indicó a Caitlyn que pasara y cerró detrás de ellas. Su mirada era de molestia, pero Caitlyn parecía echar fuego por los ojos.

Solsticio de Verano (Caitlyn x Vi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora