13- Baslie.

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Bastián

-¡Baslie, por siempre! -gritó una chica mientras Charlie y yo nos dirigíamos a nuestro salón de clases.

-¿Baslie? -Charlie frunció el ceño-. Eso me suena conocido.

Me quedé pensando un rato y luego de casi una neurona consumida, lo entendí.

-Bastián y Charlie.

-¡Aaaaaw! -se paró frente a mí y me tomó de los brazos-. Nos shipean -rodeé los ojos-. ¿Tendremos algún fandom?

-No lo sé, pero quien sea que haya hecho eso, no tiene nada que hacer -lo hice a un lado y seguí caminando.

-Oye, ¿te avergüenzas de mí, imbécil? -me dio un golpe en el brazo.

-¡Au! -me sobe el brazo-. No, no me avergüenzo de ti, pero tengo novia.

-Pero yo llegué antes que ella.

-Pero ella me gusta más que tú.

-¿O sea que sí te gusto? -me codeo.

-Claro, bebé, estás divino -ambos lanzamos una carcajada y entramos al salón.

-Baslie, Baslie, Baslie -empezaron a decir un grupo de chicas de la hermandad.

-Chicas, por favor, tranquilas, se pondrán tímidos -dijo la rubia que siempre intentaba pelear con Catie, con una sonrisa sarcástica.

Sonreí con ironía y la ignore por completo. Personas como ella entre más atención tenían, más fastidiosas se ponían, así que yo no caería en su juego, algo que por su expresión, pareció molestarle.

Toma esa.

-¿Qué harás hoy después de clases? -me preguntó Charlie sin despegar la mirada del frente donde el profesor estaba anotando algunas cosas.

-No lo sé, creo que nada, Catie saldrá con sus amigas, así que estoy libre -empecé a anotar en mi cuaderno lo que estaba en el pizarrón-. ¿Quieres llevarme a algún lugar, nene? -sentí que me estaba viendo, así que le devolví la mirada y le guiñe.

-Ay que lástima -fingió pesar-. Yo tengo una cita y no podré estar contigo, nene -dijo lo último con burla.

-Que infantil eres, ¿esta es tu venganza?

-Tú me dejaste olvidado por Catie, así que es mi turno de dejarte olvidado a ti -se encogió de hombros.

-¡Imbécil! -lo golpeé en el brazo con mi codo.

-¡Auch!

-¡WEST! -levanté la mirada el profesor estaba viéndome-. Si no quiere estar en clase se puede salir, no está obligado a quedarse e interrumpir mi clase.

-Sí, West, salte -vi a Charlie con la boca abierta.

-Usted también Ecker -reí disimuladamente.

-Pero yo sí quiero... lo siento.

-Yo también -dije controlando mis ganas de reír.







-Eres un imbécil, por tu culpa casi me sacan de clases.

-¿Por mi culpa? ¿Quién fue el imbécil que empezó? -vi a Charlie indignado por su acusación.

-Yo empecé, pero el único imbécil eres tú -se adelantó a donde estaba su auto, al que subí cerrando de un portazo.

-Llévame a casa, donde ahogare mis penas en una pizza y películas de acción -encendió el auto y empezó a conducir, puso la radio y empezó a sonar una canción que le gustaba, así que la cambié.

Del amor al odio por West [West#0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora