April Miller
Estaba sola en la habitación, Renata había salido a cenar con un chico que conoció en la fiesta de la noche anterior, yo mientras me quedé estudiando toda la tarde, así que después de tanto estudio, ya estaba al día con todo. Ya relajada me acosté en la cama, tomé mi laptop y empecé a revisar algunos vídeos que tenía ahí.
Un gran error de mi parte.
«No sé si saldré bien de esta cirugía, pero de todas formas y por precaución quise hacer este vídeo para decirte algunas cosas que no he podido decirte o ya te las dije, pero quiero repetirlas. Como que conocerte ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, en serio, yo siempre estuve solo, los amigos que tuve en mi infancia eran todos los doctores y enfermeras que me atendían en el hospital, no tuve la infancia de un niño normal, por lo tanto no tuve amigos, así que cuando me di cuenta de tu existencia, supe que ya no volvería a estar solo.
Y aunque no fue fácil convencerte para que me aceptaras, cuando lo hiciste te amé y aún te sigo amando, hermanita. Pero bueno, el asunto acá es que, si no llego a salir vivo de ahí, quiero que me recuerdes cómo era siempre, no quiero que te pongas a llorar, no quiero que estés triste, quiero que disfrutes cada momento como si fuera el último, hazlo por mí. Y si en algún caso llegas a llorar, quiero que sea de felicidad, porque esa es la única razón por la que una chica hermosa como tú debe llorar, sólo de felicidad, porque eso es lo que tú te mereces, ser feliz siempre. Tampoco olvides que te amo y dónde sea que esté, te voy a seguir amando y cuidando.»
Para cuando el vídeo terminó yo ya estaba hecha un mar de lágrimas. Lo extrañaba mucho, cada día que pasaba pensaba en él, en cómo sería todo si estuviera ahí, conmigo. Desearía haber tenido más tiempo con él, haber tenido más oportunidades para decirle lo mucho que lo amaba y seguía amando y que no cambiaría nada de mi vida para volver a estar con él.
Sin querer empecé a reproducir otro vídeo que él grabó.
«Toma uno de: intentando hacer reír a April Miller, por Jackson Miller. Señorita April, podría usted decirme, ¿por qué no se ríe de mis chistes?
—Porque son pésimos —rodeé los ojos y él hizo un puchero.
—Señorita April, ¿se da usted cuenta que acaba de romper mi corazón, bueno, un poquito más de cómo ya nací?
—Jackson, ¿podrías por favor dejarme en paz?
—No, hasta que te rías. Por favor April, ríete un poco, el sonido de tu risa es hermoso. Por favor, enséñame esos bonitos dientes —apreté los labios para no reír por eso—. Quiero ver esos dientes, si no me los enseñas no le podré hablar al ratón Pérez de ti y el ratón Pérez es amigo de Mickey —sin poder más reí—. Lo conseguí señores, la señorita April Miller ha reído.
—Jackson eres un tarado.
—Soy el tarado que siempre te hará reír y tú amarás, yo soy el tarado que siempre te va a cuidar —me abrazó—. El tarado que siempre estará para ti.»
Sonreí al verlo, pero a la misma vez lloraba por saber que ya no volvería a tenerlo conmigo. Siempre era así cuando se trataba de él, reír entre lágrimas, lindos recuerdos más el saber que no volvería a verlo nunca más, que nunca volvería a escuchar su voz, su risa, que nunca volvería a sentir su perfume.
Extrañaba mucho a mi hermano.
—Te traje pollo y papas fritas —me limpié las lágrimas lo más rápido que pude para que Renata no me viera llorar.
No me gustaba que las personas vieran que era débil, sentía que si lo hacían se les haría fácil lastimarme.
—¿Qué tal fue tu cita? —cerré mi laptop y la dejé a un lado.
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Del amor al odio por West [West#0]
RomanceCreo que todos alguna vez se han preguntado, ¿por qué April odia a West? O ¿cómo es posible que se haya enamorado de él de la noche a la mañana? Cosa que no es cierta. Bien, hoy por fin conocerán porqué, el asunto es simple: durante mis primeros año...