8- Hermanas.

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April Miller

Las clases ya habían iniciado y hasta ese momento me estaba yendo bien, pues solía estudiar bastante. Realmente quería terminar mi estudios quería demostrarle a ella que yo sí era alguien, que podía lograr cualquier cosa que me propusiera, a pesar de todo lo que ella decía de mí. Por otro lado, también solía prestar mucha atención a la explicaciones, siempre y cuando no estuviera distraída con Renata, ya que por otra casualidad de la vida, ambas estábamos estudiando diseño de interiores. Ya nos habíamos vuelto buenas amigas, casi inseparables, tanto que durante la iniciación ambas nos apoyamos mutuamente. Esta consistió en hacer retos, como buscar cosas, hacer uno que otro ridículo y cosas así; nada peligroso, ni denigrante.

Antes del inicio de las clases hubieron varias fiestas organizadas por la fraternidad de Derek, el novio de Celine, fueron muy buenas, pero lo malo es que no había ningún chico que llamara mi atención, no porque estuvieran feos, bueno, tampoco estaban muy bonitos que pudiéramos decir, pero era más que todo porque eran los típicos chicos muchos músculos y poco cerebro. Odiaba eso.

—¿Esto se me ve bien? —levanté la cara de mi almohada y vi a Renata. Llevaba un pantalón de mezclilla negro, una blusa celeste sin mangas y tenis blancos—. No me convence.

—A mí me gusta —me encogí se hombros—. Y ya relájate, sólo es un partido de fútbol americano, no una cena con la reina de Inglaterra —tomó una de la tantas camisas que tenía sobre su cama y me la lanzó—. Que estúpida eres —lancé la camisa al piso.

—Y tú que graciosa, ¿no? —se cruzó de brazos.

—Es la verdad, haces demasiado drama, te ves bien así, ya relájate —me encogí de hombros—. Voy a cambiarme.

No tenía muchos ánimos de ir a ese partido, pero Celine nos pidió que fuéramos para apoyar al equipo y la verdad era imposible decirle que no a ella, era muy agradable, así que iríamos ahí aunque no entendiéramos nada y apoyaríamos a nuestro equipo, cuyo capitán era Derek y debíamos apoyarlo siempre, como él lo hacía con nosotras. Derek al igual que Celine siempre estaba dispuesto a ayudar en lo que fuera, así que también por él iríamos, estaría muy mal de nuestra parte no apoyarlo cuando él nos apoyaba a nosotras siempre.

•••

—¡Vamos Derek! —gritamos todas cuando él tenía el balón, llegó hasta el final de la cancha y todos empezaron a celebrar, por lo consiguiente yo también lo hice.

—¡Ya ganamos! —Celine empezó a dar saltos y yo sólo reí al verla tan emocionada.

Ella y Derek realmente se amaban, siempre estaban el uno para el otro, cómo en ese momento. Si algún día llegaba a tener una relación, me encantaría que fuera cómo la de ellos, sabía que no era perfecta, pero también sabía que su amor era lo suficientemente grande para superar cualquier adversidad. Se les notaba en cada mirada, en cada palabra que decían el uno al otro, hasta en las sonrisas se les notaba lo enamorados que estaban, nadie podía dudar de su amor.

Fuimos hasta dónde estaba Derek celebrando con todos sus compañeros de equipo, a quienes dejó de lado cuando vio a Celine, porque inmediatamente se alejó de todos para se acercarse a ella y cargarla en sus brazos, ella lo abrazó y lo besó, sin importarle que estaba cubierto de sudor.

—Que lindo es el amor sincero —Renata se paró a mi lado con los brazo cruzados.

Sin duda alguna el amor existía, por supuesto que lo hacía, a mí no me había tocado, pero lo había visto en otras personas, claro estaba que las películas exageraban todo, el amor no debía ser perfecto para ser real, al contrario, debía tener defectos, debía tener altas y bajas, ¿porque qué sentido tendría una relación perfecta y monótona donde cada día era igual? Desde mi punto de vista ninguno, pero considerando mi inexperiencia, no sabía si tenía razón.

Del amor al odio por West [West#0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora