14- Persona equivocada.

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April Miller

Abrí las cortinas de la habitación y Renata al instante se quejó y se cubrió con las sábanas. La noche anterior nos habían invitado a una fiesta, fuimos y la pasamos muy bien, bueno, Renata quizás se había pasado un poquito con el alcohol y quizás yo la habría acompañado si no hubiera conocido a alguien y me hubiera quedado platicando todo la noche con él, claro que sin descuidar a mi amiga.

—Levántate para que desayunes —la moví, pero ni siquiera se inmutó—. ¡Oyeeeee! —le di un manotazo en las piernas y no se movió.

Me recosté a su lado y cerré los ojos, algo tendría que hacer para que se despertara. Una idea me llegó a la mente, a Renata le encantaba el chisme, así que...

—¿Quieres que te cuente acerca del chico de anoche? —aún debajo de las sábanas negó—. ¿Qué es lo que te pasa? —me recosté sobre ella—. Por favor dime algo, empiezas a preocuparme.

—Sólo quiero estar sola —se escuchaba muy seria, así que no quise seguir insistiendo e hice lo que me pidió, la dejé sola.

No tenía ni idea de qué le estaba pasando, la noche anterior estaba bien, aunque bueno, las cosas con Stuart seguían igual, así que no sabía si eso tendría algo o todo que ver. Bajé las escaleras y al hacerlo escuché la voz de Roger en la cocina, así que antes de que me viera decidí volver a subir, pero para cuando puse un pie en el primer escalón, era muy tarde.

—April —me giré y él se acercó a mí—. Hola —se acercó y besó mi mejilla—. ¿Podemos hablar? —suspire.

—Bien, pero que sea algo rápido, tengo sueño —no era del todo falso, sólo iba a buscar algo de comer para volver arriba a dormir.

Salimos al patio trasero y nos sentamos en unos de los sillones grandes que colgaban del techo.

—¿Qué pasa? —le pregunté muy tranquila.

—Yo supe que anoche estuviste toda la fiesta con alguien —eleve una ceja—, no es reclamo ni nada, sólo... —se pasó una mano por el cabello oscuro.

—Continúa.

—April, me gustas de verdad, pero siento que yo a ti no y... a veces pienso que sólo te acercas a mí para molestar a Catie y todo su grupo —bajó la mirada.

Mierda, él estaba siendo sincero conmigo, pero yo no creí que eso fuera posible.

—Roger —tomé su mano—, siento mucho si te he hecho sentir así, pero... —me vio esperando— no es así, sí me gustas —sonrió. Mierda, a veces podía ser tan blandengue.

—¿De verdad? —asentí, pero ya no sabía qué más decir, así que sólo lo besé, un beso no muy largo.

La verdad es que no tenía mucha experiencia en besos, sólo lo había hecho un par de veces desde que había empezado la universidad y no estaba segura de que lo hiciera muy bien.

—Sólo llevemos las cosas con calma, ¿sí? —asintió.

—Lo haré —volvió a besarme.

—Iré a dormir, estoy cansada —me puse de pie y él hizo lo mismo, volvimos a entrar a la casa y fuimos a la salida principal.

—Sé que acabamos de quedar en que lo llevaremos con calma, pero ¿te gustaría ir conmigo al baile de hoy?

Ay no, el estúpido baile de enamorados, no quiero ir, detesto tanta miel en esos estúpidos bailes que sólo los hacen para recaudar fondos.

—Sí, claro —asentí.

—Paso por ti a las ocho —asentí y al fin se fue.

Roger me gustaba físicamente, pero hasta ahí y si hacía eso era para no lastimarlo, la verdad es que siempre rechazaba a todos y lastimaba a todos y quien me gusta... ba, me rechazaba con cada maldita mirada que dirigía hacia mí cada día que pasaba y empezaba a creer que era el karma el que me estaba jugando esa mala pasada. Subí a mi habitación, cerré las cortinas y me lancé a la cama para dormir.

Del amor al odio por West [West#0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora