21- Matemáticas.

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Bastián West

Me desperté cuando la alarma sonó, me quedé viendo al techo un largo rato, hasta que recordé que era mi primer día de clases y no quería llegar tarde, así que me levanté de la cama, aún cuando no tenía ganas de hacerlo. La noche anterior al igual que el resto de las vacaciones, me la había pasado de fiesta en fiesta junto a mis amigos y esa mañana tenía un poco de resaca. Las fiestas no me ayudaron a llenar el vacío que había dejado Catie, pero al menos me había distraído un poco. Fui a tomar un baño que me ayudó a despertarme, al salir me vestí y fui directo a la cocina para preparar café, ni siquiera tenía ganas de comer, pero tomar café me ayudaría a no dormirme en clases.

-Buenos días, corazón -Charlie entró a mi casa y lo vi con el ceño fruncido.

-¿Por qué sólo entras y no tocas? -levantó ambas cejas.

-Discúlpame, no sabía que debía tocarte antes de entrar -rodeé los ojos y el rio-. Anímate es el inicio de nuestro último año -bostece y me serví café.

-Sé que después de esto podré ver a Catie de nuevo, pero aún así no tengo ánimos, ella me hará mucha falta -bajé la mirada.

-Ya déjate de cursilerías, sólo serán unos meses, después van a estar juntos o no, porque ella podría encontrar a alguien más y tú también, debes considerar todas la opciones.

-Quizás ella sí, yo, realmente no lo creo, no estoy interesado en alguien que no sea ella -negué.

-¿Y yo qué? ¿Acaso no soy nadie para ti? -dejé caer mis hombros-. Hombres, todos son iguales, aparece una mujer linda en sus vidas y se olvidan de quien estuvo a su lado siempre, pero está bien, hay un Dios que todo lo ve -fingió limpiar una lágrima de su mejilla.

-Deberías dejar la carrera de derecho y estudiar actuación -fui a mi cuarto para cepillarme los dientes, luego tomé mis cosas y volví con Charlie-. Ya vámonos -puse mi mano en su hombro y la apartó.

-No, no me toques -salió adelante de mí.

-¿Es en serio?

-Sí -dijo sin siquiera volver a verme.

Bueno, esa era la relación más larga de mi vida y el lado bueno era que esa a pesar de todo no se acababa, aunque también era la más complicada y luego tendría que buscar como hacer que se contentara y ni siquiera tenía claro el que había hecho.

•••

-Desearía que las vacaciones no se hubieran acabado -Shark bostezó.

-Somos dos, porque Charlie parece muy feliz con el hecho de haber regresado -suspiré-. Desearía estar durmiendo en lugar de estar aquí.

-Yo también -dejó caer sus hombros.

-Ánimo muñecas, este el inicio del fin, luego de esto seremos hombres libres -Shark y yo compartimos miradas.

-Libres al menos de la universidad -le dije.

-Luego esto viene lo peor y eso es la vida de adulto, tienes que trabajar y sobrevivir a eso todos los días -Shark rodó los ojos-. Me voy a clases, nos vemos después.

-Hasta luego -Charlie y yo ese año teníamos varias clases juntos, a pesar de no estudiar lo mismo-. Vamos a clases.

•••

-Detesto las matemáticas, si pudiera me ahorcaría con la raíz cuadrada -fruncí el ceño y vi a Charlie.

-¿Te puedes callar? -le pregunté volviendo a centrar la mirada al frente para prestar atención.

-Esto es un fastidio al cuadrado, es más, es un fastidio al cubo -rodeé los ojos-. Sé que dos más dos es cuatro, ¿acaso eso no es suficiente? -resople. Ya me tenía harto.

-Ya cállate, si me sacan de la clase por tu culpa, te ahorcaré yo mismo -dejó caer sus hombros.

-Te odio -me encogí de hombros-. No tanto como a las matemáticas, pero te odio porque te gustan.

-Luego no vengas a pedirme que te explique nada, porque no me dejas prestar atención -rodó los ojos y centró su mirada al frente.

Charlie era de lo más fastidioso cuando se trataba de las matemáticas, me volvía loco cuando se ponía de esa forma, sabía que las matemáticas no se le daban bien, estaba en último año de universidad porque a mí sí se me daban, de no ser por eso, probablemente seguiría en primaria. Se le complicaban tanto, que había llegado a llorar de tanto estrés y frustración, pero de todas formas, sabía que cuando yo le explicaba entendía, así que debía relajarse. Cundo la clase terminó salió del salón muy desanimado.

-Oye, relájate, yo te explicaré luego -puse mis manos en sus hombros.

-Detesto las matemáticas -se desarreglo el cabello.

-Es que si invirtieras el tiempo que te quejas en prestar atención, podrías ententeder muy bien, porque cuando yo te explico lo entiendes todo, así que es cuestión de prestar atención.

-Ese profesor no explica bien, en cambio tú sí, es por eso que te entiendo -suspiré.

-Que bueno que estudias derecho.

-¿Qué tratas de decir? -me vio mal.

-Nada -negué y seguí caminando hacia el estacionamiento, ahí tenia mi auto, Charlie había dejado el suyo en mi casa-. Hay que comprar comida e ir a mi casa a estudiar.

-No, vamos a ir a tu casa a ver alguna película y relajarnos para luego ir al bar, hoy es nuestra primera noche de trabajo.

Cierto, Charlie nos había conseguido trabajo en un bar, la verdad es que hasta ese momento el dinero no me había hecho falta, pero tampoco era como que me sobrara, aparte de todo, así tendría mi mente ocupada durante la noche mientras llegaba a casa a dormir.

De camino a mi casa compramos comida, al llegar Charlie puso una película y mientras él iba por las bebidas, yo fui a mi habitación, tomé mi computadora y revisé, no había nada nuevo, para ser más especifico, no había un mensaje nuevo de Catie preguntando por mi primer día de clases, quizás había estado muy ocupada, aunque así habían sido las últimas semanas, la comunicación cada día era menos, pensaba que en algún momento simplemente desapareceríamos de la vida del otro y nada más.

-¡Ya va a empezar la película, ven! -me levanté de mi silla decepcionado y fui con Charlie.

Tal vez era momento de empezar a aceptarlo y nada más.

Pasamos toda la tarde viendo películas, bueno, más Charlie, yo decidí hacer algo de tarea para no dejar que se acumulara y cuando dio la noche llegamos al bar. La música estaba algo fuerte, entramos por la puerta trasera, nos cambiamos de ropa y escuchamos atentos las indicaciones, empezamos a servir tragos y de vez en cuando algo de comida, bueno era cansado ir de un lado a otro, pero al menos estar en ese ambiente me hacía sentir bien e incluso sin estar tomando, por algún rato pude olvidarme de Catie.

Del amor al odio por West [West#0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora