25- Primera vez.

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Bastián West

—¡Los odio con todo mi ser! —moví mi cuello para un lado y luego para el otro, era noche sin trabajo, pero de fiesta—. ¡Principalmente a ti! Quiero que te quede claro.

—Sí, sí, sí; ya entendí, deja de gritar —fingió llorar y empezó a hacer pucheros.

—Mientras yo tengo que trabajar, ustedes van a la que se supone será la mejor fiesta del año —reí.

—Ni modo, nadie te mandó a pedir días libres en días de trabajo, ahora te toca —me encogí de hombros—. Shark, ¿necesitas ayuda con tu vestido o puedes solo?

—Los días libre te asientan, eh —Shark salió de la habitación acomodando su camisa.

—Ah, creí que usarías un vestido de encaje o algo así con lo mucho que te tardaste —negué.

—Malditos, los odio —Charlie tomó su mochila y se fue.

—Tú y yo también debemos irnos, tengo ganas de emborracharme hasta perder la conciencia si es posible —aunque ya no pensaba en Catie como al principio, esta noche esperaba no recordarla del todo.

Me puse de pie y me vi al espejo, camisa de vestir negra, pantalón gris y tenis negros, me veía bastante bien. Acomodé mi reloj y le sonreí a mi reflejo.

—Ya estoy listo, vámonos.

•••

Desde la entrada nos ofrecieron shots de ron, Shark y yo tomamos dos, el ambiente, era diferente al de las fiestas improvisadas, habían luces de colores, también había humo, no quisimos quedarnos ahí y fuimos a fuera, al patio trasero, ahí había un Dj, poniendo buena música. Fuimos a bar y nos sirvieron bebidas, comenzamos a tomar, estaba media universidad ahí, Charlie se moriría cuando se enterara.

—Siento una necesidad enorme de emborracharme —vi a Shark.

—Ni se te ocurra, tú tienes que llevarme a mi casa —lo señalé y negué—. No se conduce en estado de ebriedad.

—Tomaremos un taxi, no seas aguafiestas como Charlie —me encogí de hombros.

—Bien —me tomé el contenido del vaso y me sirvieron otro.

Que excelente servicio.

—Oye, mira quienes llegaron —miré hacia la entrada, eran April y su amiga Renata—. Que hermosas se ven ambas, principalmente Renata —lo vi.

—A ti te gusta Renata —sonrió—. Acércate a ella, seguro le caes bien —seguí tomando, pero no pude despegar la vista de April, llevaba un vestido negro, ajustado y tacones altos, se veía muy bien, con su cabello rubio ondulado.

—Y a ti gusta April, ¿verdad? —lo vi mal.

—No digas estupideces, seguro estás tragando mucha agua con cloro de la alberca —lanzó una carcajada.

—No lo puedes ocultar —rodeé los ojos—. Es linda y eso no lo puedes negar.

—Iré a socializar con gente que no me moleste, compermiso —él quedó muerto de risa y yo me fui con mi vaso a saludar gente que conocía o con quienes al menos había hablado alguna vez.

Una parte de mí extrañaba a Charlie.

•••

Eran las diez y yo ya estaba mareado, tanto que estaba bailando con un grupo de chicas, ¿cómo llegué ahí? A mí también me gustaría saberlo. Alguien me pasó otro vaso con alcohol, me lo tomé de un trago, estaba sudado, la camisa se me pegaba en la espalda y eso que estábamos a fuera. Cuando la música cambió, me quedé quieto, me despedí de las chicas y entré a la casa, estaba tan mareado, necesitaba un baño, entré a uno que estaba cerca de las escaleras, esa casa era enorme. Estuve de pie, orinando, como por cuatro minutos seguidos, ni yo mismo me lo creía, cuando terminé jalé la cadena y bajé la tapa para sentarme. Me sentía muy mareado, pero eso no significaba que dejaría de tomar, claro que no, aún era consiente de mis acciones.

Del amor al odio por West [West#0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora