Solsticio de Verano (Caitlyn x Vi)

Capítulo 13: Visita

— Camille — saludó fríamente mientras la dejaba entrar.

 Las piernas de la mujer emitían un pequeño chirrido metálico mientras caminaba. Se limitó a entrar y sentarse en el asiento frente al gran escritorio. Caitlyn cerró la puerta y tomó su lugar.

— Veo que la naturaleza de la visita de tu madre no es solamente apreciar el plan humanitario, sino un intento para revertir una de mis medidas — Camille hablaba sin rodeos, directo al grano.

— No estoy de acuerdo con muchas de las nuevas normas de seguridad, pero acepté todas. Cuando me las planteaste no tuve ninguna objeción. Pero me engañaste, Camille. No habías mencionado nada sobre los exámenes descalificatorios.

— Porque sabía que te opondrías.

— ¿Cómo no oponerse? Tenemos una deuda con la gente de Zaun, al menos con quienes cometen delitos menores. Es culpa de nuestro propio concejo que mueran de hambre en las calles. Les prometemos una solución, una luz en la oscuridad, los traemos acá, los capacitamos, ¿para luego enviarlos de nuevo a prisión? Es cruel e inhumano.

 Vi escuchaba desde el baño la conversación totalmente en silencio y cada vez que Caitlyn hablaba entendía qué era lo que le gustaba de ella. Era capaz de hacerle frente a Camille aún sabiendo que casi nadie apoyaba su punto de vista. Su visión sobre la gente de Zaun era amplia, mucho más que la de quienes gobernaban.

— Son criminales, Caitlyn. No merecen una segunda oportunidad. Merecen lo que tienen y eso es la cárcel. Mientras menos criminales haya trabajando en nuestra ciudad, más seguros estaremos — aquellas palabras tan parecidas a las de su madre le hicieron entender que pensaban igual.

— No podemos etiquetar de criminales a personas que hicieron lo que pudieron para sobrevivir. Hay niños mendigando por todos lados en un lugar donde las personas no tienen qué comer. ¿No es obvio que terminen delinquiendo? Roban, hurtan y hacen lo que pueden para poder comer algo — nuevamente, sin pensarlo, Caitlyn se encontraba hablando de Vi.

 La pelirrosa escuchaba todo y se sentía abrumada con sentimientos mezclados, los recuerdos de angustia se fundían ahora con cariño por cómo Caitlyn defendía a personas como ella.

— Si tenemos las herramientas para darles una segunda oportunidad en la vida, ¿por qué vamos a complicarlo? Merecen la ayuda que siempre se les negó.

— ¿Estás hablando de tu presa favorita, Caitlyn? — cuestionó Camille. Vi se quedó helada en el baño al escuchar aquello — No soy ajena a tu cercanía con ella. Veo que la acompañás en sus horas libres, incluso a veces viene a tu oficina.

— Hablo por conocimiento de muchas historias de mis alumnos, Camille — respondió con tono serio — Y Vi es una alumna que destaca, por eso le dedico tiempo extra. Creo que tiene un futuro muy prometedor fuera de las calles de Zaun y fuera de prisión. De todas formas, lo que yo haga o deje de hacer con mi tiempo no es asunto tuyo.

 Camille simplemente soltó una sonrisa cargada de ironía, como si supiera algo más.

— ¿Futuro prometedor?, limpiando cañerías en las cloacas de Piltover. Si es que pasa el examen.

 Con esa frase terminante la mujer salió por la puerta y la cerró tras ella, dejando a Caitlyn con la respuesta en la punta de la lengua. Cada vez que tenía una conversación con ella terminaba furiosa. Deseaba que todo saliera bien el día siguiente para poder probarle que estaba equivocada sobre todo.

— ¿Cupcake? — Vi había salido del baño y la miraba.

— Lamento que hayas tenido que escuchar todo eso, Vi. No le prestes atención. Seguro que mañana todo va a cambiar.